Los científicos hicieron un descubrimiento importante este año relacionado con Stonehenge, uno de los mayores misterios de la humanidad, y cada vez se conocen aún más revelaciones.
En agosto, un equipo de investigadores compartió pruebas que sugerían que la Piedra del Altar, un monolito icónico en el corazón de Stonehenge, fue transportada cientos de kilómetros hasta el sitio en el sur de Inglaterra hace casi 5.000 años desde lo que ahora es el noreste de Escocia. Solo un mes después, un informe dirigido por los mismos expertos descartó la posibilidad de que la piedra viniera de Orkney, un archipiélago frente a la costa noreste de Escocia que alberga sitios neolíticos de ese período, y la búsqueda del punto de origen del monolito continúa.
Ahora, una investigación basada en los dos estudios anteriores sugiere que Stonehenge pudo haber sido reconstruido en Inglaterra alrededor del 2620 al 2480 a.C. para ayudar a unificar a los antiguos británicos a medida que llegaban los recién llegados de Europa. El nuevo estudio, publicado este jueves en la revista Archaeology International, también revela cómo las personas del Neolítico pueden haber movido el bloque de 6 toneladas a más de 700 kilómetros de donde se originó.
Las similitudes entre los círculos de piedra de Escocia y Stonehenge, ubicado en Wiltshire, en el extremo sur de la llanura de Salisbury de Inglaterra, se suman a una creciente colección de pistas que muestran que probablemente hubo más conexión entre las sociedades antiguas en estas dos áreas distantes de lo que se pensaba, según el estudio.
En conjunto, los hallazgos del nuevo estudio y los publicados a principios de este año aclaran el panorama sobre el propósito de Stonehenge y la disposición de sus monolitos, un enigma persistente desde que comenzaron las excavaciones en el sitio en el siglo XVII.
“Estos nuevos hallazgos ampliaron significativamente nuestra comprensión sobre cuál podría haber sido el propósito original de Stonehenge”, dijo el autor principal del estudio, Mike Parker Pearson, profesor de prehistoria británica tardía en el Instituto de Arqueología del University College de Londres, en un correo electrónico. “Muestra que este sitio en Sailsbury Plain era importante para las personas que no solo vivían cerca, sino en toda Gran Bretaña, tanto que trajeron monolitos enormes a través de cientos de kilómetros hasta este lugar”.
Un monumento misterioso
La construcción de Stonehenge comenzó ya en el año 3000 a. C. y se desarrolló en varias fases en un área que estuvo habitada por primera vez hace entre 5.000 y 6.000 años, según los investigadores.
Estudios anteriores demostraron que en la construcción del monumento se utilizaron piedras azules, un tipo de arenisca de grano fino, y bloques de arenisca silicificada de mayor tamaño llamados sarsens. Las piedras azules se trajeron desde la zona de Preseli Hills, en el oeste de Gales, a 225 kilómetros de distancia, y se cree que fueron las primeras piedras que se colocaron en el lugar. Las sarsens, que se utilizaron más tarde, procedían de West Woods, cerca de Marlborough, a unos 25 kilómetros de distancia.
Los investigadores creen que la piedra del altar se colocó dentro de la herradura central durante una fase de reconstrucción. Si bien se desconoce la fecha exacta, los autores del estudio creen que la piedra llegó entre el 2500 y el 2020 a.C.
De acuerdo con la investigación, fue durante esa fase de reconstrucción que los constructores de Stonehenge erigieron las grandes piedras sarsen para formar un círculo exterior y una herradura interior hecha de trilitos, o piedras verticales pareadas conectadas por vigas de piedra horizontales, que siguen siendo parte del monumento hasta hoy.
La Piedra del Altar es la más grande de las piedras azules que se utilizaron para construir Stonehenge. En la actualidad, la Piedra del Altar se encuentra recostada al pie del trilito más grande y apenas se asoma entre la hierba.
Todavía quedan muchas preguntas sobre el propósito exacto de Stonehenge y la Piedra del Altar, pero el monumento se alinea con el sol durante los solsticios de invierno y verano.
“Existen pruebas sólidas que sugieren que estos grandes monolitos de piedra tienen un significado ancestral, ya que representan e incluso encarnan a los antepasados de las personas que los colocaron”, dijo Parker Pearson. “La ubicación (de la Piedra del Altar) dentro de Stonehenge es importante, ya que si te paras en el centro del círculo de piedra, el sol del solsticio de invierno se pone en el centro”.
Durante el invierno, los habitantes del Neolítico se reunían cerca de Stonehenge, en el pueblo de Durrington Walls, y llevaban cerdos y ganado para festejar, dijo Parker Pearson. Stonehenge también fue el cementerio más grande de su época, lo que respalda la idea de que el sitio pudo haber sido utilizado como templo religioso, calendario solar y antiguo observatorio, todo en uno.
Y casi la mitad de las personas del Neolítico enterradas cerca de Stonehenge vinieron de algún lugar distinto de la llanura de Salisbury.
La nueva investigación le agrega un giro político a la historia de la reconstrucción de Stonehenge.
“El hecho de que todas sus piedras procedieran de regiones distantes, lo que lo hace único entre más de 900 círculos de piedras en Gran Bretaña, sugiere que el círculo de piedras puede haber tenido un propósito tanto político como religioso: como monumento de unificación para los pueblos de Gran Bretaña, donde celebraban sus vínculos eternos con sus antepasados y el cosmos”, dijo Parker Pearson.
Conectar comunidades lejanas
Esta muestra de unidad (el transporte de piedras gigantes a largas distancias) no habría sido fácil para los habitantes del Neolítico. Los autores del estudio no creen que los barcos de la época fueran lo suficientemente fuertes como para transportar algo como la Piedra del Altar a través de las aguas costeras.
