(CNN) – Desde el principio, la pandemia de covid-19 ha revelado la desigualdad social y económica de Estados Unidos con especial énfasis, al infectar y matar desproporcionadamente a personas de color, ancianos y personas con condiciones preexistentes.
Ahora, mientras el país atraviesa lo que probablemente sea otro verano sofocante, otra amenaza invisible se avecina.
Este fin de semana, mientras una ola de calor azota grandes extensiones del país que tendrán temperaturas de más de 37 grados centígrados, algunos temen que la colisión del covid-19 y el calor extremo pueda ser una combinación peligrosa.
El calor extremo puede amenazar a cualquiera, pero muchos de los mismos grupos que corren el mayor riesgo de contraer una enfermedad grave por el coronavirus también son los grupos más vulnerables a la exposición al calor.
Con reuniones al interior que se sabe que facilitan la propagación de covid-19, las ciudades y las organizaciones de ayuda están ajustando la forma en que mantienen a las personas seguras en esta nueva normalidad.
Y con millones en todo el país sin trabajo y el virus obligando a las personas vulnerables a quedarse en sus hogares, los expertos dicen que la pandemia está agravando el riesgo para aquellos que ya están sufriendo.
“Para mantenerse a salvo del coronavirus, el mensaje es que estás más seguro en casa”, dijo Dave Hondula, investigador del Centro de Investigación del Clima Urbano de la Universidad Estatal de Arizona que estudia el calor extremo y la salud. “Eso es cierto desde la perspectiva del coronavirus, pero si no tienes suficiente enfriamiento o no puedes controlar la temperatura de tu hogar, es posible que no lo estés”.
Así mata el calor
Aunque tiende a llamar menos la atención que otros eventos climáticos, el calor extremo puede matar y, trágicamente, lo hace.
Es uno de los tipos más mortales de eventos relacionados con el clima en Estados Unidos, matando a un promedio de 702 personas cada año, según Paul Schramm, el líder del equipo de ciencias climáticas en los Centros para el Control de Enfermedades de Estados Unidos (CDC). Eso es más de lo que mueren en huracanes, inundaciones y tornados en la mayoría de los años, dice el experto.
Cuando las altas temperaturas se combinan con una humedad sofocante, como se espera que ocurra este fin de semana en el medio oeste, el sur y el este del país, puede abrumar la capacidad de una persona para sudar y enfriarse, provocando picos en la temperatura corporal que pueden dañar el cerebro y otros órganos.
Y cuando las temperaturas se mantienen altas con poco enfriamiento durante la noche, el riesgo de calor puede aumentar aún más.
La amenaza es mayor para los ancianos, los niños pequeños, las personas con sobrepeso y aquellos que trabajan afuera o hacen ejercicio durante la parte más calurosa del día, según los CDC.
Los expertos también señalan el aislamiento social como una preocupación cuando se trata de calor extremo. Schramm recomienda que las personas revisen a sus familiares o vecinos en riesgo al menos dos veces al día para detectar signos de agotamiento por calor.
Las ciudades están cambiando la forma en que mantienen a los residentes frescos
Sabemos que quedarse en casa y lejos de los demás es la mejor manera de prevenir la propagación del covid-19.
Pero si las personas están atrapadas en el interior sin un medio para mantenerse frescos, podrían estar intercambiando un peligro por otro.
Los CDC han emitido una guía sobre cómo abrir de manera segura los centros de enfriamiento, que muchas ciudades todavía están ofreciendo.
Sin embargo, muchos de los centros de enfriamiento informales que las personas usan normalmente para descansar del calor (centros comerciales, bibliotecas, piscinas y supermercados) están cerrados indefinidamente en muchos lugares o no son un espacio seguro para pasar horas adentro.
“La gente está siendo puesta en una posición difícil”, dijo Hondula. “¿Me quedo en casa para evitar contraer coronavirus o me arriesgo a una enfermedad por calor o algo peor si mi casa está demasiado caliente?”.
Gentry W. Trotter, quien dirige Cooldownstlouis.org, una organización sin fines de lucro que brinda aire acondicionado y asistencia energética a poblaciones vulnerables, dijo que la demanda en St. Louis es alta para los servicios de su organización. La ciudad podría ver temperaturas “cercanas” a 37,5ºC y 40ºC grados este fin de semana.
A mediados del verano en un año normal, Trotter dijo que normalmente recibe alrededor de 1.500 consultas por semana sobre asistencia de refrigeración. Sin embargo, la semana pasada, la organización sin fines de lucro recibió más de 5.000 llamadas o mensajes en línea de personas necesitadas.
Gracias a las donaciones y la financiación local de la Ley CARES, dijo que hasta ahora han podido satisfacer el nivel de necesidad. Pero aún quedan muchos días más calurosos este verano, y las consecuencias económicas del covid-19 muestran pocas señales de disminuir.
“Hasta ahora, estamos aguantando”, dijo. “Cada vez que pienso que nos hemos quedado sin dinero, sucede un milagro y surge el financiamiento”.
Otras ciudades están adoptando un enfoque proactivo.
En la ciudad de Nueva York, que podría ver cómo las temperaturas vuelven a subir a los 32º grados centígrados para el fin de semana, los funcionarios están entregando miles de aires acondicionados a personas de la tercera edad de bajos ingresos para proteger a los más vulnerables al calor y del covid-19.
“Sabemos que la misma población que es susceptible al covid-19 también es susceptible a las enfermedades causadas por el calor”, dijo Ben Krakauer, asesor ejecutivo de la Oficina de Manejo de Emergencias de Nueva York. “También sabemos que las personas que se quedan en sus apartamentos durante una ola de calor pueden ver temperaturas entre 6 y 12 grados centígrados más altas que en el exterior, por lo que es muy peligroso”.
La Comisión de Servicio Público de la ciudad también aprobó recientemente US$ 70 millones en ayuda para proporcionar a aproximadamente 440.000 familias hasta US$ 140 en asistencia de servicios públicos de junio a octubre.
Y aunque la ciudad no está abriendo tantos centros de enfriamiento como en años anteriores, habrá alrededor de 220 modificados disponibles, así como “calles frescas” distribuidas por toda la ciudad con carpas de nebulización y tapas de rociado en las bocas de incendios, dijo Krakauer.
El cambio climático también amplifica el riesgo
Además de todo esto, existe el cambio climático, que muchos estudios han demostrado que hace que las olas de calor sean aún más intensas.
Un estudio publicado a principios de este año descubrió que ahora también hay alrededor de 5 días más excepcionalmente calurosos en el hemisferio norte en comparación con 1960, y estos días son aproximadamente 1,5 grados centígrados más cálidos debido al calentamiento global.
Los investigadores también descubrieron que sin medidas para controlar los gases de efecto invernadero, hasta tres cuartos de los días de verano en gran parte del hemisferio norte podrían presentar un calor extremo casi todo el día para el año 2100.
El cambio climático también está trayendo altas temperaturas dijo Juli Trtanj, responsable de investigación integrada sobre salud y clima extremo en la Administración Nacional Oceánica y Atmosférica, que agregó que no se puede encontrar en regiones que están menos equipadas para lidiar con ellas, lo que puede amplificar una situación ya peligrosa.
“Una de las cosas que nos preocupa son las partes del país que tradicionalmente no piensan que tienen un problema de calor, como Seattle o Maine, y, sin embargo, cuando hace mucho calor en Seattle y no hay aire acondicionado, eso es un problema real”.