(CNN) – Las condiciones parecen estar mejorando a medida que EE.UU. llega al tercer año de la pandemia de covid-19. Las vacunas mantienen sus efectos contra la enfermedad grave por el virus, evitando que más personas mueran o sean hospitalizadas. Cada vez hay más acceso a pruebas y tratamientos. Las cifras de casos, hospitalizaciones y muertes van en la dirección correcta.
Sin embargo, si hay algo que nos ha enseñado vivir en un mundo con covid-19 es que el virus puede sorprender incluso a los expertos en salud pública más inteligentes. En ese sentido, el mundo, ciertamente, aún no está fuera de peligro.
Una nueva variante podría desarrollarse fácilmente y burlar la protección de los tratamientos y vacunas actuales contra el covid-19. Lo que nos devolvería a la vida que tuvimos en 2020. Justamente, eso hace que sea difícil predecir qué sucederá la próxima semana… y mucho menos en unos pocos meses.
Pero, de acuerdo a lo que observan ahora, algunos expertos compartieron lo que creen que podría ocurrir en el próximo año de la pandemia. En últimas, cada una de estas predicciones depende tácitamente de la posibilidad de una variante.
¿Cómo serán la primavera y el verano?
Las cifras en EE.UU. se ven bien. Solo el 2% de la población ––es decir, alrededor de 7 millones de personas–– vive en un condado con un nivel comunitario “alto” de covid-19 , según datos de los Centros para el Control y la Prevención de Enfermedades (CDC, por sus siglas en inglés). El resto se encuentran en niveles comunitarios “bajos” o “medios”. Y, por lo tanto, son áreas donde no se recomienda el uso de mascarillas ni donde las personas inmunosuprimidas deben extremar las precauciones.
De hecho, durante las próximas cuatro semanas, los CDC proyectan que las hospitalizaciones y las muertes se reducirán. Una tendencia que podría seguir, especialmente a medida que el tiempo mejora y la gente empieza a salir a espacios abiertos, donde es menos probable que se contagien de covid-19.
Estas tendencias positivas podrían significar que EE.UU. tendrá una primavera y un verano normales… o al menos casi normales (dependiendo de la posibilidad de una variante, por supuesto).
“Soy muy optimista”, dijo el Dr. William Lang, director médico de WorldClinic y ex médico adjunto de la Casa Blanca. “Soy optimista por la manera en que se proyectan las cosas para que todos puedan volver a sus actividades normales durante el verano”.
Pero normal no significa regresar a la vida antes de 2020. “Menos” casos igual implican que decenas de miles de estadounidenses se están contagiando. Y hasta este viernes, incluso con las muertes al nivel más bajo en tres meses, se registró un promedio de 1.200 estadounidenses que mueren por covid-19 cada día, según la Universidad Johns Hopkins.
“Todo el mundo tiene que reconocer, en términos relativos, que todavía es muy pronto en esto, ¿no? Esto no va a desaparecer”, advirtió el Dr. Abraar Karan, investigador de la División de Enfermedades Infecciosas y Medicina Geográfica de la Universidad de Stanford.
Si la pandemia avanza a una fase más endémica, que significa que suficientes personas tienen una protección inmunológica por el contagio natural y la vacunación, esto no significa que nos podamos olvidar de las mascarillas. Más bien implica que la propagación del covid-19 se ralentizará. Y, como consecuencia, producirá menos muertes y hospitalizaciones. Pero, este estado de endemia no está garantizado.
Un indicador para tener en cuenta es la tendencia al alza de casos y hospitalizaciones en Gran Bretaña. Karan cree que eso sucede principalmente debido a la disminución de la inmunidad. Y, en ese sentido, EE.UU. podría tener tendencias similares.
“Con la combinación de la disminución de nuestra inmunidad y la mutación del virus, los aumentos repentinos futuros son impredecibles”, dijo Karan.
¿Qué pasará con el otoño y el invierno?
Ante la imprevisibilidad del coronavirus, es difícil saber qué sucederá para el otoño y el invierno, explicó David Montefiori, virólogo del Centro Médico de la Universidad de Duke.
