(CNN Español) – Shinzo Abe, el ex primer ministro de Japón asesinado en julio de 2022, dejó una marca fuerte tras sus dos etapas en el Gobierno y también una serie de polémicas, especialmente sobre el rol del país en la Segunda Guerra Mundial y el futuro militar de Japón.
Durante casi nueve años —el período más largo para un primer ministro en el país— Abe gobernó Japón: primero entre 2006 y 2007, y luego entre 2012 y 2020, hasta su renuncia por cuestiones de salud.
En su paso por el gobierno impulsó reformas en la poderosa pero estancada economía japonesa, revisó el rol de su país en la Segunda Guerra Mundial —incluyendo la constitución pacifista— e intentó hacer crecer la asertividad del país, confrontando con China, Rusia y Corea del Norte.
Este es un repaso por algunas de las principales polémicas que envolvieron al Gobierno de Abe durante esos años.
El rol de Japón en la Segunda Guerra Mundial
El 26 de diciembre de 2013, ya en su segundo período como primer ministro, Abe visitó el controvertido santuario de guerra Yasukuni en Tokio, generando una ola de críticas y condenas.
Yasukuni es un santuario sintoísta levantado en 1869 donde están inscriptos los nombres de 2,4 millones de japoneses muertos en diferentes guerras del país. Entre ellos, hay 14 criminales de guerra condenados por los Tribunales de Tokio formados en 1946.
Este santuario es considerado por China, Corea del Norte y Corea del Sur como un símbolo del pasado militar imperial de Japón, que ocupó grandes porciones del territorio de estos países durante la Segunda Guerra Mundial. Millones murieron.
Abe, sin embargo, dijo que no buscaba glorificar la guerra, sino honrar a los muertos en un santuario dedicada a varios conflictos. “He renovado mi determinación ante las almas de los muertos en la guerra de mantener firmemente la promesa de no volver a hacer una guerra”, dijo en ese momento.
La reacción de China y Corea del Sur no tardó en llegar.
Beijing expresó “su más firme indignación por este acto, que ofende gravemente al pueblo chino y a los pueblos de otros países asiáticos que fueron víctimas de la Segunda Guerra Mundial”, en un comunicado del Ministerio de Asuntos Exteriores.
Mientras que el ministro Cultura, Deportes y Turismo de Corea del Sur dijo que deploraba y expresaba su ira por la visita de Abe, e instó a no “embellecer” su participación en la guerra.
El 14 de agosto de 2015, durante un discurso que marcó el 70 aniversario de la Segunda Guerra Mundial, Abe expresó remordimiento por el rol de Japón en la guerra, pero no ofreció disculpas y dijo las futuras generaciones de japoneses ya no deberían tener que seguir disculpándose.
Las “mujeres de consuelo”
Muy temprano en su primer gobierno, Abe generó controversia por sus afirmaciones realizadas el 1 de marzo de 2007 con respecto a que las llamadas “mujeres de consuelo”, mujeres provenientes de países conquistados y forzadas a trabajar en burdeles militares japoneses durante la Segunda Guerra Mundial, no fueron coaccionadas.
Abre dijo que no había evidencia de coerción a las víctimas o complicidad de Japón. Se disculpó el 26 de marzo, pero el caso siguió resonando.
Los países más afectados por el programa de “mujeres de consuelo” japonés fueron China, Corea del Sur y Filipinas, y se cree que en total 200.000 mujeres fueron esclavizadas. En los años de posguerra, Japón se disculpó y pagó indemnizaciones, pero los casos siguen surgiendo y en 1996 las Naciones Unidas publicaron un informe detallado sobre estos hechos.
Durante su segunda etapa en el gobierno, Abe ofreció en 2015 sus “más sinceras disculpas y remordimientos” a todas las antiguas “mujeres de consuelo”, e impulsó un acuerdo con Corea del Sur que incluía proveer 1.000 millones de yenes (US$ 8,7 millones) a un fondo de ayuda a las víctimas.
También se acordó que los dos países iban a “abstenerse de criticarse y culparse mutuamente en la comunidad internacional, incluidas las Naciones Unidas”.
