(CNN) – La cinta que ha estado conteniendo la política migratoria de Estados Unidos se arrancará finalmente la próxima semana, y nadie parece estar completamente preparado para lo que se avecina:
- De cara a un esperado aumento de cruces fronterizos, el Pentágono enviará soldados adicionales a la frontera entre Estados Unidos y México para liberar de ciertas tareas a los agentes del Departamento de Seguridad Nacional (DHS, por sus siglas en inglés).
- Las ciudades fronterizas ya están repletas de migrantes que duermen en la calle.
- Los alcaldes de las grandes ciudades del norte se quejan de que están sobrecargados de inmigrantes que ya vienen en autobús desde Texas y quieren que el gobierno federal tome medidas.
Se anticipa una oleada de inmigrantes
Se espera un aumento de inmigrantes porque el Título 42, la política de la era Trump que permitió al gobierno rechazar rápidamente a ciertos inmigrantes en la frontera durante la pandemia de covid-19, está por expirar.
Los tribunales mantuvieron vigente esta orden de salud y la administración de Biden la mantuvo.
El Título 42 finaliza oficialmente el 11 de mayo, cuando caduca la emergencia de salud pública por el covid-19.
Los encuentros entre agentes fronterizos estadounidenses e inmigrantes indocumentados se redujeron a principios de este año, pero aumentaron recientemente. Son alrededor de 7.000 por día en este momento y se espera que aumenten drásticamente la próxima semana, a pesar de una advertencia del Departamento de Estado y el DHS sobre una nueva política más punitiva relacionada con los cruces fronterizos.
Soldados estadounidenses no se desplegarán para ayudar en funciones policiales
Los 1.500 soldados adicionales en servicio activo que el Pentágono enviará durante 90 días se unirán a los 2.500 soldados de la Guardia Nacional que ya se encuentran en la frontera. Están destinados a actuar en roles estrictamente administrativos y no para ayudar en funciones policiales, según el reporte de CNN.
Estos despliegues no tienen precedentes en los últimos años, pero este es notable ya que coincide con un aumento esperado de encuentros fronterizos.
El plan del Gobierno de Biden para desalentar los cruces fronterizos
La administración ha tratado de disuadir a los inmigrantes de que simplemente crucen la frontera y prometió que las personas detenidas serán rechazadas y potencialmente se les prohibirá el reingreso.
Estados Unidos trabaja con Colombia y Guatemala para establecer centros regionales de procesamiento que permitan a los migrantes presentar una solicitud para venir a EE.UU. antes de intentar el agotador viaje a través de Centroamérica y México.
“La idea es, por supuesto, que la gente no continúe su viaje por tierra”, dijo la semana pasada un alto funcionario de la administración a Priscilla Alvarez de CNN. “La idea general de los centros regionales de procesamiento es brindar a las personas una forma legal, segura y regular de ingresar a Estados Unidos”.
Pero ya hay más de 36.000 migrantes, según estimaciones, acampados a lo largo de la frontera en el norte de México esperando el fin del Título 42.
Nuevo reglamento para solicitantes de asilo
El Departamento de Estado y el DHS instaron la semana pasada a esas personas a usar una aplicación móvil para hacer una cita en un puerto de entrada en lugar de intentar cruzar la frontera.
Una vez que el Título 42 caduque, Estados Unidos volverá a usar lo que se conoce como la autoridad del Título 8 para expulsar a cualquier persona que llegue a la frontera ilegalmente y prohibirles que vuelvan a ingresar al país durante al menos cinco años, un enfoque más punitivo.
Una diferencia importante después de que caduque el Título 42 es que los solicitantes de asilo que crucen la frontera sin solicitar asilo primero serán expulsados bajo esa autoridad del Título 8, junto con una nueva regulación propuesta, según el Departamento de Estado. Los defensores de la inmigración están confundidos ya que la administración de Trump propuso un plan similar.
El gobierno se comprometió a aumentar la cantidad de refugiados permitidos en EE.UU. y presiona a los solicitantes para que usen esos centros regionales en lugar de viajar hasta la frontera.
También hay solicitantes de asilo que ya están dentro de Estados Unidos.
En las calles de El Paso
Rosa Flores de CNN reportó este martes desde las calles de El Paso, Texas, donde una multitud de personas fueron trasladadas de dormir en la calle para dar paso a un recorrido dos veces al día por parte de los servicios de saneamiento de la ciudad. Este lunes, El Paso declaró estado de emergencia anticipándose al fin del Título 42.
Flores dijo que en su mayoría son hombres los que duermen en la calle y que las familias con niños se aglomeran en los albergues que se instalaron en la ciudad.
