(CNN) – El famoso río de Londres es más emocionante de lo que pensábamos. Caballitos de mar, anguilas, focas y tiburones venenosos han sido descubiertos en el Támesis, según los resultados de una “revisión de salud”.
Un estudio realizado por la Sociedad Zoológica de Londres (ZSL, por sus siglas en inglés) reveló “noticias positivas” para la vida salvaje y la recuperación del ecosistema, según informó la sociedad este miércoles.
En 1957, el río de la capital fue declarado “biológicamente muerto”.
Pero ahora se han encontrado criaturas sorprendentes, como los tiburones, entre los que se encuentran el cazón, la caella y la mielga, un pez delgado de unos 60 centímetros y cubierto de espinas venenosas.
La mielga se encuentra en aguas profundas, y las espinas situadas delante de las dos aletas dorsales del tiburón segregan un veneno que puede provocar dolor e hinchazón en los humanos.
El cazón, que se alimenta de peces y crustáceos y puede llegar a medir 1,8 metros y pesar hasta 48 kilos, nunca ha lanzado un ataque no provocado a los humanos, según la organización británica Wildlife Trusts.
Por su parte, el tiburón caella, también conocido como musola dentada, que puede llegar a medir 1,2 metros y pesar 11 kilos, se alimenta principalmente de crustáceos, mariscos y moluscos.
FOTOS | Conoce a los tiburones venenosos que habitan en el río Támesis
Sin embargo, el número de especies de peces que se encuentran en las zonas de marea del río ha mostrado un ligero descenso, y los científicos de la conservación han advertido que es necesario seguir investigando para entender el motivo.
Este río de 346 kilómetros, que alberga más de 115 especies de peces y 92 de aves, se enfrenta a las amenazas de la contaminación y el cambio climático, advirtió ZSL.
El río también proporciona agua potable, alimentos, medios de subsistencia y protección contra las inundaciones costeras a las comunidades circundantes.
El cambio climático ha aumentado la temperatura del Támesis en 0,2⁰C al año de media, dijo ZSL, advirtiendo que esto “pinta un cuadro preocupante” cuando se combina con el aumento del nivel del mar.
El nivel del agua ha aumentado desde que se inició el seguimiento en 1911 en la sección de mareas del Támesis, aumentando en algunos puntos 4 milímetros al año de media desde 1990.
“A medida que la temperatura del agua y el nivel del mar sigan subiendo por encima de los puntos de referencia históricos, la vida silvestre del estuario se verá particularmente afectada, a través de cambios en los ciclos de vida y las áreas de distribución de las especies”, advirtió ZSL en un comunicado.