(CNN)– Las olas de calor en varios continentes han batido récords, han amenazado la salud pública y han hecho tambalearse las infraestructuras, en lo que, según los científicos, son señales del impacto de la crisis climática en el tiempo del día a día.
Los estadounidenses están acostumbrados a encender sus aires acondicionados cada vez que las temperaturas se acercan a los 27 °C. Pero en el Reino Unido, el calor récord de esta semana ha paralizado la vida como una pandemia.
Las temperaturas en el Reino Unido superaron los 40 °C por primera vez el martes, convirtiéndose en el día más caluroso del país.
En EE.UU., un tercio de la población estaba bajo aviso meteorológico por calor el martes y el miércoles, y se esperaba que las temperaturas subieran por encima de los 43 °C en los estados de las Grandes Llanuras.
Si observamos la causa de estos extremos de calor en EE.UU. y Europa, hay diferentes sistemas en juego.
En Europa, una fuerte dorsal de altas presiones ha permitido que las temperaturas aumenten sobre el continente durante los últimos días. El martes, una zona de bajas presiones se desplazaba frente a la costa, ayudando a canalizar el calor extremo hacia el norte, hacia el Reino Unido.
En Estados Unidos, una fuerte cúpula de altas presiones se ha instalado sobre el sur de las Llanuras y el valle de Mississippi. En lugar de canalizar el calor desde el sur, este se está acumulando sin cesar a medida que el sol calienta a través de cielos sin nubes.
La conexión entre estas olas de calor es la influencia de las emisiones de gases de efecto invernadero y la temperatura base del planeta, que se calienta cada vez más.
El científico jefe de la Oficina Meteorológica del Reino Unido, Stephen Belcher, se mostró incrédulo al hacer una declaración en video sobre las impactantes temperaturas que experimentó el país el martes, señalando que habrían sido “prácticamente imposibles” en el Reino Unido en un “clima sin alteraciones”.
“Pero el cambio climático impulsado por los gases de efecto invernadero ha hecho posible estas temperaturas, y de hecho estamos frente esa posibilidad ahora”, dijo, añadiendo que si el mundo sigue emitiendo gases de efecto invernadero al nivel actual, es probable que se produzcan olas de calor de este tipo allí cada tres años.
El Reino Unido, poco preparado para las olas de calor
Cuarenta grados centígrados no son tan calurosos para alguien sentado en el centro de Estados Unidos, Australia, Medio Oriente o el norte de la India. Pero en el Reino Unido, obligó a la gente a trabajar desde casa y a los estudiantes a estudiar a distancia. Las autoridades dijeron a la gente que no tomara trenes ya que se vuelven peligrosos en las vías calientes que se dilatan y doblan con el calor.
En otras palabras, no salir de casa.
Pero en el Reino Unido, más propenso al frío que al calor, las casas también están diseñadas para mantener el calor. Los ventiladores se están agotando en todo el país, pero no pueden hacer mucho.
El tiempo tiene a los británicos tan acalorados que la mala gestión del calor se ha convertido en la última crítica lanzada al primer ministro saliente de la nación, Boris Johnson, que esta semana se ha presentado como un ejemplo más de los fracasos del líder caído en desgracia.
“El récord histórico de temperatura en el Reino Unido no solo se ha batido, sino que se ha borrado por completo”, dijo Hannah Cloke, investigadora de riesgos naturales de la Universidad de Reading. “La marca de 39 °C dejará de existir como récord de temperatura en el Reino Unido, porque acabamos de superarla hasta los 40 °C en un solo salto sudoroso”.
El Reino Unido está lamentablemente poco preparado para los impactos de la crisis climática. Le cuesta gestionar las inundaciones cuando se producen. Con el calor, la nación se doblega.
El martes se produjeron tantos incendios en Londres que los bomberos de la ciudad declararon un “incidente grave” y se vieron desbordados. Cuatro personas se han ahogado mientras la gente acudía a playas, ríos y lagos para intentar refrescarse. Incluso una pista de aterrizaje de un aeropuerto de las afueras de Londres tuvo que ser cerrada pues se estaba derritiendo a causa del fuerte calor.
En el sur de Europa, una región más acostumbrada al calor extremo, al menos 1.100 personas han perdido la vida en la última ola de calor, y los bomberos franceses están desbordados por las llamas que arrasan los bosques. Veintiún países europeos están bajo alerta por el calor.
¿Qué está sucediendo en Estados Unidos?
Puede que los estadounidenses estén más acostumbrados al calor, pero las olas de calor son cada vez más largas y frecuentes también allí, lo que significa más tiempo en el interior, o dondequiera que esté el aire acondicionado. Nada menos que 100 millones de estadounidenses, casi un tercio de la nación, estaban bajo alertas de calor el martes.
Las alertas se extienden desde las llanuras del sur hasta los valles de los ríos Mississippi y Tennessee, y hay alertas dispersas por el suroeste. En el noreste ya se han emitido avisos de calor con una sensación térmica de 37,8 °C para el miércoles.
El calor más peligroso se pronostica en algunas zonas de Texas, Oklahoma y Arkansas, donde hay avisos de calor excesivo para Dallas, Oklahoma City, Tulsa y Little Rock. Se espera que las temperaturas se disparen hasta alcanzar 43 °C en los próximos días.
Los científicos que estudian el papel de la crisis climática en los fenómenos meteorológicos extremos afirman ahora que casi todas las olas de calor del mundo están influidas por la quema de combustibles fósiles por parte del hombre.
Friederike Otto, del Instituto Grantham para el Cambio Climático del Imperial College de Londres, afirmó que depende del mundo alcanzar el nivel cero neto, en el que los humanos emiten la menor cantidad posible de gases de efecto invernadero y “compensan” el resto, para evitar que las olas de calor sean aún peores, “mortales y perturbadoras”.
“Tenemos el poder para hacernos menos vulnerables y rediseñar nuestras ciudades, hogares, escuelas y hospitales y educarnos en cómo mantenernos a salvo”, dijo Otto a CNN. “Los 40 °C en el Reino Unido no son un acto de Dios, sino que se deben en gran medida a nuestra quema pasada y presente de combustibles fósiles”.
En China, el “sanfu” anual, que suele durar tres series de 10 días en julio y agosto, cuando las temperaturas y la humedad alcanzan su punto máximo, se pronostica ahora para un “período prolongado” de 40 días, dijo el pronosticador meteorológico estatal, según Reuters.
El pronóstico advierte de la existencia de olas de calor abrasadoras esta semana, a pesar de las lluvias estacionales, con temperaturas que probablemente subirán hasta los 42 °C en el sur a partir del miércoles.
El martes, en el centro de Londres, un estudiante llamado Asser que se enfrentó al calor dijo a CNN que el mundo no estaba haciendo lo suficiente para combatir las olas de calor.
“De hecho, el mundo no está haciendo nada. El mundo se está quemando y no estamos haciendo nada al respecto. Nos limitamos a consumir, la industria funciona y nadie hace nada por el clima”, dijo.
“Hay olas de calor en Europa, Londres y Estados Unidos, en todas partes; se puede ver, es obvio. Hay inundaciones e incendios forestales y todo eso”.
– Sana Noor Haq, Angela Fritz, Brandon Miller y Nada Bashir de CNN contribuyeron a este reportaje.