G7.png
¿Por qué Rusia advierte con represalias contra los países del G7?
02:26 - Fuente: CNN

(CNN) – Cuando alguien intentó (y fracasó) quemar un garaje de autobuses en Praga a principios de este mes, el infructuoso ataque incendiario no llamó mucho la atención. Hasta que el primer ministro de República Checa, Petr Fiala, reveló que era “muy probable” que Moscú estuviera detrás de esto.

La acusación generó alarma entre los funcionarios de seguridad y los gobiernos, ya que en los últimos meses se produjeron varios incidentes similares en toda Europa. El Museo de la Ocupación en Riga fue objeto de un ataque incendiario en febrero. Un almacén de Londres se incendió en marzo y un centro comercial de Varsovia se incendió en mayo. La Policía alemana detuvo a varias personas sospechosas de planear explosiones y ataques incendiarios en abril, y las autoridades francesas iniciaron una investigación antiterrorista tras detener a un presunto fabricante de bombas que resultó herido en una explosión fallida a principios de este mes.

Se reportaron múltiples ataques de piratería informática e incidentes de espionaje en diferentes países europeos. Al mismo tiempo, la Unión Europea acusó a Rusia y Belarús de convertir la migración en un arma al empujar a los solicitantes de asilo de terceros países a sus fronteras. También se produjeron varios ataques sospechosos contra particulares: un desertor ruso fue encontrado muerto a tiros en España y un opositor exiliado en Lituania fue brutalmente atacado con un martillo.

Los ataques aparentemente aleatorios tienen algo en común: según las autoridades locales, todos están vinculados con Rusia. Y aunque pueden parecer menores de forma aislada, en conjunto estos incidentes constituyen lo que los expertos en seguridad llaman una guerra híbrida de Rusia contra Occidente.

“Estamos amenazados por algo que no es un ataque militar en toda regla, que son estas amenazas híbridas (…) todo, desde intromisión en nuestros procesos políticos, (socavar) la confianza en nuestras instituciones políticas, desinformación, ciberataques (…) y acciones de sabotaje contra infraestructura crítica”, dijo el secretario general de la OTAN, Jens Stoltenberg, durante un evento en Canadá la semana pasada.

Rod Thornton, profesor titular de estudios de defensa en el King’s College de Londres, dijo que hubo un patrón de ataques vinculados a Rusia. “Definitivamente hubo un aumento en los últimos meses en este tipo particular de operaciones. Es algo que los rusos están intensificando”, dijo Thornton.

Moscú no se atribuyó la responsabilidad de ninguno de los ataques y no respondió a la solicitud de comentarios de CNN, pero el presidente de Rusia, Vladimir Putin, dejó claro que ve la guerra en Ucrania como parte de un conflicto más amplio con la OTAN y que su régimen considera al gobierno de Kyiv como un mero representante de Occidente. Y con cada aumento de la ayuda occidental a Ucrania –ya sea mediante nuevos envíos de armas o la imposición de nuevas sanciones a Rusia– el Kremlin intensifica su discurso.

Thornton dijo que Rusia recurría a una campaña de sabotaje como alternativa a una guerra total con la OTAN, lo que sería desastroso para el país.

“Hace tiempo que la doctrina militar rusa evita enfrentarse a la OTAN en el campo de batalla, porque saben que perderían ante sus fuerzas”, afirmó. “Lo que están haciendo es llevar a cabo actividades que están por debajo del umbral de un conflicto armado, por lo que no están incitando a la OTAN a responder de conformidad con el Artículo 5”, añadió.

El artículo 5 es el principio fundamental de que un ataque contra un miembro de la OTAN es un ataque contra todos los miembros. Sólo se invocó una vez: después de los ataques terroristas del 11 de septiembre en Estados Unidos perpetrados por Al Qaeda.

CNNE 1613614 - putin advierte a occidente de una posible guerra nuclear
Putin advierte riesgo de guerra nuclear si Occidente envía tropas de apoyo a Ucrania
01:47 - Fuente: CNN

Thornton dijo que al mantener deliberadamente los ataques por debajo del umbral del conflicto armado, Rusia espera sembrar más divisiones dentro de la OTAN porque no hay un plan claro sobre cómo actuar.

