(CNN) – La invasión rusa de Ucrania se ha cobrado cientos de vidas en el campo de batalla y en las ciudades ucranianas bajo bombardeo. Pero a nivel internacional, también está afectando todo, desde la seguridad alimentaria en El Cairo hasta los precios de la gasolina en California. Ha puesto en primer plano importantes cambios geopolíticos y ha cambiado la forma en que funcionan algunas de las instituciones más destacadas del mundo.
Aquí hay cuatro formas en que el mundo ha cambiado en los 10 días desde que la guerra regresó a Europa.
Un orden mundial cambiante
La invasión de Ucrania no marcó el comienzo de una nueva era de la política de las grandes potencias. Fue el signo de exclamación violento que confirma uno de los cambios más significativos en el orden mundial geopolítico desde el 11 de septiembre.
En los años siguientes, el terrorismo global consumió gran parte de la atención de los líderes occidentales. Al Qaeda e ISIS eran los enemigos que necesitaban ser contrarrestados. El Kremlin ya no era visto como la misma amenaza que alguna vez fue, tanto que, en 2012, el presidente Barack Obama se burló del entonces candidato presidencial Mitt Romney por haber llamado a Rusia el enemigo geopolítico número uno de Estados Unidos.
En ese momento, Putin ya había demostrado que estaba dispuesto a cambiar el orden posterior a la Guerra Fría.
El exoficial de inteligencia de la KGB asumió el cargo en el 2000 con la promesa de restaurar la antigua gloria de Rusia, a veces a través de la fuerza militar. Como primer ministro en 1999, lanzó una ofensiva en la república rusa de Chechenia contra las guerrillas separatistas. En 2008, el Kremlin invadió Georgia y reconoció dos repúblicas separatistas en el país, que en ese momento se estaba acercando a Europa.
Más tarde, el apoyo de Putin al presidente sirio Bashar al-Assad —aparentemente como un aliado en la guerra contra el terrorismo— no le valió el favor de las democracias occidentales, sobre todo debido a los reportes creíbles de la decisión del dictador sirio de atacar a su propio pueblo con armas químicas. La decisión de Putin de anexar Crimea en 2014 y respaldar a los separatistas en el este de Ucrania dio lugar a sanciones y fue condenada rotundamente. También lo fueron los supuestos intentos de Rusia de asesinar a sus enemigos en suelo extranjero.
Pero Putin siguió siendo un actor y socio importante, aunque desagradable, para los líderes desde Washington hasta Varsovia durante la década de 2010. Rusia fue un factor importante en la lucha contra ISIS; el principal proveedor de energía de Europa; y ayudó a negociar importantes pactos diplomáticos como el acuerdo nuclear de Irán de 2015.
La invasión de la semana pasada pudo haber terminado con eso. Después de un cuarto de siglo en el mundo occidental lidiando con Putin, es posible que finalmente haya empujado los límites y se haya convertido en un paria.
En respuesta, el mundo occidental ha golpeado a Rusia con sanciones sin precedentes que han paralizado sus instituciones financieras, haciendo que su economía y el rublo caigan en picada, e incluso apuntando personalmente a Putin y a parte de su círculo íntimo.
“Putin ahora está más aislado del mundo que nunca”, dijo el martes el presidente de Estados Unidos, Joe Biden, en su discurso sobre el estado de la Unión.
Una Europa más unificada
La invasión rusa también ha llevado a la Unión Europea (UE) a tomar decisiones de seguridad impensables hace unas semanas.
Aunque el bloque ha sido durante años uno de los actores económicos más poderosos del mundo, no logró convertir esa fortaleza en un poder geopolítico equivalente.
Históricamente, la UE ha estado dividida sobre exactamente cuánto control central debería tener Bruselas sobre la política exterior. Esto se ha interpuesto en el camino de las nobles ambiciones globales de la UE, ya que las propuestas políticas se diluyeron en las negociaciones o simplemente se vetaron.
El pensamiento europeo sobre defensa, seguridad y asuntos exteriores ha evolucionado años luz en cuestión de pocos días. Ahora está despertando de un sueño de décadas en el que la estabilidad proporcionada por un mundo interconectado evitaría que estallara la guerra y que, en caso de que sucediera lo peor, Estados Unidos lo resolvería.
