(CNN) – El presidente Joe Biden visitará Alabama este domingo para conmemorar el aniversario número 58 de la histórica marcha del Domingo Sangriento que impulsó el movimiento por los derechos civiles y ayudó a expandir los derechos de voto.
La parada de Biden en Selma se produce cuando él y sus compañeros demócratas luchan por aprobar sus propias medidas radicales de derechos de voto, con escasas perspectivas de aprobación en una Cámara de Representantes controlada por los republicanos.
Pese a eso, Biden planea hacer nuevos llamados para nuevas protecciones electorales cuando hable desde el puente Edmund Pettus, donde en 1965 un grupo de manifestantes por los derechos civiles fueron golpeados por policías estatales blancos cuando intentaban cruzar.
El presidente participará en la caminata anual por el puente para conmemorar los eventos, que provocaron indignación y ayudaron a reunir apoyo para la Ley de Derechos Electorales. Entre los manifestantes golpeados se encontraba el difunto representante estadounidense John Lewis.
Aparte de su lugar en la historia, Selma todavía se recupera de los devastadores tornados que azotaron hace dos meses.
No es la primera vez que Biden asiste a los eventos de aniversario en Selma; en 2020, durante su candidatura a la presidencia, habló en la histórica Iglesia Brown Chapel AME mientras trabajaba para cortejar a los votantes negros antes del Supermartes.
“Hemos sido arrastrados hacia atrás y hemos perdido terreno. Hemos visto con demasiada claridad que si le das un respiro al odio, vuelve”, dijo en su discurso entonces.
Biden continuaría ganando la nominación demócrata y la presidencia, debido en gran parte al apoyo de los votantes negros.
La vicepresidenta Kamala Harris, quien representó a la administración en el evento de aniversario el año pasado, dijo en un comunicado este domingo que “Estados Unidos ha visto un nuevo asalto a la libertad de voto”.
“Los extremistas han trabajado para desmantelar las protecciones electorales por las que generaciones de líderes y defensores de los derechos civiles lucharon incansablemente para ganar. Han depurado votantes de las listas. Han cerrado los lugares de votación. Han convertido en delito dar agua a las personas que hacen fila”, dijo.
Durante el evento del año pasado, Harris había prometido que ella y Biden “pondrían todo el poder del poder ejecutivo detrás de nuestro esfuerzo compartido” mientras criticaba a los legisladores republicanos por votar para bloquear la aprobación de la Ley de avance de los derechos electorales de John Lewis y la Ley de libertad para votar. Hizo un llamado a los reunidos al pie del puente Edmund Pettus para que “continúen presionando al Senado para que no permita que una regla arcana nos niegue el derecho sagrado”.
Este domingo, Biden planea “hablar sobre la importancia de conmemorar el Domingo Sangriento para que la historia no se borre”, según la secretaria de prensa de la Casa Blanca, Karine Jean-Pierre.
“Destacará cómo la lucha continua por el derecho al voto es parte integral de la justicia económica y los derechos civiles de los estadounidenses negros”, dijo.
El Domingo Sangriento conmemora cuando, en 1965, 600 personas iniciaron una marcha desde Selma hasta Montgomery, Alabama, exigiendo el fin de la discriminación en el registro de votantes. En el puente Edmund Pettus, agentes de la ley estatales y locales atacaron a los manifestantes con garrotes y gases lacrimógenos, obligándolos a regresar a Selma. 17 personas fueron hospitalizadas y decenas más resultaron heridas por la policía.