Nota del editor: Jorge Dávila Miguel es licenciado en Periodismo desde 1973 y ha mantenido una carrera continua en su profesión hasta la fecha. Tiene posgrados en Ciencias de la Información Social y Medios de Comunicación Social, así como estudios posuniversitarios en Relaciones Internacionales, Economía Política e Historia Latinoamericana. Dávila Miguel es columnista de El Nuevo Herald en la cadena McClatchy, y analista político y columnista en CNN en Español. Los comentarios expresados en esta columna pertenecen exclusivamente al autor. Mira más en cnne.com/opinion
(CNN Español) – En noviembre de 2022, Guillermo Lasso, presidente del Ecuador en toda personalidad y derecho, le declaró gallardamente la guerra al crimen organizado, que campeaba dentro de las prisiones y fuera de ellas. Lasso se puso al mando de sus fuerzas, declaró el estado de excepción en las provincias de Guayas y Esmeraldas y comenzó la operación militar. Hoy, siete meses más tarde, todavía esa guerra no tiene vencedor. Y uno se pregunta: ¿por qué es tan difícil ganarla?
“Requiere más tiempo”, dicen unos. “No es solo a bala”, dicen otros. “La culpa es de las leyes”, “de los políticos”, “de los negocios”, “de la pobreza”.
El consejero del Gobierno de Ecuador para la seguridad nacional, Paco Moncayo, le explicó a Fernando del Rincón de CNN, que son necesarias medidas gubernamentales de control y castigo: “Si no se controla el lavado de dinero, si no se judicializa a los corruptos que se enriquecen con estos negocios no se van a obtener las soluciones que se requieren”.
Moncayo señaló también la necesidad de políticas comunes con países como Colombia y Perú, grandes productores de hoja de coca. Eso es más difícil, señor Moncayo, poner a tres países latinoamericanos de acuerdo. El Gobierno de Ecuador tardó todo un año en promulgar –en medio de esa “guerra” contra el crimen organizado— la Ley orgánica que regula el uso legítimo de la fuerza. El 7 de junio de 2022 el Parlamento aprobó el proyecto y el 6 de agosto lo ratificó tras rechazar las recomendaciones del Gobierno de Lasso, pero no fue sino hasta el 1 de junio de 2023 cuando finalmente el Poder Ejecutivo lo reglamentó. Es claro que la democracia requiere de leyes muy estudiadas y calibradas, pero el mundo criminal no… y va más rápido.
Entonces llegan los candidatos a las elecciones anticipadas del 20 de agosto, solicitadas por el mismo presidente Lasso, quien se fue a la “guerra” como el célebre Mambrú, siguió vivo y, antes de ser censurado y destituido por el Congreso ecuatoriano en una confusa saga de intereses políticos, apeló a la “muerte cruzada”.
Disolvió al Congreso y pidió elecciones, en las que ya dijo que no participará. Un gesto altamente ético o de escape de otra guerra que no puede ganar. Y así sigue el acostumbrado debate político en el que cada cual defiende su posición patriótica y acusa al otro de la más abyecta ilegalidad. Escuchemos a Correa, a Lasso y a un nuevo aspirante al ruedo político, Jan Topic, quien se presenta, desde hace menos de un mes, como el candidato que garantizará que los ecuatorianos podrán salir sin miedo a la calle. También aspirarán a la presidencia Luisa González junto a Andrés Arauz, y el exvicepresidente Otto Sonnenholzner junto a Erika Paredes, entre otros candidatos y los que quedan por sumarse a la contienda electoral.
Topic es un empresario joven y con carisma. Plantea la “guerra” contra la violencia como fundamental. Admira públicamente a Nayib Bukele, presidente de El Salvador. Promete ganar la guerra contra el crimen y arreglar, de paso, la pobreza en Ecuador. Y dice que hará todo eso en el primer año y medio de gobierno, de salir elegido.
Topic habla lleno de seguridad y mira firmemente hacia adelante. Dice que perteneció a la Legión Extranjera Francesa y que además ha combatido por su cuenta en Siria, Ucrania y África, sin aclarar en cuál país del continente luchó. Ha negado ser un mercenario y afirma que participó de estos conflictos porque quería “hacer su parte en la guerra contra el terrorismo”. Sin mostrar, aún, evidencias de su larga carrera militar. Es que ha irrumpido con fuerza en la campaña hace menos de un mes y la prensa ecuatoriana todavía no le ha preguntado. Pero apuesto a que tiene una respuesta preparada. Dirá que aspira a la presidencia sin los intereses de la izquierda o la derecha, y se presentará a las próximas elecciones con el apoyo del Partido Social Cristiano.
La situación política en Ecuador refleja un fenómeno que aparece crecientemente en otros países, la desconfianza en los partidos políticos, en su lento y alambicado proceso para establecer las necesarias leyes de una democracia para poder llamarse así.
Falta poco más de dos meses para las elecciones anticipadas en Ecuador y algo más de cuatro si tienen que ir a la segunda vuelta. Lo que quieren sus ciudadanos es libertad para poder desandar las calles. Una solución ante el crimen y la corrupción que siempre le acompaña. La seguridad ciudadana marcará la campaña y definirá por quién voten los ecuatorianos. Veremos si Topic, el empresario soldado sigue sus pasos ascendentes, si los ecuatorianos escogen la sencillez del mensaje y no se dan cuenta de lo complejo de una solución en solo 16 meses. Aunque no importa, haya solución o no, siempre habrá nuevas explicaciones. Marshall McLuhan lo dijo hace tiempo: el medio es el mensaje. Y en estas aguas revueltas de las comunicaciones es muy fácil confundirse entre el medio y los extremos.