(CNN) — La relación de Ted Cruz con Donald Trump ha sido interesante de ver en los últimos años.
Recordarán –y si no, les recordaré–, que durante la campaña presidencial de 2016, Cruz fue uno de los críticos más abiertos de Trump. Llamó a Trump un “cobarde llorón”, un “mentiroso patológico” y “completamente amoral”. También se negó deliberadamente a respaldarlo en la Convención Nacional Republicana de ese año.
Trump no estaba libre de culpa (no actúes sorprendido). Sugirió que la esposa de Cruz no era atractiva, que se escondía detrás de la religión y que su padre podría haber estado involucrado en el asesinato de John F. Kennedy. (Sí, todo eso realmente sucedió).
Los dos republicanos finalmente se reconciliaron, en gran parte porque Cruz hizo todo lo posible para ser amable con Trump porque quería postularse nuevamente para presidente algún día y sabía que no podría hacerlo si era un enemigo jurado del exmandatario.
Bueno, algún día es ahora, como lo demuestra el viaje de Cruz a New Hampshire esta semana para apoyar a la candidata a la Cámara de Representantes Karoline Leavitt, quien se postula en una primaria republicana en el 1er Distrito del estado.
Mientras visitaba el estado de las primeras primarias presidenciales, Cruz dijo algo sorprendentemente honesto sobre sus ambiciones y el estado más amplio de la carrera republicana de 2024.
“Hay muchos candidatos por ahí sintiéndose confiados y alardeando, ‘me postulo pase lo que pase. No me importa lo que diga Donald Trump’. Cualquiera que diga eso está mintiendo”, dijo Cruz al Washington Examiner. “Esa es una declaración idiota para alguien que realmente está pensando en postularse”.
Y añadió esto:
“No sé lo que Trump va a decidir, nadie lo sabe. Cualquiera que te diga que lo sabe se está inventando las cosas. El mundo entero cambiará dependiendo de lo que decida Donald Trump. Eso es cierto para todos los candidatos. Eso es cierto para todos los potenciales candidatos”.
Eso es 100% correcto.
Todo lo que sucede, incluida la campaña de Cruz en New Hampshire y la del senador de Florida Rick Scott en Iowa este fin de semana, antes de que Trump tome una decisión es una especie de espectáculo previo.
Es interesante y vale la pena cubrirlo. Pero si Trump se postula, y todo indica que lo hará, entonces probablemente no importará.
Si bien hay focos de anti-Trumpismo dentro del Partido Republicano, la temporada de primarias intermedias de 2022 ha afirmado, en gran medida, el férreo control que el expresidente aún tiene sobre el partido.
Lo que no quiere decir que nadie vaya a competir contra él si lanza una campaña. Podría ver al exvicepresidente Mike Pence, al exsecretario de Estado Mike Pompeo, al gobernador de Florida Ron DeSantis e incluso a Cruz compitiendo con Trump. (No hace falta decir que todas esas personas seguramente estarían en la mezcla si Trump sorprende al mundo y decide no postularse nuevamente).
Pero la verdad que expone Cruz es que Trump sigue siendo el principal impulsor de la política presidencial republicana. Todos los caminos conducen a él y a su eventual decisión de postularse o no. Y hasta que lo logre, la carrera realmente no comienza para ningún otro republicano.
El punto: el momento del anuncio de Trump ha estado por todas partes en los últimos meses, aunque últimamente parece que está contento con esperar hasta después de las elecciones intermedias para tomar una decisión. Hasta que lo haga, el campo republicano está congelado.