En busca de un viaje al norte
Desde las ciudades fronterizas, los solicitantes de asilo esperan poder acercarse a familiares o conocidos que viven en el país.
CNN habló recientemente con una familia haitiana –Dieuvena, de 28 años, su esposo Banel y su hijo Matéo Sebastien, de 4 años– que lucha por encontrar un lugar para quedarse en Boston. Después de permanecer en un hospital, la familia tiene dificultades para encontrar un lugar para dormir.
La ira del alcalde de Nueva York
Texas ha transportado a miles de inmigrantes a ciudades como Nueva York, Chicago y la ciudad de Washington.
El alcalde de la ciudad de Nueva York, Eric Adams, pidió al gobierno federal que deje de dar fondos de la Agencia Federal para el Manejo de Emergencias (FEMA, por sus siglas en inglés) a las ciudades fronterizas de Texas que utilizan dólares federales para alquilar autobuses y enviar inmigrantes más al norte.
Más de 50.000 solicitantes de asilo han llegado desde la primavera pasada, según un reporte diferente de Alvarez, Mark Morales y Gregory Krieg de CNN.
Ellos escribieron:
Pero lo que originalmente se vio como un truco o una provocación política – con la intención de exponer lo que los conservadores describen como hipocresía entre los líderes demócratas favorables a los inmigrantes– se convirtió en una crisis para Adams, quien busca desesperadamente ayuda federal. La ira de los activistas por el trato de los inmigrantes por parte de la ciudad, que inicialmente estableció campamentos con tiendas de campaña como refugios, está creando presión desde la izquierda sobre un alcalde que ahora amenaza con recortes presupuestarios en todo, desde bibliotecas hasta el Departamento de Bomberos y el Departamento de Servicios para Personas sin Hogar.
Apuntando a ciertas ciudades
Adams también acusó al gobernador de Texas, Greg Abbott, de enviar inmigrantes solo a ciudades con alcaldes negros.
“El gobernador Abbott envió solicitantes de asilo a Nueva York (alcalde negro), a Washington (alcaldesa negra), a Houston (alcalde negro), a Los Ángeles (alcaldesa negra), a Denver (alcalde negro). Pasó por miles de ciudades para aterrizar aquí”, dijo Adams en una conferencia de prensa sobre un tema no relacionado este martes.
“No puedo ignorar el hecho de que el gobernador Abbott envió inmigrantes solo a ciudades donde hay alcaldes negros y eso está socavando nuestras ciudades”, agregó.
Sin disculpas por los autobuses
Abbott, sin disculparse por apuntar a ciertas ciudades que se comprometieron a ser santuarios de inmigrantes con autobuses llenos de inmigrantes, argumenta que el problema más grande está en la frontera sur.
Los dos hombres quieren ayuda del gobierno federal, pero tienen ideas muy diferentes sobre cómo sería esa ayuda.
Adams quiere que el gobierno federal ayude a atender a los solicitantes de asilo que ya están en Estados Unidos de una manera más ordenada y justa. Abbott quiere que el gobierno federal rechace a las personas en la frontera.
El punto de vista del gobernador de Texas sobre los inmigrantes quedó en evidencia este lunes cuando se disculpó por referirse a todas las víctimas del tiroteo masivo en Cleveland, Texas, como “inmigrantes ilegales” en un comunicado de prensa. Se busca a un hombre que fue deportado al menos cuatro veces en relación con el tiroteo. El sospechoso fue detenido este martes, dijeron a CNN dos fuentes policiales federales familiarizadas con la investigación.
Una forma azarosa de hacer política
Ese lado triste de la historia está al margen de una cuestión mayor de que la política de inmigración actual está a punto de cambiar de manera material no porque un debate razonado condujo a la legislación (el Congreso no está debatiendo seriamente la inmigración en este momento), sino porque la emergencia de salud pública terminará oficialmente.
Algo que ayudaría a la política migratoria es la claridad, según Ariel Ruiz Soto, analista del Instituto de Política Migratoria.
“Claramente, se necesita un cambio de política significativo en la frontera entre Estados Unidos y México; uno que realmente comience con aumentar y brindar una mejor asistencia para las solicitudes de asilo en EE.UU., uno que sea más justo y transparente sobre quién puede venir al país y buscar asilo de qué manera”, dijo Ruiz Soto a Rosemary Church de CNN.
También existe claramente la necesidad de una mejor coordinación entre los gobiernos locales, estatales y federales sobre cómo tratar a las personas que ya están en Estados Unidos.
Es una gran ironía del debate político estadounidense que la inmigración genere una división tan visceral ya que el país necesita inmigrantes, tanto para atender la escasez de mano de obra como para apuntalar los programas de redes de seguridad social que se están quedando sin fondos.