“La OTAN sólo funciona cuando todos los Estados miembros de la OTAN actúan al unísono. No es bueno que Estados Unidos, el Reino Unido y tal vez Francia digan, hagamos esto contra Rusia, y que los otros países digan, bueno, ya sabes, no queremos hacer eso, tenemos que esperar”.

Nicole Wolkov, investigadora sobre Rusia en el Instituto para el Estudio de la Guerra, con sede en Estados Unidos, dijo que el principal objetivo de Rusia ahora es interrumpir los flujos de ayuda militar occidental a Ucrania.

“Estas operaciones híbridas son parte del esfuerzo bélico de Rusia para debilitar la determinación occidental de apoyar a Ucrania y socavar la unidad dentro de Occidente”, dijo, y advirtió que, a largo plazo, Rusia podría prepararse para una confrontación más directa.

“Rusia está, y estuvo desde antes de la guerra, llevando a cabo estas operaciones híbridas contra la OTAN, Occidente y la UE, en paralelo con sus intentos de mejorar sus capacidades militares convencionales para un posible conflicto futuro con la OTAN”, le dijo a CNN.

Años de planificación

Los observadores de Rusia afirman que Moscú lleva años reforzando sus unidades de guerra híbridas. La señal más evidente de ello, dicen, fue el ascenso de un conocido comandante de espionaje, Andrei Averyanov, a los altos rangos del GRU en 2020.

Averyanov supuestamente supervisó el envenenamiento con el agente nervioso Novichok de Sergei y Yulia Skripal en 2018 en Salisbury, Inglaterra, y la explosión de 2014 en un depósito de municiones en República Checa que mató a dos personas. Actualmente es el subdirector del GRU y es buscado en  República Checa por su papel en la explosión en la ciudad de Vrbetice. Rusia negó reiteradamente su participación en ambos hechos.

“Anteriormente fue jefe de la unidad 29155, conocida por su participación en el ataque de Salisbury, el intento de organizar un golpe de estado en Montenegro y realizar operaciones para desestabilizar Moldavia y Macedonia”, dijo Oleksandr Danylyuk, miembro asociado del Royal United Services Institute, un grupo de expertos en defensa y seguridad del Reino Unido, y exfuncionario de defensa e inteligencia exterior de Ucrania.

“Su ascenso y la creación de una nueva División de Actividades Especiales que tiene nuevos poderes para reclutar sus propios activos (…) es un indicador muy fuerte de que Rusia trata de ampliar sus capacidades”, añadió.

La Policía checa informó que el presunto pirómano del reciente incidente en la estación de autobuses es un extranjero de 26 años que había llegado a la República Checa hacía sólo cinco días. Fiala, el primer ministro, afirmó que el hombre recibió dinero por sus actos.

El carácter amateur del atentado de Praga (el agresor no consiguió causar daños importantes y fue capturado) encaja con este patrón.

“En este momento, la mayoría de estas personas son simplemente agentes pagados por el GRU, no están entrenados para realizar este tipo de operaciones, podrían ser vistos como un mecanismo de prueba llevado a cabo por los rusos para ver dónde están las debilidades de la infraestructura nacional crítica occidental”, dijo Danylyuk.

Cinco personas fueron acusadas en relación con el ataque incendiario en Londres: cuatro de ellas tenían poco más de 20 años y al menos una fue acusada de haber recibido dinero por el ataque. La oficina del fiscal federal alemán dijo que las personas que fueron arrestadas bajo sospecha de planear ataques incendiarios y explosiones en nombre de Rusia estaban “en contacto” con funcionarios de seguridad rusos, en lugar de ser espías. En Polonia, un hombre arrestado por espiar y planificar el asesinato del presidente de Ucrania, Volodymyr Zelensky, también era ciudadano local.

