(CNN) – Apenas unos meses después de asumir la presidencia, Joe Biden se giró hacia su vicepresidenta para que lo ayude a resolver un problema intratable: la migración.
Parecía una misión política sin salida. La vicepresidenta de Estados Unidos Kamala Harris y su equipo rápidamente intentaron dejar algo en claro: ella no estaba a cargo de gestionar la frontera sur.
Tres años después, esa tarea se cierne sobre la campaña sin precedentes de Harris para la Casa Blanca y se convirtió en una línea central de ataque de los republicanos.
“Como resultado de sus políticas de inmigración peligrosamente extremas, la invasión más grande de la historia ahora está ocurriendo en nuestra frontera sur, y está empeorando, no mejorando”, dijo el expresidente Donald Trump en una inusual llamada con periodistas este martes, en la que afirmó falsamente que Harris había sido designada como la “zar fronteriza” de Biden.
La gestión de la frontera entre Estados Unidos y México ha sido una responsabilidad política para Biden, y ahora le tocará a Harris, ya que Trump la ha convertido en una piedra angular de su campaña.
En los últimos tres años, un número sin precedentes de cruces fronterizos ha llegado a definir el historial de inmigración de la administración, lo que recientemente llevó a la Casa Blanca a tomar una medida agresiva para restringir drásticamente el asilo en la frontera sur de Estados Unidos.
A medida que la campaña de la vicepresidenta toma forma y la inmigración sigue siendo un tema importante para los votantes, su equipo se ve obligado a lidiar con una tarea que, según dicen las fuentes, mostró un éxito temprano en Centroamérica como resultado de una importante inversión del sector privado, pero que se ha combinado con los problemas migratorios más amplios del Gobierno.
Este martes, en el primer mitin de su campaña presidencial de 2024, Harris no mencionó la seguridad fronteriza. El tema no fue abordado de manera destacada en los actos de campaña durante el último año, pero tanto Harris como Biden citaron recientemente el acuerdo bipartidista sobre inmigración – que fue hundido por Trump– para argumentar que los republicanos no se toman en serio la seguridad fronteriza.
El brazo de campaña del Partido Republicano en la Cámara de Representantes también está alentando a los legisladores a centrarse en lo que describe como políticas fronterizas fallidas de Harris, según un memorando obtenido por CNN.
El trabajo de Harris sobre las causas se remonta a marzo de 2021. Durante una afluencia de niños migrantes no acompañados, Biden le encargó a la vicepresidenta supervisar los esfuerzos diplomáticos en Centroamérica, considerando la asignación como una señal de respeto, ya que él mismo hizo el mismo trabajo bajo el mando del expresidente Barack Obama.
Mientras Harris se centró en soluciones a largo plazo, el Departamento de Seguridad Nacional siguió siendo responsable de supervisar la seguridad fronteriza.
En ese momento, la mayoría de los menores detenidos en la frontera sur de Estados Unidos provenían de El Salvador, Guatemala y Honduras, una región que fue duramente golpeada por grandes huracanes y la pandemia de covid-19 y que había sido una fuente importante de migración durante la última década.
A medida que el equipo de la vicepresidenta comenzó a elaborar estrategias, el problema que enfrentaba la administración se hizo más grande. Siete meses después, eran los inmigrantes que llegaban de lugares aún más lejanos de Sudamérica —fuera del ámbito de acción asignado a Harris— quienes estaban abrumando al Gobierno de Biden.
Los cruces fronterizos aumentaron y los republicanos señalaron a la vicepresidenta, apodándola la “zar de la frontera”, un título que la Casa Blanca rechazó, tras argumentar que su enfoque estaba en la región y no en la seguridad fronteriza. Y en 2022, como una afrenta a Harris, el gobernador de Texas, el republicano Greg Abbott, comenzó a transportar en autobús a los migrantes a su residencia en el Observatorio Naval en Washington.
Este martes, el representante demócrata Pete Aguilar de California calificó de “risibles y poco serios” los esfuerzos de los republicanos de la Cámara de Representantes por retratar a Harris como una zar de la frontera.
“Seamos muy claros, no hubo una ‘zar de la frontera’. El papel de Kamala Harris era participar en un debate multilateral con nuestros países latinoamericanos”, dijo el presidente del bloque demócrata de la Cámara de Representantes a los periodistas.
