Nueva York (CNN Business) – Johnny Paycheck cantaba “Take this Job and Shove It” en 1977, el mensaje: no quiero tu empleo. Este podría ser el mantra de la fuerza laboral de la era poscovid.
La “vuelta a la normalidad” en el mercado laboral estadounidense no será suficiente para todos. Especialmente en el comercio minorista y la hostelería, donde lo “normal” era un ejército de trabajadores con salarios bajos que hacían malabares con dos o más trabajos a tiempo parcial para pagar las facturas.
Los últimos 15 meses han sido un ajuste de cuentas para todos. La pandemia forzó a las familias a reordenar sus prioridades de salud, familiares y laborales. Las escuelas cerraron. Las guarderías y el cuidado de los ancianos se vieron interrumpidos.
El Congreso acudió al rescate, abriendo sus carteras para evitar que una recesión por covid-19 se convirtiera en una depresión. El año de subsidios extra por desempleo y los cheques de estímulo que el Congreso autorizó dieron un respiro a millones de trabajadores por primera vez.
Hoy, cuando el motor de la economía estadounidense vuelve a cobrar vida, no es tan sencillo volver a colocar a los trabajadores en los puestos de trabajo que dejaron.
He aquí la prueba.
Récord de ofertas de empleo
Los despidos están disminuyendo y la economía está añadiendo puestos de trabajo, pero el Departamento de Trabajo informó de un récord de 9,3 millones de vacantes en abril, una cifra inaudita.
“Uno piensa en todas estas empresas que intentan regresar a todo rendimiento al mismo tiempo”, dice Nela Richardson, economista jefe de ADP. “Hay algunas dislocaciones en el mercado de trabajo porque todos están contratando al mismo tiempo”.
La llamada “tasa de abandono”
Hay más personas que renuncian a su trabajo que en cualquier otro momento de los últimos 20 años, según la Oficina de Estadísticas Laborales. Cuatro millones de personas dejaron su trabajo en abril.
Es una señal de confianza para encontrar un nuevo trabajo, ya que millones de personas buscan mejores oportunidades en nuevos sectores.
También es una señal de que millones de estadounidenses no se apresuran a “volver a la normalidad”, cuando lo “normal” era un mosaico de empleos mal pagados en el comercio minorista, la restauración o la hostelería.
Récord de creación de nuevas empresas
En lugar de solicitar trabajo, un número récord está creando sus propios negocios. Hasta mayo se habían presentado 2,5 millones de solicitudes de creación de empresas en 2021, según la Oficina del Censo. Eso es ya más de la mitad de las empresas creadas en 2020.
Algunos de los crecimientos más fuertes se han producido en sectores como el comercio minorista, el transporte y el almacenamiento, la construcción y el sector inmobiliario.
Aumento de los salarios
Las empresas, especialmente en el comercio minorista, la hostelería y el almacenamiento, están ofreciendo ventajas sin precedentes para atraer y retener a los trabajadores, como primas de contratación, aumentos salariales, incluso comida gratis y ayuda para pagar los préstamos estudiantiles. El apalancamiento de los trabajadores parece ser mayor en el extremo inferior de la escala de ingresos.
Según la Reserva Federal de Atlanta, el crecimiento salarial más rápido se da entre los trabajadores que solo tienen un diploma de bachillerato.
Sobre esas prestaciones extra por desempleo
Los gobernadores republicanos se quejan de que los US$ 300 extra a la semana en subsidios por desempleo son un elemento que desincentiva el trabajo. El tiempo dirá si cerrar la llave de paso atrae a los trabajadores. Pero un primer estudio de la Reserva Federal de San Francisco encontró apenas “pequeños efectos” del dinero extra para los solicitantes de empleo.
“Tenemos que pararnos a investigar realmente los empleos que intentamos devolver a la economía”, dice Richardson. “Son empleos mal pagados. En lugar de culpar al trabajador por hacer una elección racional durante una pandemia en curso, tal vez sea el momento, como sociedad, de examinar los puestos de trabajo que estamos tratando de crear”.
En su opinión, es hora de dejar de pensar que se trata de una “escasez de trabajadores” y, en su lugar, de una “barrera de infraestructura constante que impide a las mujeres participar plenamente en el mercado laboral, debido a todas estas otras preocupaciones sociales y familiares que siguen presentes después de la pandemia”.
Crédito fiscal por hijos
En parte para hacer frente a esa barrera para las mujeres, a mediados de julio empieza a llegar a las cuentas bancarias más dinero para las familias, lo que da a las familias de bajos ingresos aún más espacio para respirar mientras la economía se reabre.
“Hacer que la desgravación fiscal por hijos sea totalmente reembolsable y eliminar los requisitos de ingresos laborales reducirá los incentivos laborales para los padres”, escribe el economista jefe de Goldman Sachs, Jan Hatzius.
Pero, al mismo tiempo, también llegarán créditos fiscales más generosos para el cuidado de niños y dependientes, lo que, según Hatzius, “debería aumentar la oferta de trabajo para los padres”. La esperanza es que el apoyo financiero a las familias de bajos ingresos favorezca el retorno al trabajo.
La gran pregunta
¿Cuánto durará todo esto?
A medida que pase el tiempo, es posible que las alteraciones laborales disminuyan, al igual que se espera que los fallos en la cadena de suministro se solucionen por sí solos. Las empresas que no puedan asumir el costo de los salarios más altos subirán los precios o reducirán la contratación para pagar la mano de obra más cara. Otras pueden invertir en más automatización. Al mismo tiempo, millones de empresarios y empleados se enfrentan a una curva de aprendizaje sobre el equilibrio entre el trabajo desde casa y la vuelta a la oficina.
No hay un plan para lo que va a suceder a continuación.