(CNN Español) – Argentina está conmocionada. Un hombre intentó este jueves asesinar con un arma de fuego a la vicepresidenta Cristina Fernández de Kirchner en plena ciudad de Buenos Aires, en el peor ataque contra una figura política desde 1991.
La Policía Federal de Argentina detuvo al sospechoso, que fue identificado como un ciudadano de origen brasileño llamado Fernando Andre Sabag Montiel, según la agencial estatal de noticias Télam.
En tanto el arma utilizada, según el Ministerio de Seguridad, fue una pistola calibre .380 con cinco balas.
Fernández de Kichner es la actual vicepresidenta de Argentina, cuyo presidente es Alberto Fernández. Antiguos colaboradores que se habían enemistado, Fernández de Kirchner y Fernández volvieron a unirse en 2019 y ganaron las elecciones, asumiendo en diciembre de ese mismo año.
El presidente Fernández declaró feriado nacional en Argentina tras el intento de asesinato.
Una larga e influyente carrera política
Anteriormente a este cargo, Fernández de Kirchner fue presidenta de Argentina entre 2007 y 2015 (luego del mandato de su esposo Néstor Kirchner, presidente entre 2003 y 2007), y en su larga carrera política ha sido también diputada y senadora en el Congreso de Argentina.
De hecho, Fernández de Kirchner, del peronismo, se ha convertido en la figura más influyente de la política argentina de los últimos años, con seguidores y críticos por igual.
El intento de asesinato tuvo lugar en el contexto de una serie de manifestaciones en apoyo de la vicepresidenta, que acaba de ser acusada de corrupción por la Fiscalía en la causa conocida como “Vialidad”, mientras el país atraviesa una dura situación económica.
Fernández de Kirchner está acusada por la Fiscalía de haber encabezado una asociación para defraudar al Estado cuando era presidenta, mediante el supuesto direccionamiento de contratos millonarios de obras viales en la provincia de Santa Cruz. La Fiscalía pidió 12 años de cárcel para la vicepresidenta y la inhabilitación perpetua para ejercer cargos públicos.
Fernández de Kirchner, en cambio, asegura que esta acusación de corrupción no tiene fundamentos y que se trata de una persecución en su contra suya y del proyecto político que representa el Frente de Todos. Dijo no estar “ante un tribunal de la Constitución, sino ante un pelotón de fusilamiento mediático-judicial” y que la condena en su contra ya estaba escrita.
Desde hace días, sus seguidores se concentran en la calle frente a su departamento en el barrio de Recoleta, en Buenos Aires, para rechazar las acusaciones y brindarle apoyo. El sospechoso se acercó a Fernández de Kirchner mientras ella estaba saludando a las personas.
El antecedente de Alfonsín
En este contexto, se trata del ataque más grave contra un expresidente desde 1991, cuando Raúl Alfonsín (presidente entre 1983 y 1989 por la Unión Cívica Radical) fue objetivo de otro ataque frustrado. Además, es el peor ataque contra un mandatario en funciones, en este caso un vicepresidente, desde el atentado de 1986, también contra Alfonsín.
El 23 de febrero de 1991, Alfonsín se encontraba en la ciudad de San Nicolás, provincia de Buenos Aires, durante un acto político. El entonces expresidente había dejado el poder antes de tiempo en julio de 1989, cuando en medio de una crisis política y económica —que incluía una hiperinflación— decidió dar un paso al costado para que asumiera la presidencia a Carlos Saúl Menem, ganador en las elecciones de ese año (el traspaso de mando debía ocurrir en diciembre).
Alfonsín hablaba en el barrio San Nicolás ante un público compuesto por miembros de su partido cuando Ismael Abdalá, de 29 años, le apuntó con un revolver calibre 32 y apretó el gatillo: el arma tuvo un desperfecto en el tambor y el disparo finalmente no salió, de acuerdo con la agencia estatal Télam.
Fue, de hecho, el tercer atentado contra Alfonsín, el primer presidente argentino desde el retorno de la democracia en 1983 tras la dictadura militar que gobernó el país desde 1976. Su gobierno estuvo marcado precisamente por el juicio a las juntas militares por violaciones de derechos humanos, que acabó con numerosas condenas, y por los levantamientos de grupos militares que rechazaban su responsabilidad.
En mayo de 1986, cuando era aún presidente en funciones, sufrió un intento de atentado con explosivos, finalmente frustrado. Alfonsín se encontraba en la base de la Fuerza Aérea en la ciudad de Córdoba, cuando se descubrieron dos panes de 450 gramos de trotyl (TNT), entre otros explosivos, en una alcantarilla junto a la cual iba a pasar el auto presidencial, según Télam.
Mientras que en octubre de 1989, poco después de dejar el poder, estalló una bomba en el edificio donde residía, sin provocar heridos.
Con información de Emilia Delfino, Iván Pérez Sarmenti, Juan Pablo Varsky y Abel Alvarado de CNN.