Nota del editor: Mari Rodríguez Ichaso ha sido colaboradora de la revista Vanidades durante varias décadas. Especialista en moda, viajes, gastronomía, arte, arquitectura y entretenimiento. Productora de cine. Columnista de estilo de CNN en Español. Las opiniones expresadas en esta columna son exclusivamente suyas. Lee más artículos de opinión en cnne.com/opinion
(CNN) –– ¿Qué está pasando? Todo comenzó con naturalidad. En enero, un comunicado del Palacio de Kensington anunció que Kate, la princesa de Gales, había sido sometida a una operación abdominal planificada y que estaba ingresada en el hospital. Algo que sorprendió muchísimo.
Una semana después tuvimos un comunicado del Palacio de Buckingham, que informaba que el rey Carlos sería sometido a una operación por el agrandamiento de la próstata. Aquello sorprendió porque fue un comunicado tras otro, en un país donde normalmente la monarquía no habla de su salud, pero a partir de ese momento ––y todos lo recordamos–– se desencadenaron noticias cada vez más preocupantes.
Se dijo que la estancia de Kate en el hospital sería de entre 10 y 14 días y que después estaría algunas semanas sin atender sus labores oficiales, descansando en su casa. Esto ya levantó sospechas y preguntas. ¿Era la operación mucho más complicada de lo que se quiso anunciar? Y después supimos que cuando al rey Carlos le hicieron la operación por el agrandamiento de la próstata le detectaron cáncer en otra parte del cuerpo. Y esto fue realmente otro bombazo mediático en Inglaterra, algo que hemos venido comentando ya por largo tiempo.
Quizás el deseo de transparencia del propio rey estaba presente, pero fue una transparencia a medias. El rey agradeció los mensajes del pueblo sobre su salud y comenzó tratamiento de cáncer, pero no se ha dicho qué tipo de cáncer tiene. Si es algo menor, si es complicado, si es grave o no. Realmente no se sabe nada. Y sobre la princesa de Gales, el silencio es mucho mayor.
Yo acabo de regresar de Londres y comprobé que Kate y William son los royals favoritos en el Reino Unido. Hablé con taxistas, con empleados en las tiendas en el hotel, con amigos… ¡he estado haciendo mi propio sondeo personal! Y todo el mundo siente gran simpatía por esta pareja, son, sin duda, los favoritos de los ciudadanos y se preocupan por lo que está pasando con la monarquía inglesa. ¿Cuál podría ser el efecto de los problemas de salud sobre la monarquía en el Reino Unido? ¿Qué pasaría si el príncipe William decide dedicarse a tiempo completo al cuidado de Kate? ¿Qué pasaría si el rey Carlos se agrava y muere? ¿Está el país listo para otra transición al trono? ¿Y qué pasa con los comentarios que oí en la televisión y la radio británicas que aseguran que haría falta que el príncipe Harry regrese y asuma algunas labores oficiales?
Las preguntas son muchas y periodistas amigos me comentaron, estando en Londres, que nunca ha habido un momento más incierto y peor en la familia real británica en los últimos años. Porque es una acumulación de problemas y hechos muy complejos, incluyendo la muerte de la muy querida reina Isabel. Y ahora lo de la foto de Kate, sobre la que la propia princesa de Gales ha pedido excusas tras haber usado herramientas digitales para retocarla. Lo que debía haber sido una cosa sin gran importancia ¡ha vuelto a desatar el gran escándalo y las preguntas sobre qué pasa con Kate y por qué no dicen la verdad! En fin, me da mucha pena ver como la monarquía inglesa, siempre tan correcta y reservada, está en medio de esta tormenta mediática. Y en medio de estos problemas de salud, el mundo quiere saber qué realmente está pasando.
Sí, esto no ha terminado aquí. Apenas está comenzando y ojalá que todo se estabilice, porque, al fin y al cabo, la monarquía británica es un gran negocio y una gran atracción turística. Y a todos nos gustan estas historias de reyes, reinas, princesas, príncipes, palacios y castillos. ¡Y nadie nos muestra este espectáculo de bombo y platillo como el Reino Unido!