(CNN) — Cientos de soldados deberán comenzar una nueva misión a lo largo de la frontera sur de Estados Unidos a partir de este miércoles, mientras funcionarios y una oleada de migrantes se preparan “para lo desconocido” después de que la restricción fronteriza conocida como Título 42, que se implementó en la era Trump al principio de la pandemia de covid-19, expire este jueves.
“Nos estamos preparando para lo desconocido porque no sabemos quién viene: si son familias o si son adultos solos”, señaló el alcalde de El Paso, Texas, Oscar Leeser. El líder visitó la vecina Ciudad de Juárez, en México, a primera hora de este miércoles y calculó que entre 5.000 y 10.000 personas esperaban para cruzar la frontera.
También en Texas, el alcalde de Laredo, Víctor Treviño, le dijo a CNN que su ciudad fronteriza se prepara para enfrentar el fin de la implementación del Título 42 como “si fuera un huracán que se avecina”. Se espera que a Laredo lleguen inmigrantes trasladados desde los centros de procesamiento de Brownsville y El Paso, ya sobrecargados, indicó Trevino.
El jefe de la Patrulla Fronteriza de EE.UU., Raúl Ortiz, sin embargo, restó importancia a la oleada de migrantes, al declarar ante periodistas este miércoles que el aumento con respecto al fin del Título 42 ocurrió en los “últimos cinco o seis días”.
Ortiz reconoció la cantidad sin precedentes de migrantes que se han entregado a las autoridades y la presión que eso implica para el sistema. Sin embargo, sostuvo que no habrá “una batalla campal a lo largo de la frontera”.
Aun así, unos 550 soldados, en su mayoría del Ejército, apoyarán a la Oficina de Aduanas y Protección Fronteriza de EE.UU. (CBP, por sus siglas en inglés) vigilando la frontera y realizando labores de ingreso de datos y apoyo en las instalaciones, según explicó el portavoz del Comando Norte de EE.UU., John Cornelio.
Otros 950 soldados, en su mayoría de la Infantería de Marina y del Ejército, llegarán a finales de mes, añadió Cornelio.
Los funcionarios de inmigración ya enfrentan una oleada de migrantes, incluso antes de que finalice la implementación del Título 42, la política que desde 2020 permitió a las autoridades estadounidenses expulsar rápidamente a los migrantes encontrados en la frontera sur, con algunas excepciones, aparentemente para frenar la propagación del covid-19.
Las autoridades federales han advertido que la expiración de la política el jueves a las 23:59, hora de Miami, podría incrementar aún más la cantidad de migrantes que tratan de cruzar a EE.UU. e intensificar una crisis humanitaria, ya de por sí compleja en la frontera sur.
La reciente crisis fronteriza ya ha causado conmoción en todo el país: se están desplegando tropas en ciudades fronterizas desbordadas por migrantes desesperados que anticipan el fin del Título 42, mientras estados y municipios alejados de la frontera sur se preparan para una oleada de recién llegados. También aumentan las tensiones políticas en torno a un sistema de inmigración con fallas de mucho tiempo, que ahora encara uno de sus mayores retos.
El fin de la implementación del Título 42 no significa que “nuestra frontera esté abierta”
El secretario del Departamento de Seguridad Nacional, Alejandro Mayorkas, elogió este miércoles la “eficacia” de los esfuerzos del Gobierno para detener el flujo de migrantes en la frontera, a la vez que criticó al Congreso por no reparar “un sistema de inmigración dañado”. También subrayó que el final del Título 42 “no significa que nuestra frontera esté abierta”.
“Incluso después de casi dos años de preparación, esperamos registrar un gran número de encuentros (con migrantes) en nuestra frontera sur en los días y semanas posteriores al 11 de mayo”, dijo.
“Esto supone una carga increíble para nuestro personal, nuestras instalaciones y nuestras comunidades, con las que colaboramos estrechamente. Nuestro plan dará resultados, pero se necesitará tiempo para que esos resultados se materialicen plenamente, y es esencial que todos tengamos esto en cuenta”, completó.