Pero grupos activistas y víctimas consideraron que el acuerdo era insuficiente, y en enero de 2021 un juez en Corea del Sur ordenó a gobierno de Japón pagar una indemnización por daños y perjuicios a 12 víctimas de esta esclavitud sexual surcoreanas. El fallo histórico ha contribuido a la tensión que permanece entre ambos países por estos hechos y otros durante la ocupación japonesa de Corea.
Las autoridades japonesas, que consideran haber terminado el asunto con acuerdos legales en 1965 y 2015, criticaron el fallo, al que calificaron de “extremadamente lamentable” y “absolutamente inaceptable”, añadiendo que el gobierno de Japón no estaba sujeto a la jurisdicción de Corea del Sur.
Y aunque Japón ha ofrecido disculpas a Corea del Sur, esto no ha sucedido con China —donde existe un museo dedicado a las “mujeres de consuelo” en la ciudad de Nanjing—, Filipinas y otros países afectados por la práctica.
La reforma a la Constitución de la Paz
Desde el inicio de su segundo período, Abe se mostró crítico de la actual Constitución de Japón (también conocida como Constitución de la Paz o pacifista) que rige en Japón desde 1946 y fue redactada bajó la ocupación estadounidense tras la derrota en la Segunda Guerra Mundial, en un intento de prevenir futuras agresiones japonesas.
Durante el conflicto Japón invadió y ocupó vasta zonas de China, la península coreana entera y varios territorios del sureste asiático, y desde entonces los países de la región han estado preocupados por el poder militar de Tokio.
La Constitución surgida en la posguerra es famosa precisamente por su artículo 9, en el cual “el pueblo japonés renuncia para siempre a la guerra como derecho soberano de la nación y a la amenaza o al uso de la fuerza como medio de solución en disputas internacionales”.
En septiembre de 2015 la cámara alta del parlamento de Japón, controlada por el Partido Liberal Democrático (PLD) —el partido de Abe— aprobó la primera reinterpretación del artículo 9, permitiendo que Japón pueda ejercer la legítima defensa colectiva, lo que habilitó a las Fuerzas de Autodefensa de Japón, como se conoce al ejército japonés, a luchar en el extranjero y defender a sus aliados en condiciones limitadas.
Protestas y continuidades
La nueva interpretación del artículo 9, que aún prohibe a Japón poseer armas ofensivas como misiles balísticos y portaviones, provocó protestas en sectores pacifistas de la población y en países vecinos.
En junio de 2014, poco después de que la legislación fuera presentada en el parlamento, un hombre se prendió fuego en el centro de Tokio en protesta ante la medida impulsada por Abe, reportó Reuters.
Ese mismo año, el periódico estatal China Daily advirtió que “los países de la región deberían estar atentos a los movimientos de Abe, ya que Japón es el único país asiático que ha infligido un tremendo daño a sus vecinos con su agresión militar antes y durante la Segunda Guerra Mundial”.
Pero el Gobierno de Abe no se quedó ahí. En marzo de 2017, en medio de una ola de ensayos con misiles por parte de Corea del Norte, el PLD propuso un incremento de las capacidades militares y de defensa de Japón, lo que permitirá desarrollar la “capacidad de contraatacar bases enemigas”. Esto incluía un aumento del presupuesto militar del 2% propuesto en 2015.
Abe dijo luego el 3 de mayo de 2017 que su objetivo era que se revise la constitución pacifista de su país y que entre en vigor una nueva versión para 2020.
Eso no se concretó y Abe renunció en septiembre de ese año. Pero la asertividad de Japón se ha mantenido, y el actual primer ministro, Fumio Kishida, se ha mostrado preocupado por el crecimiento de Rusia —cuya invasión de Ucrania fue condenada por Japón— y de China e intensificó la cooperación con los aliados occidentales, especialmente Estados Unidos y Australia.
Con información de Jessie Yeung, Jake Kwon, Yoonjung Seo, Euan McKirdy, Junko Ogura, Will Ripley, Emiko Jozuka, Blake Essig, Nectar Gan, James Griffiths, Ed Payne y Yoko Wakatsuki.