(CNN español) – Donde se levantaban los edificios de departamentos, los hospitales y las escuelas, hay ahora escombros calcinados dispersos entre los cráteres de bombas; y en los espacios verdes de una ciudad constantemente bajo una lluvia de proyectiles, proliferan ahora cementerios improvisados.
Mariúpol, una ciudad ucraniana en la región de Donetsk y sobre el mar de Azov, fue atacada por las fuerzas rusas al comienzo de la invasión de fines de febrero, y el asedio comenzó el 1 de marzo. Ahora, tras más de 80 días de resistencia que se convirtió en un símbolo para toda Ucrania, los comandantes de las últimas unidades ucranianas estacionadas en la enorme planta siderúrgica Azovstal han recibido la orden de “salvar las vidas de su personal”, según el comunicado del Estado Mayor de las Fuerzas Armadas de Ucrania.
Y así, la batalla por la Mariúpol parece estar llegando a su fin, después de que cientos de los soldados ucranianos que permanecían en las instalaciones fueran evacuados durante la noche, y se espera un posible intercambio de prisioneros con Rusia, que emerge con una victoria importante –la primera desde que lanzó su invasión y se enfrentó a una dura resistencia ucraniana– sobre esta ciudad de importancia estratégica.
Parte de la población y las fuerzas militares de Ucrania —entre las que se cuenta el controversial batallón Azov, una milicia históricamente vinculada a miembros de la ultraderecha y luego incorporada a las guardias nacionales ucranianas, y unidades de infantería de Marina—, habían quedado completamente rodeadas en Azovstal, con el mar a sus espaldas y bajo el constante bombardeo de la artillería rusa.
De acuerdo con la viceministra de Defensa de Ucrania, Hanna Malyar, la defensa de Mariúpol impidió que Rusia desplegara cerca de 20.000 soldados en otros frentes. Las fuerzas rusas no han emitido declaraciones sobre este punto.
El “terror” en el asedio de Mariúpol
“¿Cómo se puede describir el hecho de que el hogar de una persona se convierta en un lugar de terror? Nuevos cementerios se levantaban por toda la ciudad, en casi todos los barrios; incluso en el pequeño patio de una guardería cercana a mi casa, donde las niñas y niños deberían estar jugando”, relató en marzo Sasha, integrante de la organización Médicos sin Fronteras que logró evacuar la ciudad.
“Vimos cráteres gigantes entre los bloques de pisos, supermercados devastados, instalaciones médicas y escuelas, incluso refugios, donde las personas habían buscado un lugar seguro, destruidos”, señaló.
Con acceso limitado a agua, alimentos y medicamentos, la situación ha sido descrita como de “catástrofe humanitaria”, y el presidente de Ucrania, Volodymyr Zelensky, asegura que allí se han producido decenas de miles de muertos hasta el momento (no hay estimaciones independientes del número total).
¿Pero por qué era tan importante el asedio de Mariúpol?
¿Cuál es la razón por que esta ciudad portuaria de Ucrania con más 400.000 habitantes antes de la guerra, y clave para las exportaciones de acero y granos, es tan importante para Rusia?
Las fuerzas rusas atacaron Ucrania el 24 de febrero desde Belarús, en el norte; desde Rusia, en el noreste; desde los territorios separatistas de Donetsk y Luhansk (la región de Donbás), en el este; y desde la península de Crimea, que Rusia anexó en 2014, en el sur.
Aunque los asaltos en el norte y noreste se concentraron en las principales ciudades ucranianas, entre estas la capital Kyiv y Járkiv, y no tuvieron éxito, los ocurridos en el este y sur lograron avances en las zonas que han estado en el centro del conflicto entre Ucrania y Rusia desde 2014.
En ese año separatistas prorrusos se levantaron y tomaron el control de Donetsk y Luhansk, dando inicio a una guerra civil en Ucrania que continúa hasta hoy y que está en el centro de la actual guerra. Ese mismo año también Rusia anexó la península ucraniana de Crimea, aumentando su presencia en el mar Negro.
El presidente Vladimir Putin reconoció la independencia de las llamadas repúblicas populares de Donetsk y Luhansk días antes de la actual invasión –a la que calificó en ese entonces de “operación militar especial”–, y desde entonces su gobierno ha insistido que esta independencia del Donbás es uno de los principales objetivos de la guerra.
Mariúpol, amenazada desde 2014
Mariúpol fue atacada en los primeros días de la guerra y luego puesta bajo asedio. Su ubicación geográfica explica parte de la decisión de Moscú: la ciudad se encuentra entre Donetsk y Crimea, y su captura permitiría crear un corredor terrestre entre estos dos territorios bajo control ruso, proveyendo además de un puerto económicamente importante.
A finales de abril, la agencia estatal rusa TASS citó al general de división Rustam Minnekaev, comandante en funciones del Distrito Militar Central de Rusia, diciendo que el objetivo de la segunda etapa de la ofensiva rusa en Ucrania, tras el fracaso en el avance sobre Kyiv, era crear un corredor terrestre entre Donbas y Crimea. Y a mediados de marzo el vice-premier de Crimea, Georgiy Muradov, dijo que el corredor terrestre se había completado, según RIA Novosti.
La posible caída de Mariúpol en manos rusas ya se había contemplado durante la guerra de Donbás de 2014, cuando la ciudad estuvo brevemente en manos de separatistas prorrusos y fue luego foco de tensiones por su cercanía con el frente, según un análisis de Brookings de 2015.
De concretarse ahora, la caída de Mariúpol podría traer dos grandes beneficios a Rusia en el corto plazo. Le permitiría a las tropas rusas moverse libremente desde la península en el sur para reforzar sus unidades en el continente y las fuerZas de las repúblicas separatistas en Donetsk y Luhansk, y a Moscú consolidar su control sobre las costas del mar Negro.
También, le permitiría a Rusia mostrar una victoria concreta –especialmente en lo referido a los defensores del batallón Azov, luego de que Putin hablara repetidas veces de “desnazificar” Ucrania– en una guerra que se prolonga cada vez más y en la que las tropas rusas han tenido problemas en todos sus avances, –fueron incluso repelidas en Kyiv y Járkiv– frente a una fuerte resistencia ucraniana.
Una victoria costosa
Podría tratarse, sin embargo, de una victoria muy costosa. Según funcionarios ucranianos, los bombardeados dañaron el 90% de los edificios residenciales de la ciudad, y el 60% recibieron impactos directos y el 40% están destruidos. También resultaron dañados siete hospitales (tres destruidos), tres alas de maternidad (una destruida), siete institutos de enseñanza superior, 57 escuelas y 70 guarderías, de acuerdo con la misma fuente
Vadym Boichenko, el alcalde de Mariúpol, señaló a finales de marzo que aún había unas 160.000 personas en la ciudad atrapadas en el asedio.
Se estima que miles de civiles han muerto durante el asedio de Mariúpol, y la Alta Comisionada de las Naciones Unidas para los Derechos Humanos, Michelle Bachelet, dijo la semana pasada que “la verdadera escala” de las presuntas atrocidades cometidas en la ciudad aún no se ha revelado.
Con información de Nathan Hodge, Darya Tarasova, Radina Gigova, Rob Picheta, Oren Liebermann y Tim Lister.