El hecho de que el Título 42 vaya a dejar de implementarse no significa una frontera abierta, sino “consecuencias más graves (en virtud del Título 8) para las personas que cruzaron la frontera de manera irregular”, insistió Mayorkas.
Cuando expire el Título 42, las autoridades estadounidenses se apoyarán más en el Título 8, con décadas de antigüedad y bajo el cual los inmigrantes podrían enfrentar consecuencias más graves por cruzar la frontera irregularmente, como la prohibición de entrar en Estados Unidos durante al menos cinco años, según han dicho funcionarios. Los solicitantes de asilo que crucen la frontera sin solicitar antes este amparo podrían ser expulsados en virtud del Título 8.
Aunque el Título 8 contempla mayores consecuencias legales, especialmente para quienes sean detenidos por segunda vez, los plazos en los trámites son más largos que los de las expulsiones del Título 42, y podrían poner a prueba unos recursos ya de por sí escasos.
El Gobierno “enviará más personal a la frontera”
Mayorkas dijo que el departamento enviará “personal a la frontera”, incluidos 1.400 miembros del personal del DHS, 1.000 coordinadores de procesamiento y 1.500 miembros adicionales del personal del Departamento de Defensa.
Se espera que agentes del Servicio Secreto de EE.UU. y del Servicio de Alguaciles de EE.UU., entre otras agencias federales, se desplieguen para ayudar a las autoridades fronterizas, dijeron a CNN dos funcionarios de Seguridad Nacional.
Una multitud de inmigrantes liberados por motivos humanitarios se congregó este miércoles frente a las oficinas de la organización sin ánimo de lucro Team Brownsville, en Texas. Entre ellos había migrantes de China, Venezuela y países centroamericanos que se aferraban a bolsas azules con sus pertenencias y sobres de manila con documentos de inmigración.
Team Brownsville atendió el martes a 844 inmigrantes, entre ellos 30 niños, y está funcionando al máximo de su capacidad, según la coordinadora de voluntarios Andrea Rudnik. La organización sin ánimo de lucro ha estado recibiendo entre 800 y 1.000 solicitantes de asilo al día durante las dos últimas semanas, explicó.
“Tenemos que encontrar espacio y estar preparados para tener suficiente agua, comida y otras cosas que las personas necesitan cuando llegan aquí”, dijo.
Un migrante venezolano le dijo a CNN este miércoles que llegó con su familia a Brownsville hace casi una semana y les perdió el rastro mientras eran procesados por las autoridades de inmigración.
El hombre, que pidió que sólo se utilizara su nombre de pila ––William––, dijo que fue separado de su esposa y sus dos hijos y que no ha podido localizarlos.
William señaló que el fin de las restricciones del Título 42 es la razón “por la que he venido ahora” a la frontera estadounidense.
Se calcula que unos 155.000 migrantes se encuentran en albergues y en las calles de los estados del norte de México que comparten frontera con Estados Unidos, según una fuente familiarizada con las estimaciones federales.
Cerca de 1.000 migrantes se entregan
Mientras reaccionaban ante el fuerte aumento de inmigrantes que se registra en El Paso, Texas, desde la semana pasada, agentes federal pidieron a los migrantes que se entregaran ante las autoridades.
Los agentes repartieron volantes a quienes acampaban afuera de una iglesia para pedirles que acudieran a un centro de control de la Oficina de Aduanas y Protección Fronteriza con el objetivo de que los procesaran. La información indicaba a los destinatarios que serían “procesados por oficiales de CBP y ubicados en el camino correcto de inmigración”.
Según Anthony “Scott” Good, jefe del sector de El Paso de la Patrulla Fronteriza, más de 900 inmigrantes se han entregado a las autoridades de inmigración desde que se distribuyeron los volantes.
La mayoría de esas personas recibieron notificaciones de comparecencia y algunas todavía están siendo procesadas, dijo Good.
Algunos migrantes que se encontraban fuera de la iglesia estaban demasiado asustados para entregarse a las autoridades y confundidos sobre lo que sucedería después, dijeron a CNN.