Danylyuk dijo que el aparato de seguridad ruso no se rehúsa a utilizar delincuentes para hacer su trabajo sucio, ya que aprovecha sus vínculos con el crimen organizado internacional.

“Lo que en realidad es súper peligroso e inquietante es que utilizan estas redes, además de muchas organizaciones potencialmente violentas, grupos radicales, grupos de extrema derecha, grupos de extrema izquierda”, dijo.

Ciberdelincuencia y desinformación

La mayoría de los ataques descubiertos hasta ahora fueron relativamente menores, lo que sugiere que el objetivo de Rusia no es tanto infligir el mayor daño posible sino asustar a la población local.

“El objetivo es quebrar la voluntad de los ciudadanos y el apoyo a Ucrania. Si tú vivías en paz en tu país y de repente tienes una serie de ataques terroristas, y todo esto se atribuye al apoyo de tu país a Ucrania, eso ejerce presión sobre el apoyo a Ucrania”, dijo Olga Lautman, investigadora de seguridad que se especializa en la intersección del crimen organizado y las operaciones de inteligencia en Rusia.

Muchos de los ataques están acompañados de una campaña de desinformación diseñada para desviar la culpa de Rusia, dicen los investigadores.

Eso es en gran medida lo que sucedió después del fallido ataque incendiario en Praga, según una investigación de Czech Elves, un grupo de activistas voluntarios que monitorean, analizan y luchan contra las campañas de desinformación que aparecen en la Internet checa.

El grupo afirmó que las campañas de desinformación que monitoreó intentaron trivializar los ataques y desacreditar al Gobierno checo. Una narrativa intentó presentar la acusación de Fiala de que Rusia estaba detrás del incendio como un intento de distraer la atención de los malos resultados del Gbierno en las elecciones al Parlamento Europeo. Otros se burlaron de los hechos, y dijeron que el ataque afectó “sólo” a unos pocos autobuses.

Una fotografía de archivo muestra a los investigadores en la escena del envenenamiento del exespía ruso Sergei Skripal y su hija Yulia en Salisbury, Inglaterra.

“Hay ataques terroristas y al mismo tiempo operaciones de desinformación que culpan a los políticos a cargo, y dicen que es por eso que Alemania, Polonia o Estados Unidos no deberían involucrarse en el apoyo a Ucrania, porque esta no es su guerra”, dijo Lautman.

Las campañas de desinformación parecen ir de la mano de los ciberataques. Varios países de Europa sufrieron importantes ataques informáticos en los últimos meses. Las autoridades de Finlandia y Estonia afirmaron que la señal GPS se bloqueaba con regularidad, lo que causaba interrupciones en los vuelos.

Varios departamentos del Gobierno francés sufrieron lo que los franceses describieron como “un ciberataque masivo” en febrero y, a principios de este mes, un laboratorio de análisis de sangre que presta servicio a varios hospitales en Inglaterra se convirtió en el objetivo de un ataque de secuestro de datos.

Sin embargo, Thornton dijo que estos incidentes probablemente sean sólo el comienzo.

“Lo que están haciendo ahora los ciberoperadores rusos es probar las debilidades de los sistemas de seguridad cibernética, implantar ‘malware’ (software malicioso) y averiguar dónde y cómo atacar sin hacerlo ahora”, afirmó. “Esperarán al gran día en que los necesiten”.

Subestimar a Rusia

La OTAN lleva meses advirtiendo sobre los ataques no convencionales de Rusia contra Occidente, y dice que Moscú está utilizando espionaje, ciberataques, interferencia electoral, desinformación y sabotaje para intentar desestabilizar el bloque y debilitar su determinación de ayudar a Ucrania.

Pero hasta hace poco, los líderes europeos se mostraban reacios a señalar directamente al Kremlin. Según Lautman, Moscú se envalentonó en los últimos años porque rara vez tuvo que rendir cuentas.

Estados Unidos y algunos países europeos impusieron sanciones limitadas a Rusia por sus acciones en Ucrania en 2014. Sin embargo, no fue hasta que Rusia lanzó su invasión a gran escala de Ucrania en febrero de 2022 que Occidente realmente mostró sus sanciones contra Rusia.

