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01:28 - Fuente: CNN

(CNN) – Es difícil pensar en Daniel Ortega, presidente de Nicaragua, sin invocar la figura de Rosario Murillo, su esposa, compañera de militancia en el sandinismo, vocera del gobierno y desde 2017 también vicepresidenta del país.

Ortega gobierna Nicaragua desde el 2007, cuando volvió a asumir la presidencia tras ganar las elecciones (ya había ocupado el cargo entre 1985 y 1990). Fue reelecto dos veces más, luego de una reforma constitucional que eliminó los límites a la reelección para mandatos sucesivos en Nicaragua, y ahora busca una nueva victoria en los comicios de noviembre, siempre acompañado de Murillo.

Pero el camino a las próximas elecciones ha quedado marcado por las detenciones a los principales líderes opositores -a quienes se acusa de presuntos delitos como el lavado de dinero y realizar actos contra la soberanía-, lo que ha puesto en dudas la legitimidad del proceso, y la reacción crítica de organismos internacionales.

El presidente de Nicaragua, Daniel Ortega, junto a su esposa y vicepresidente, Rosario Murillo, en Managua en marzo de 2019.

Todos los 39 detenidos, entre los que se incluyen siete precandidatos presidenciales, empresarios y activistas, han rechazado los cargos en su contra. Organismos internacionales, entre ellos la OEA y la ONU, han también condenado los arrestos y pedido la liberación de los opositores

Vocera y vicepresidenta

La vicepresidenta Murillo, “la Chayo” -como se la conoce-, fue la primera en defender al gobierno cuando se conocieron las primeras detenciones de opositores.

“En cuántos países y en cuántos organismos hemos visto cómo las personas que atropellan a los pueblos, saqueando, robando, son llevadas a la Justicia”, dijo a comienzos de junio en un discurso en referencia a las primeras detenciones. “Eso es así, en todas partes del mundo, y en todos los organismos y en todas las instituciones hemos conocido cómo se juzga y cómo se separa a quienes han cometido actos de corrupción y Nicaragua no puede ser una excepción”

La situación se enmarca, además, en la crisis política que afecta al país desde 2018, cuando un intento del gobierno de aumentar las contribuciones laborales llevó a una ola de protestas -marcadas por una violenta represión- e inestabilidad en el país centroamericano.

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¿Quién es entonces Rosario Murillo, la cara visible del gobierno de Nicaragua y para muchos el poder que estaría detrás de la presidencia?

Comienzos de su militancia y llegada al gobierno

Rosario Murillo Zambrana nació el 22 de junio de 1951 en Managua, capital de Nicaragua.

Su historia estuvo siempre ligada al Frente Sandinista de Liberación Nacional (FSLN): es sobrina nieta de Augusto César Sandino, revolucionario nicaragüense de comienzos del siglo XX del cual el partido extrae su nombre, en ingresó en las filas de esta fuerza política en 1969.

Por su militancia debió exiliarse en Costa Rica en 1977, donde conoció a Ortega. Se casaron y tuvieron siete hijos (Murillo había tenido ya tres hijos al momento de conocerlo).

En la década de 1970 el FSLN inició una campaña de lucha armada para derrocar al dictador nicaragüene Anastasio Somoza, lo cual logró en 1979. Ortega ganó luego las elecciones en 1984 y gobernó hasta 1990, cuando perdió en los comicios con Violeta Barrios.

Rosario Murillo, vicepresidenta de Nicaragua. Es esposa del presidente Daniel Ortega. A igual que Daniel Ortega, Rosario Murillo fue parte de los sandinistas que derrocaron a Anastasio Somoza en 1979.

Entre 1984 y 1990 Murillo fue diputada en la Asamblea Nacional, pero su figura comenzó a crecer recién en 2007, cuando se convirtió en vocera del gobierno tras la vuelta de Ortega al poder, en un proceso que la llevaría a ser candidata a vicepresidenta en 2016 y asumir en 2017.

El matrimonio presidencial

En 2018, en medio de las protestas, el departamento del Tesoro de Estados Unidos sancionó a Murillo por “buscar desmantelar las instituciones democráticas y saquear la riqueza de Venezuela para así afirmarse poder”. En el comunicado, el gobierno de EE.UU. calificó a Murillo de “copresidente de facto” de Nicaragua.

El gobierno de Ortega ha rechazado estas tipo de acusaciones, asegurando que se trata de “injerencias” externas.

El fallecido Edén Pastora, ex comandante guerrillero del FSLN, dijo a CNN en 2018 que “es el presidente Ortega el que manda”. “La señora Murillo consulta todo con su marido, aunque todo mundo cree que es ella la que manda”, dijo.

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La religiosidad de Murillo

Murillo suele invocar el “amor cristiano” al momento de referirse a las acciones de su gobierno, intercalando también con ideas esotéricas.

“Yo la conocía en la juventud y era marxista, atea y muy anticlerical. Luego tuvo esa conversión que nunca la ha explicado. Yo creo que es puro oportunismo político, porque lo sandinistas llegaron a a conclusión el que el pueblo nicaragüense esmuy cristiano”, ha dicho Humberto Belli, exministro de Educación de Nicaragua durante la presidencia de Violeta Barrios (1990-1997).

Murillo y el covid-19

En los comienzos de la pandemia de coronavirus, Murillo fue criticada por convocar a las personas a participar de eventos públicos y por oponerse a medidas como el distanciamiento social y el cierre de fronteras.

El covid-19 ha dejado al momento un saldo de casi 8.000 casos y 189 muertes de acuerdo a la Universidad Johns Hopkins, en base a cifras oficiales. Aunque organismos independientes indican que la cifra real estaría muy por encima de esos números, y que el gobierno estaría ejerciendo presión sobre los médicos para evitar un reporte preciso.

Con información de Mario Medrano, Tatiana Arias, Rafael Romo, Camilo Egaña y Samantha Lugo.