“Este virus nos ha tomado realmente por sorpresa varias veces”, dijo Montefiori. Algunos expertos señalan que el coronavirus, en últimas, podría volverse estacional como la gripe. Pero, Montefiori no cree que estemos en ese punto todavía.
“Pensar en esto como un virus estacional similar a la gripe… no ha sido el caso hasta ahora. Las variantes parecen ser periódicas”, destacó. “Aproximadamente cada cuatro o seis meses tenemos una nueva variante”.
Sin embargo es optimista porque los estadounidenses tienen una amplia inmunidad acumulada debido la vacunación, el contagio o una combinación de ambas.
“Es posible que tengamos otro aumento a fines de este año, incluso a principios del verano. Pero, si no ocurre, eso significa que la inmunidad que hemos desarrollado como población está haciendo un buen trabajo”.
Por supuesto, la preocupación es que surja una variante que burle la protección de las vacunas. “La buena noticia es que las vacunas se pueden modificar rápidamente”, apuntó Montefiori.
Con un mayor acceso a pruebas de detección y tratamientos, muchos expertos creen que EE.UU. está mejor preparado ahora para enfrentar un aumento repentino de casos en otoño o invierno que el año pasado. Algunos dicen que los contagios de covid-19 podrían incrementarse por un tiempo cuando el clima más frío obligue a las personas a permanecer en espacios cerrados y se relajen con las precauciones.
“En última instancia, el virus tendrá dificultades en nuestra población, pero eso llevará mucho tiempo”, dijo el Dr. John Swartzberg, profesor clínico emérito de la Escuela de Salud Pública de UC Berkeley. “Creo que la verdadera visión a largo plazo es que tendremos endemicidad. La erradicación no es posible”, completó
Mucho depende de cuán rápido pueda vacunarse al planeta, destacó Swartzberg. Entre más personas se vacunen hay menos individuos que puedan servir como huéspedes para que el virus mute y produzca ––sí, lo adivinaste–– variantes nuevas.
Menos del 10% de la población en países de ingresos bajos ha recibido vacunas, según el Comité Internacional de Rescate. Estados Unidos y otros países se han comprometido a enviar más vacunas al exterior este año.
¿Qué esperar de las vacunas para adultos en este momento de la pandemia?
Es posible que se necesite una cuarta dosis de la vacuna contra el covid-19 este año. De hecho, los CDC ya recomiendan que aquellos con sistemas inmunológicos debilitados la reciban. Además, funcionarios de salud pública en EE.UU. han dicho que vigilan cuidadosamente si una cuarta dosis sería necesaria para la población en general y cuándo debería aplicarse, con una posible fecha fijada en otoño.
Las vacunas todavía parecen proteger a las personas de necesitar hospitalización y de morir, especialmente si cuentan con un refuerzo. Pero, la protección podría disminuir con el tiempo y es un poco menos efectiva contra la variante ómicron. Las dosis de refuerzo actualmente autorizadas se fabricaron para proteger contra el coronavirus original de finales de 2019.
Ahora bien, las próximas vacunas podrían ajustarse específicamente a la variante ––o variantes–– que están en circulación, dijo el pasado miércoles el director médico de Moderna, Dr. Paul Burton. Incluso, podrían ser un refuerzo combinado.
Moderna y Pfizer han confirmado que están ensayando vacunas centradas en ómicron.
El CEO de Pfizer, Albert Bourla, dijo que su compañía pronto presentará datos sobre otra dosis de vacuna para que los funcionarios federales de salud la evalúen.
“Creo que nuestros datos sugieren que está protegiendo, está mejorando drásticamente la protección, la cuarta dosis en comparación con la tercera, para Ómicron después de algún tiempo. Digamos después de tres a seis meses”, dijo Bourla en una discusión en vivo este jueves con The Washington Post.
A nivel mundial, hay otras 234 vacunas contra el covid-19 en desarrollo. Quizás el más avanzado en el proceso es el de Novavax. Se encuentra en medio del procedimiento regulatorio con la Administración de Alimentos y Medicamentos de EE.UU. (FDA, por sus siglas en inglés) y podría recibir la autorización este año.
¿Qué sigue para las vacunas para niños?
Se espera que Pfizer y Moderna informen los resultados de sus ensayos clínicos con niños menores de 5 años en las próximas semanas.