“Aunque la rueda había sido inventada en otro lugar, todavía no había llegado a Gran Bretaña, por lo que los enormes bloques de piedra probablemente tuvieron que ser arrastrados por trineos de madera que se deslizaban sobre rieles del mismo material que podían levantarse y volver a colocarse continuamente”, dijo Parker Pearson.
El trineo de madera podría haber tenido amortiguadores hechos de vegetación para amortiguar la piedra, que habría sido susceptible a agrietarse durante el largo viaje, dijeron los autores del estudio.
Se habrían necesitado cientos, y posiblemente miles, de personas para ayudar a trasladar la piedra por tierra, y el viaje podría haber durado unos ocho meses, señalaron los investigadores en el documento.
“Los viajes por tierra habrían proporcionado mejores oportunidades (para ofrecer) espectáculos, boatos, banquetes y celebraciones que habrían atraído a miles de personas para presenciar y participar en esta extraordinaria aventura”, según el estudio.
El traslado de la enorme piedra desde Escocia al sur de Inglaterra sugiere que existía una red entre dos grupos distantes fomentada por la colaboración y la cooperación, algo que los investigadores creen que existía como consecuencia de las sorprendentes similitudes culturales en ambos lugares.
“Habría sido necesaria una importante coordinación en toda Gran Bretaña —la gente literalmente se estaba uniendo— en una época anterior a los teléfonos y el correo electrónico para organizar un esfuerzo de ese calibre”, dijo Parker Pearson.
La Piedra del Altar es similar en tamaño y ubicación a otros grandes bloques horizontales en círculos de piedra encontrados en el noreste de Escocia, dijeron los autores del estudio. Estos círculos de piedra reclinados solo se encontraron en esa parte de Escocia, en lugar del resto de Inglaterra, lo que sugiere que la Piedra del Altar puede haber sido un regalo de la comunidad del norte de Escocia para significar algún tipo de alianza.
“Además, si observamos la distribución de algunas de las casas de Durrington Walls, cerca de Stonehenge, hay una sorprendente similitud en su arquitectura con las que se encuentran más al norte en las islas Orcadas, pero rara vez se encuentran en un punto intermedio”, dijo Parker Pearson. “También sabemos desde hace algún tiempo que la gente compartía un estilo de cerámica, al que llamamos Grooved Ware, en toda la isla de Gran Bretaña. Parece haber sido una de las varias innovaciones que se desarrollaron en Escocia y se extendieron hacia el sur a partir del 3000 a.C.”.
Unificar una población que disminuye
Como isla, la población de Gran Bretaña cambió varias veces. Los primeros agricultores de la región descendían de personas de Medio Oriente que llegaron a la isla hace unos 6.000 años y trajeron consigo prácticas agrícolas. Los recién llegados reemplazaron a las comunidades de cazadores-recolectores que habían habitado Gran Bretaña anteriormente y formaron la mayoría de la población entre el 4000 y el 2500 a. C., dijo Parker Pearson.
Sin embargo, alrededor del año 2500 a.C., la gente comenzó a llegar a Gran Bretaña desde Europa, principalmente desde lo que hoy se conoce como Alemania y los Países Bajos, y fue en esta época cuando se reconstruyó Stonehenge, según el estudio.
Los investigadores creen que el proceso de reconstrucción fue “una respuesta a una crisis de legitimación provocada por esta afluencia de nueva gente” y un intento de unir a la población agrícola neolítica.
Los europeos que llegaron, llamados pueblo campaniforme por la cerámica distintiva que enterraban con sus muertos, trajeron consigo tecnología como la rueda y el trabajo del metal.
“En 16 generaciones a lo largo de 400 años, parece que la mayoría de la gente tenía ascendencia que era una mezcla de ambos, aunque en este caso se trataba de una mezcla de un 90% de inmigrantes y un 10% de agricultores indígenas”, dijo Parker Pearson. “La composición genética de la población británica cambió casi por completo a lo largo de medio milenio”.
Con el tiempo, los descendientes del pueblo campaniforme reemplazaron a los agricultores Neolíticos y se convirtieron en la población dominante de Gran Bretaña. Por lo tanto, en última instancia, Stonehenge, que reunió “estas rocas extraordinarias y extrañas que (simbolizaban) y encarnaban comunidades lejanas y distantes dentro de un material complejo y una expresión monumental de unidad entre las personas, la tierra, los antepasados y los cielos”, no logró unificar a las mismas comunidades que lo construyeron, señalaron los autores del estudio.
“Los hallazgos de este estudio develan (información) inesperada e impresionante sobre la historia de Stonehenge, un logro notable si tenemos en cuenta lo bien estudiado que ha sido este famoso sitio”, afirmó Duncan Garrow, profesor del departamento de arqueología de la Universidad de Reading, especializado en prehistoria europea. Garrow no participó en el nuevo estudio.
Ahora, los investigadores están redoblando sus esfuerzos para determinar exactamente en qué parte del noreste de Escocia se originó la Piedra del Altar, dijo Richard Bevins, coautor del nuevo estudio, así como de los estudios anteriores de este año sobre la Piedra del Altar. Bevins es profesor honorario en el departamento de geografía y ciencias de la Tierra de la Universidad de Aberystwyth del Reino Unido.
“Es realmente gratificante que nuestras investigaciones geológicas puedan contribuir a la investigación arqueológica y a la historia que se está desarrollando, ya que nuestro conocimiento ha mejorado de manera tan drástica tan solo en los últimos años”, dijo Bevins. “Nuestra investigación es como la ciencia forense. Somos un pequeño equipo de científicos, cada uno de los cuales aporta su propia área de especialización; es esta combinación de habilidades la que nos ha permitido identificar las fuentes de las piedras azules y, ahora, la Piedra del Altar”.