El impacto de la guerra que regresa a Europa ha unificado a los 27 estados miembros de la UE. El bloque ahora está ejerciendo su poder económico con fines geopolíticos, apuntando a Rusia con el paquete de sanciones más fuerte que jamás haya impuesto.
El bloque, por primera vez en la historia, proporcionó financiamiento para comprar armas para Ucrania. Alemania, que durante décadas se ha opuesto a un enfoque militarizado de la política exterior, ahora participa en el armamento de Ucrania y aumenta su propio gasto militar en respuesta a la invasión.
“La crisis en Ucrania ha hecho añicos la ilusión de que la seguridad y la estabilidad en Europa son gratis”, dijo a CNN un alto diplomático europeo esta semana. “Cuando no había una amenaza real, la geopolítica parecía remota. Ahora hay una guerra en nuestra frontera. Ahora sabemos que tenemos que pagar y actuar juntos”.
Un millón de personas en movimiento
Un millón de personas huyeron de sus hogares en los primeros siete días desde que Rusia invadió Ucrania, una de las migraciones más rápidas y más grandes de la humanidad en la memoria reciente. Para poner eso en contexto, un millón de refugiados tardaron tres meses en salir de Siria en 2013, cuando las salidas estaban en su punto más alto.
Si la lucha continúa y, como dijo una fuente francesa cercana al presidente Emmanuel Macron, lo peor está por venir, Europa podría enfrentarse a una crisis de refugiados sin precedentes.
“He trabajado en emergencias de refugiados durante casi 40 años y rara vez he visto un éxodo tan rápido como este”, dijo Filippo Grandi, el alto comisionado de la ONU para los refugiados.
También ha habido múltiples reportes de racismo contra personas de color y no ucranianos en la frontera.
El futuro de los refugiados sigue sin estar claro. Si Rusia derroca al gobierno ucraniano elegido democráticamente, ¿estas personas querrán volver a casa? ¿Y si, después de los combates, ya no tienen hogares a los que regresar?
Comida y combustible
Los precios de la gasolina en Estados Unidos han registrado sus mayores aumentos desde el paso del huracán Katrina en 2005. A los expertos les preocupa que los precios de los alimentos puedan subir después de que ya aumentaron “fuertemente” el año pasado. Y Moody’s advierte que las cadenas de suministro globales, ya golpeadas por la pandemia de covid-19, podrían sumirse aún más en el caos. Las acciones de todo el mundo cayeron el viernes, y Europa recibió una paliza particularmente dura.
La lucha en Ucrania ha tenido costos económicos y humanos en todo el mundo, especialmente en lo que respecta a la energía.
Aunque Europa ha dicho durante años que necesita dejar de lado la energía rusa, Moscú es el mayor proveedor de petróleo y gas natural de la UE.
Europa podría sobrevivir si Rusia cortara el suministro, pero no sería fácil ni barato.
El conflicto también es un problema de bolsillo que podría determinar si las familias pueden llevar comida a la mesa. Solo en Ucrania, de tres a cinco millones de personas necesitarán apoyo alimentario de inmediato, dijo el director ejecutivo del Programa Mundial de Alimentos (PMA), David Beasley.
Pero Rusia y Ucrania también son algunos de los principales productores de trigo del mundo. Juntos, representan el 23% de todas las exportaciones mundiales, según S&P Global.
“Los temores de conflicto que se ciernen sobre dos de los principales proveedores del mundo claramente van a tener algún impacto en los precios, cuando ya existe una sensación de escasez”, dijo Julien Barnes-Dacey, director del programa de Oriente Medio y África del Norte en el Consejo Europeo de Asuntos Exteriores.
Aunque Ucrania es conocida como el granero de Europa, las preocupaciones son particularmente agudas en el Medio Oriente, el tercer mayor comprador de trigo de Kyiv en el año comercial 2020/2021, según el Departamento de Agricultura de EE.UU. Más del 40% de las exportaciones recientes de trigo del país se dirigieron solo a Oriente Medio o África.
Luke McGee, Matt Egan, Chris Isidore, Nadeen Ebrahim y Eoin McSweeney de CNN contribuyeron a este reporte.