(CNN) — Donald Trump hizo de la inmigración y la frontera un tema central de su campaña, presionando con éxito a los republicanos para que rechacen un importante acuerdo fronterizo bipartidista a principios de este año y haciendo un viaje a la frontera sur, el 29 de febrero, donde promocionó sus políticas migratorias de línea dura.
Ahora, como el ganador de las elecciones de EE.UU. para un segundo mandato presidencial —según proyecciones de CNN—, el tema de inmigración sigue muy presente para Trump.
Cuando CNN aún no proyectaba su victoria —le faltaban escasos cuatro votos electorales para alcanzar el umbral de 270 y ganar la presidencia—, Trump habló la madrugada de este miércoles a sus simpatizantes y se dijo agradecido por el extraordinario honor de ser elegido su 47.º presidente y su 45.º presidente”.
Tras el agradecimiento, el candidato presidencial republicano dirigió unas palabras enfocadas a la cuestión migratoria y aseguró que su gobierno cerrará las fronteras.
“Tenemos un país que necesita ayuda y la necesita urgentemente. Vamos a arreglar nuestras fronteras y vamos a arreglar todo sobre nuestro país”, dijo Trump en un centro de convenciones en West Palm Beach, Florida.
“Hay que cerrar las fronteras. Queremos que la gente vuelva a entrar, hay que dejar que regrese, pero que regrese legalmente”, agregó.
Con esta retórica, Trump se enfila a ser el presidente de Estados Unidos de enero de 2025 a enero de 2029.
Recuento de las propuestas de Trump en materia de inmigración
En un artículo de opinión publicado en el Des Moines Register aproximadamente una semana antes de ganar las primarias de Iowa en enero, Trump prometió: (Usaré) “la Ley de Enemigos Extranjeros para expulsar de Estados Unidos a los miembros de pandillas, traficantes de drogas o miembros de cárteles conocidos o sospechosos”.
“Transferiremos porciones masivas de la aplicación de la ley federal a la aplicación de la ley de inmigración, incluidas partes de la DEA, ATF, FBI y DHS”, escribió.
En un video publicado en Truth Social a fines de febrero, antes de su visita a la frontera, Trump también prometió “llevar a cabo la operación de deportación interna más grande en la historia estadounidense”.
En junio, sin embargo, Trump propuso otorgar “automáticamente” la “green card” o tarjeta de residencia a los ciudadanos extranjeros que se gradúen de universidades estadounidenses, comentarios que se apartaron de sus intentos por frenar tanto la inmigración legal como la ilegal mientras estuvo en el cargo.
Después del comienzo de la guerra entre Israel y Hamas, en octubre del año pasado, Trump también prometió cancelar las visas de los “simpatizantes de Hamas”.
“Los sacaremos de nuestros campus universitarios, de nuestras ciudades y los sacaremos de nuestro país, si eso les parece bien”, agregó.
Deportación masiva
Trump le dijo en abril a la revista Time que sus planes de deportación masiva apuntarían a entre 15 millones y 20 millones de personas que, según él, permanecen como indocumentadas en EE.UU. Sin embargo, es posible que ese número sea menor.
El Pew Research Center estimó que la población inmigrante ilegal en Estados Unidos alcanzó los 11 millones en 2022, según datos extraídos de la Encuesta sobre la Comunidad Estadounidense de 2022, el año más reciente disponible.
Trump también ha dicho que su plan incluiría a la Guardia Nacional, aunque aclaró que no tendría problemas en “usar al ejército”, debido a que no cree que las leyes destinadas a prevenir el uso del ejército contra civiles dentro de EE.UU. sin la aprobación del Congreso se aplicarían en este caso.
“Estos no son civiles”, dijo Trump sobre los migrantes. “Estas son personas que no están legalmente en nuestro país. Esta es una invasión de nuestro país”.
Más allá de las dudas sobre cómo se llevará adelante, ha quedado claro que se trata de una de las prioridades del republicano y de sus principales asesores. “Si estás en el país ilegalmente, será mejor que mires por encima del hombro”, dijo el exjefe de Inmigración y Control de Aduanas, Tom Homan, en julio, advirtiendo que nadie se salvaría.
El asesor de Trump, Stephen Miller, ha promocionado planes para la que definió como “la operación de deportación doméstica más grande en la historia de EE.UU.”
Y el candidato a vicepresidente, J.D. Vance, dice que deportar a criminales sería el enfoque inicial de la administración.
Sin embargo, los expertos han dicho que cualquier camino que elija una futura administración de Trump sería complicado y costoso, tanto por los miles de millones de dólares necesarios para financiar la deportación masiva como por los significativos efectos colaterales que impactarían en la economía.
“Green card” a inmigrantes graduados en universidades de EE.UU.
Pese a la retórica contra los inmigrantes, en junio Trump propuso conceder “automáticamente” la tarjeta de residencia a los extranjeros que se gradúen en una universidad estadounidense.