Pfizer también desarrolla en ensayos clínicos para una tercera dosis de vacuna en niños de 5 a 11 años. Los niños de 12 años en adelante ya pueden recibir el refuerzo, al igual que los niños de 5 años en adelante que están inmunosuprimidos.
Para los más pequeños, los científicos creen que posiblemente no se autorizará una vacuna hasta abril. Pfizer originalmente dijo que creía que podría tener una disponible a principios de este año. Pero, agregó una tercera dosis de la vacuna a sus pruebas para ver resulta más efectiva.
Las vacunas no han llegado lo suficientemente rápido para algunos padres. Durante el aumento de casos por la variante ómicron, el mayor incremento en las tasas de hospitalizaciones se registró entre los niños de 4 años o menos, según los CDC.
Sin embargo, muchos más niños para quienes ya están autorizadas las vacunas aún no las reciben. Son el grupo de edad con la tasa de vacunación más baja en Estados Unidos.
“Todavía no hay tanta aceptación hacia las vacunas como nos gustaría”, dijo la Dra. Shira Gertz, médica pediátrica de cuidados intensivos e investigadora del Centro Médico Cooperman Barnabas en Nueva Jersey. “Obtener una vacuna es mucho mejor que contraer la enfermedad”.
La política detrás de eso puede ser complicada. Pero, las escuelas podrían exigir que los niños se vacunen contra el covid-19 antes de que regresen a clases en el otoño, como lo hacen con otras enfermedades. Actualmente, solo un puñado de escuelas lo implementan, como las de Los Ángeles, la ciudad de Washington y Nueva Orleans, según el Centro para la Reinvención de la Educación Pública.
¿Qué sigue para los tratamientos y las pruebas de detección en la pandemia?
Hay 23 antivirales y otros 63 tratamientos en la última etapa de sus ensayos clínicos, según Bio, una asociación del sector farmacéutico.
Aunque la vacuna contra el covid-19 de Pfizer está autorizada para los niños de 5 años o más, los tratamientos para los más pequeños siguen siendo limitados. La compañía se encuentra en un ensayo clínico de fase 2 y 3 de su tratamiento antiviral Paxlovid en niños de 6 a 17 años.
Ahora bien, para que los tratamientos funcionen de manera efectiva las personas deben recibirlos rápidamente. Un nuevo programa de pruebas y tratamientos de la administración de Biden permite a las farmacias con clínicas hacer pruebas de detección de covid-19 a personas e inmediatamente recetar medicamentos si dan positivo. Ese programa desempeñará un papel aún más vital si los casos vuelven a dispararse.
¿Qué viene para las mascarillas?
Hawai es el último estado en el país en suspender su mandato de uso de mascarillas en espacios cerrados: terminará el 25 de marzo.
Este jueves, el requisito federal de que las personas usen mascarillas en transportes públicos, incluidos los aviones, se extendió por otros 30 días.
Las personas pueden estar hartas de las mascarillas ––y su uso se han convertido en un tema político candente––, pero los mandatos más amplios que las exigen como obligatorias siempre pueden volver si aumenta el número de casos y los hospitales se llenan.
El uso de mascarillas es enormemente efectivo. Una investigación de enero de 2021, que analizó varios estudios sobre el uso de mascarillas en adultos, descubrió que este elemento reducía significativamente la transmisión del virus. Y un estudio de los Institutos Nacionales de Salud, que se publicó este jueves, encontró que durante el aumento de la variante delta, las escuelas que impusieron el uso obligatorio de mascarillas tuvieron un 72% menos de casos de transmisión dentro de la institución que aquellas con políticas opcionales.
“Creo que los lectores deben recordar que incluso si decimos ‘esto es lo que estamos haciendo ahora’, nos reservamos el derecho de cambiar las cosas según sea necesario”, destacó la Dra. Sharon Nachman, jefa de la División de Enfermedades Infecciosas Pediátricas de la Universidad Stony Brook en Nueva York. Los estadounidenses deben ser flexibles y adaptarse a la amenaza que los rodea, insistió.
¿Y el dinero para todas estas medidas de mitigación por la pandemia?