El presidente de Rusia, Vladimir Putin, y el líder norcoreano, Kim Jong Un, se estrechan la mano tras la ceremonia de firma de la nueva alianza en Pyongyang, Corea del Norte, el 19 de junio de 2024.

Lautman, quien es investigador principal no residente del Centro de Análisis de Políticas Europeas, dijo que la complacencia hacia los ataques rusos se remonta al menos al asesinato de Alexander Litvinenko en Londres en 2006. El exagente ruso convertido en crítico del Kremlin fue envenenado con un isótopo radiactivo raro, el polonio-210, en lo que el Tribunal Europeo de Derechos Humanos calificó como un ataque patrocinado por el Estado ruso. El Kremlin siempre negó la acusación.

“Se salieron con la suya. Todos sabían que era Rusia. Quiero decir, el (presunto) asesino Andrei Lugovoi fue ascendido y puesto en la Duma”, dijo Lautman, y agregó: “Y con Skripal, nunca olvidaré que (la primera ministra) Theresa May le dio a Rusia un ultimátum para que diera respuestas. Y en 48 horas entregaron otro cadáver: Nikolai Glushkov”.

Glushkov, un crítico de Putin, vivía en Reino Unido después de que se le concediera asilo político. Fue encontrado muerto en su casa de Londres una semana después del envenenamiento de Salisbury. Un portavoz de la Policía Metropolitana le dijo a CNN que una autopsia encontró que había sido estrangulado y que continúa una investigación de asesinato dirigida por detectives del Comando Antiterrorista de la Met. Hasta la fecha no se realizaron arrestos ni se estableció ningún motivo.

Thornton dijo que la OTAN se mostraba reacia a culpar directamente a Putin y al Estado ruso por el envenenamiento de los Skripal debido al riesgo de una escalada y de empujar a Rusia a convertirse en un “completo adversario”.

“Dijeron que tal vez se trataba de una operación clandestina del Departamento Central de Inteligencia (GRU, por sus siglas en ruso), ¿estaba Putin realmente detrás de esto? Había un elemento de ‘no vayamos demasiado lejos, porque no queremos perder a Putin por completo’”, dijo.

“Ahora eso está completamente descartado”, añadió.

Si bien se cree que muchos de los ataques más destacados –los envenenamientos de Litvinenko y Skripal, por ejemplo – fueron aprobados o incluso ordenados directamente por Putin, el deseo de dañar a Occidente atraviesa al establishment político ruso, dicen los analistas.

Las personas conocidas como siloviki —los hombres (casi exclusivamente hombres) más poderosos de Rusia que llegaron al poder a través de las filas de los servicios de seguridad soviéticos y rusos— ven la relación entre Occidente y Rusia como un juego de suma cero. Rusia sólo puede ser fuerte si Occidente y la OTAN son débiles.

“Rusia siempre fue antagonista de Occidente”, dijo Thornton. “Esto se remonta a la época zarista, la idea de que Occidente es una amenaza, que Occidente quiere hundir a Rusia, convertirla en un Estado más pequeño, más débil (…) Así que, independientemente de quién sea el que se ponga en el poder en el Kremlin, seguirá existiendo la mentalidad de que Occidente es, en esencia, el enemigo”.

Lautman estuvo de acuerdo y añadió que el odio del actual establishment hacia Occidente se debe en parte a los acontecimientos que siguieron a la caída de la Unión Soviética a principios de los años 1990, cuando Rusia tuvo que ser rescatada por Occidente después de que su economía colapsara.

La idea de que la agresión rusa terminará con la eventual desaparición de Putin es el “mayor error” de Occidente, dijo, y predijo que los sucesivos líderes seguirán viendo a Occidente como un enemigo hasta que el país abandone la idea del imperialismo ruso, lo que no sucederá fácilmente.

“Y Europa, y toda la comunidad internacional que quiere estabilidad global, deben entender que Rusia está en guerra con nosotros y que seguirán aumentando a menos que empecemos a actuar”.