Su propuesta rompió con sus esfuerzos por frenar la inmigración tanto legal como ilegal durante su mandato y contrastó fuertemente con su incendiario discurso antiinmigración durante la campaña electoral.
“Lo que quiero hacer, y lo que haré, es que si te gradúas en una universidad, creo que deberías obtener automáticamente, como parte de tu diploma, una ‘green card’ para poder permanecer en este país”, dijo el candidato del Partido Republicano en el podcast “The All-In Podcast”.
Y continuó: “Y eso incluye también a las universidades junior. Cualquiera que se gradúe en una universidad: vas allí dos o cuatro años. Si te gradúas, o consigues un doctorado en una universidad, deberías poder quedarte en este país”.
Las declaraciones también chocan con sus esfuerzos por limitar la inmigración cuando estaba en la Casa Blanca, incluidos los dirigidos a los programas de visados que las empresas tecnológicas utilizan para atraer a miles de trabajadores calificados, y la orden a las agencias federales de emplear lo que él llamó una estrategia “Buy American, Hire American” para promover la contratación de trabajadores estadounidenses. Trump también intentó restringir el reasentamiento de refugiados y prohibió temporalmente los viajes desde siete países de mayoría musulmana durante su mandato.
Cancelación de visas a solicitantes simpatizantes yihadistas
A finales de 2023, con la guerra entre Israel y Hamas en curso, Trump dijo que, si es nuevamente elegido como presidente, restablecerá y ampliará la prohibición de viajes a personas de países predominantemente musulmanes, suspenderá los reasentamientos de refugiados y deportará agresivamente a aquellos a quienes caracterizó de tener “simpatías yihadistas”.
Durante un evento de campaña en Clive, Iowa, Trump mencionó los ataques mortales de Hamas en Israel y generó temores sobre un posible ataque a Estados Unidos, mientras buscaba defender sus políticas de inmigración de línea dura. Sus propuestas equivaldrían a una reforma radical del sistema de inmigración.
Durante su presidencia, la prohibición de viajar fue una política distintiva que limitó a los viajeros de siete países predominantemente musulmanes: Irán, Libia, Iraq, Sudán, Somalia, Siria y Yemen. Posteriormente, el Gobierno amplió la prohibición para incluir a varios países africanos. El presidente Joe Biden revocó la medida después de asumir el cargo en 2021.
Trump también dijo que implementaría un “fuerte control ideológico de todos los inmigrantes a Estados Unidos” y dijo que el país bloquearía a “peligrosos lunáticos, enemigos, fanáticos y maníacos para obtener la residencia en nuestro país”.
También sostuvo que prohibiría los viajes desde Gaza, Siria, Somalia, Yemen, Libia “o cualquier otro lugar que amenace nuestra seguridad”.
Críticas a los demócratas
Más allá de sus propias iniciativas en esta materia, el tema de la inmigración sirvió a Trump para atacar a su rival demócrata, Kamala Harris.
Así, el expresidente afirmó repetidamente que el presidente Biden la nombró “zar de la frontera” y que “ella estaba a cargo de la frontera”. Ambas cosas han sido desmentidas por la Casa Blanca. En realidad la seguridad fronteriza ha sido una responsabilidad del secretario de Seguridad Nacional, Alejandro Mayorkas.
Trump también ha atacado a Harris al respecto de este tema diciendo que “ella nunca fue a la frontera”, aunque la vicepresidenta sí ha ido: a mediados de 2021 y luego nuevamente en Arizona el mes pasado.
Trump también ha difundido un conjunto de estadísticas sobre los inmigrantes en EE.UU. con condenas por homicidio, afirmando nuevamente que las cifras son específicamente sobre personas que ingresaron al país durante la administración Biden-Harris: “Se supo que 13.099 fueron admitidos durante su administración —intentaron decir que fue por más tiempo, incorrecto: ingresaron en los últimos tres años y medio—, más de 13.000 personas ingresaron: asesinos”. En realidad, el Departamento de Seguridad Nacional y expertos independientes han señalado que estas cifras son sobre personas que ingresaron al país durante décadas, incluso durante la propia administración de Trump, no solo bajo el mandato Biden-Harris.
Además, Trump ha denunciado un proyecto de ley de inmigración no especificado de la administración Biden, afirmando falsamente que “habría permitido que millones de personas se convirtieran en ciudadanos de inmediato”. El proyecto de ley que Biden propuso al Congreso al comienzo de su administración en 2021 habría ofrecido un camino hacia la ciudadanía para millones de inmigrantes indocumentados, pero a lo largo de ocho años. Y el proyecto de ley bipartidista de la frontera de 2024 que Trump ayudó a bloquear ofrecía un camino hacia la ciudadanía para decenas de miles de inmigrantes de Afganistán que llegaron a EE.UU. con estatus temporal tras la retirada de EE.UU. en 2021, pero eso no es “millones” y, nuevamente, no los habría convertido en ciudadanos de inmediato.
Este artículo contó con información de Catherine E. Shoichet, Zachary B. Wolf, Daniel Dale y Steve Contorno, de CNN.