El dinero para pagar las pruebas de detección, los tratamientos y la investigación de vacunas no durará para siempre. Además, no hay más fondos en el reciente proyecto de ley de gastos federales. Se eliminaron US$ 15.600 millones destinados a la preparación para una pandemia. Y eso fue solo la mitad de lo que había pedido el gobierno de Biden.
El proyecto de ley de gastos aumenta el presupuesto de los CDC en US$ 582 millones. Pero, deja de lado las exenciones pandémicas que entregaron a las escuelas fondos federales adicionales para hacer frente a los brotes de covid-19.
El dinero que ha reforzado muchos hospitales rurales de “red de seguridad” expirará pronto. Los hospitales de la red de seguridad son aquellos que, por obligación o misión legal, proporcionan atención médica independientemente de la capacidad de pago o el estado del seguro de alguien. Entonces, más hospitales rurales podrían cerrar este año. A lo que se suma que EE.UU. ya ha perdido un número récord de ellos durante la pandemia.
Es un tiempo tenue. El Dr. Marcus Plescia, director médico de la Asociación de Funcionarios de Salud Estatales y Territoriales, dijo que los suministros de terapias, pruebas y vacunas finalmente están en un nivel en el que satisfacen la demanda.
“Si hay problemas con la financiación y cualquiera de esas áreas de progreso comienza a decaer, volveremos a la situación en la que hasta ahora nos estamos poniendo al día y no tenemos suficiente”, advirtió.
El miércoles, la presidenta de la Comisión de Asignaciones de la Cámara de Representantes, la demócrata Rosa DeLauro, presentó un proyecto de ley complementario e independiente para manejar la pandemia en el hogar y en todo el mundo. Pero, es poco probable que se apruebe.
¿Qué pasa con las consecuencias a largo plazo que deja el covid-19?
Los científicos continúan evaluando a quienes sufren de covid-19 prolongado para tratar de comprender los síntomas y tratamientos de esta condición. Hasta el 30% de las personas que dieron positivo en la prueba del virus pueden tener síntomas a largo plazo como fatiga, dificultad para respirar, dolor en las articulaciones y el pecho y problemas cardíacos, según muestran los estudios.
La salud mental ha sido un desafío continuo para adultos y niños durante la pandemia. Cuatro de cada 10 adultos informaron síntomas de ansiedad o depresión durante la pandemia, frente a 1 de cada 10 antes de la pandemia. En las comunidades de color, los problemas de salud mental son desproporcionadamente desatendidos. Para los niños, la estrategia nacional de salud mental de la administración Biden, que se anunció este mes, intentará abordar la escasez de algunos proveedores y programas para enfrentar sus necesidades.
Más de 206.800 niños en EE.UU. han perdido a su cuidador principal a causa del covid-19. Y los defensores también están presionando para que se establezcan programas que atiendan sus necesidades.
¿Se acabará esto alguna vez?
Las personas deben ser flexibles y no bajar la guardia demasiado pronto, advierten los expertos.
“Cuando los lugares flexibilicen las medidas en el momento equivocado, la transmisión aumenta peligrosamente y perdemos más vidas”, dijo el miércoles la directora de la Organización Panamericana de la Salud, la Dra. Carissa F. Etienne. En ese sentido, instó a los países a basar sus decisiones en evaluaciones de riesgo y datos de salud, además de endurecer las pautas de salud pública si los casos comienzan a dispararse.
En resumidas cuentas, Lang señala: el covid-19 llegó para quedarse. Pero, la parte de la pandemia podría estar en nuestro espejo retrovisor, o al menos pasar a una etapa más manejable, si las personas se vacunan y reciben refuerzos.
“La vacuna contra el covid-19 es mucho más efectiva para prevenir muertes que la vacuna contra la gripe”, dijo. “Entonces, ya sabes, realmente podemos combatir esto si las personas se vacunan y reciben sus refuerzos”.
Gertz también recomienda que las personas presten atención a los números que los rodean.
“Tenemos que seguir siendo diligentes y conscientes de lo que sucede en nuestro entorno inmediato”, dijo. Eso no significa que las personas usarán mascarillas para siempre, pero deben usarlas cuando sea necesario y tomar medidas de prevención como lavarse las manos. “En realidad, siempre debemos lavarnos las manos”, insistió.