“Hemos oído que nos van a deportar, que nuestros papeles no sirven”, dijo Nelson Pirela, un inmigrante de Venezuela. “Hemos oído que viene inmigración y que tenemos que entregarnos”.
Muchos de los que se dirigen a Estados Unidos emprenden largos y peligrosos viajes con la esperanza de encontrar una vida mejor y más segura para sus familias. La gente emigra para huir de la violencia, por oportunidades económicas o para reunirse con sus familiares, dicen los expertos.
“Como muchos otros, buscamos una mejor vida. Buscamos seguridad para salir a la calle”, dijo Marcela Aguilar, inmigrante, a KGTV, filial de CNN en San Diego.
Biden advierte sobre caos que se avecina
Ante la inminente caducidad del Título 42, las autoridades estadounidenses afirman estar preparadas para lo que se avecina.
Funcionarios colaboran estrechamente con organizaciones humanitarias no gubernamentales que apoyan a los migrantes y han ampliado los contratos de transporte, dijo un alto funcionario de la administración Biden.
“Hemos estado trasladando a algunas personas lateralmente a lo largo de la frontera a otras partes de la frontera donde hay más capacidad”, explicó.
Aun así, el presidente Joe Biden reconoció este martes que la finalización de la política y la oleada de migrantes que se espera “van a ser caóticas durante un tiempo”.
La administración está trabajando para establecer centros regionales de procesamiento en los países que los migrantes atraviesan en su camino hacia la frontera sur de EE.UU. para que puedan solicitar allí entrar al país, dijo el presidente. No está claro cuándo empezarán a funcionar esos centros.
Los estados y las ciudades también se han estado preparando para la oleada prevista: las autoridades de Brownsville, Texas, están en conversaciones con operadores de autobuses y compañías aéreas para aumentar los servicios de salida y con organizaciones no gubernamentales para ampliar el espacio destinado a los migrantes.
En Nueva York, la gobernadora Kathy Hochul emitió este martes un decreto que permite a las ciudades y al Estado disponer de más recursos antes de que expire el Título 42.
La alcaldesa de Chicago, Lori Lightfoot, emitió una declaración de emergencia, afirmando que los recursos de la ciudad están ahora “al límite” y que las instalaciones existentes están llenas.
Mientras Nueva York se enfrenta a un aumento de las llegadas de inmigrantes, Orangetown, en el condado de Rockland, logró el martes una orden de restricción temporal para impedir que un hotel de la localidad acepte a 30 hombres inmigrantes que la oficina del alcalde de Nueva York tenía previsto enviar el miércoles, anunció la supervisora municipal Teresa Kenny.
Funcionarios del condado de Rockland han criticado en los últimos días al alcalde de Nueva York, Eric Adams, por no informarles de los planes de la alcaldía de trasladar a migrantes en autobús a ese condado. El envío de los migrantes que lo soliciten a hoteles fuera de la ciudad de Nueva York forma parte de lo que Adams denominó una “estrategia de descompresión” a medida que se agota el espacio de los albergues de la ciudad y aumentan las llegadas de migrantes.
El miércoles, funcionarios del condado dijeron que un tribunal había emitido una orden de restricción temporal contra un plan para alojar a los migrantes en un hotel en la aldea de Orangeburg. Rockland también ha solicitado una orden de alejamiento contra la ciudad, argumentando que carece de autoridad para establecer un refugio fuera de sus límites.
El Departamento Jurídico de la ciudad de Nueva York declinó hacer comentarios sobre la demanda. CNN se ha puesto en contacto con la oficina del alcalde de Nueva York.
Rosa Flores, Gloria Pazmino y Norma Galeana reportaron desde El Paso, Texas, mientras Nouran Salahieh y Ray Sanchez informaron desde Los Ángeles y Nueva York. Priscilla Alvarez, Zachery Cohen, Steve Contorno, Oren Liebermann, Haley Britzky, Nick Valencia, Jason Morris y DJ Judd, todos de CNN, contribuyeron a este informe.