Harris sólo ha hablado ocasionalmente de sus esfuerzos a medida que la situación en la frontera entre Estados Unidos y México se convirtió en una vulnerabilidad política para Biden.
Y son los comentarios que hizo al principio de la gestión los que probablemente utilizarán los republicanos en los próximos meses.
En una entrevista con Lester Holt de NBC en junio de 2021, aproximadamente cinco meses después de asumir el cargo, Harris fue presionada sobre el hecho de que aún no había visitado la frontera entre Estados Unidos y México.
“En algún momento, ya saben, iremos a la frontera”, dijo la vicepresidenta. “Hemos estado en la frontera. Así que todo este asunto (…) de la frontera. Hemos estado en la frontera. Hemos estado en la frontera”.
Holt respondió: “No has estado en la frontera”.
“Y no he estado en Europa. Y quiero decir que no entiendo lo que estás diciendo”, dijo Harris riéndose. Y agregó: “No estoy restándole importancia a la frontera”.
Más tarde ese mes, Harris visitó la frontera.
Harris se enfrenta a uno de los temas más conflictivos políticamente
Los funcionarios de la Casa Blanca trabajaron rápidamente para poner al día a Harris después de que se le asignara abordar las causas fundamentales de la migración.
Los funcionarios reunieron una serie de memorandos que examinaban lo que Biden había hecho cuando era vicepresidente y desempeñaba un papel similar. Analizaron qué funcionaba y qué se podía hacer mejor, según un exfuncionario de la administración.
En cierto modo, la región ya era un territorio familiar para Harris desde sus días como fiscal general de California.
“En términos de la parte de las causas fundamentales como vicepresidenta, hay una línea continua en su trabajo como fiscal general, cuando comenzó a construir relaciones en México y Centroamérica”, dijo Daniel Suvor, exjefe de políticas de la entonces fiscal general Harris y ahora socio de O’Melveny & Myers, al argumentar que su trabajo a menudo se ha centrado en resultados concretos y mensurables.
Los funcionarios se reunían diariamente para informarle a la vicepresidenta a lo largo del camino, y otro ex alto funcionario de la administración describió el proceso como “intenso” en medio de una crisis que empeora en la frontera.
“Ella finalmente estudió eso y le puso su propio sello, que fue el componente del sector privado”, dijo uno de los ex altos funcionarios de la administración, al señalar que era un área que concluyeron que Biden, como vicepresidente, no tuvo tiempo de desarrollar por completo.
Harris creó la Alianza para Centroamérica, que ha actuado como enlace entre las empresas y el Gobierno de Estados Unidos. Su equipo y la alianza están coordinando estrechamente iniciativas que han llevado a la creación de empleo en la región. Harris también ha interactuado directamente con líderes extranjeros en la región.
A principios de este año, Harris se reunió con el presidente Bernardo Arévalo de Guatemala para fortalecer la relación bilateral y discutir la buena gobernanza, las oportunidades económicas, la seguridad y la gestión de la migración, según un comunicado de la Casa Blanca.
Alrededor de 56 empresas de los sectores de servicios financieros, textiles y confección, agricultura, tecnología, telecomunicaciones y organizaciones sin fines de lucro están colaborando para impulsar la economía de la región. En conjunto, han invertido más de US$ 5.000 millones.
Los expertos consideran que la capacidad de Harris para conseguir inversiones del sector privado es su acción más visible en la región hasta la fecha, pero han advertido sobre la durabilidad a largo plazo de esas inversiones.
El ministro de Inversiones de Honduras, Miguel Medina, argumentó que tener la Casa Blanca detrás de la iniciativa ha sido fundamental para atraer grandes empresas y dinero del sector privado a la región.
“La diferencia con la alianza es que la facilitación que ellos han hecho y siguen haciendo, esa facilitación, no es algo accesible para una empresa normal en Honduras”, dijo tras citar, por ejemplo, el trabajo con Nespresso para comprar y vender granos de café.
“Si no fuera por el traslado de esta medida desde la Casa Blanca, no habría forma de que hubiéramos tenido el éxito que ha tenido”, añadió Medina.
Si bien es difícil medir el impacto directo sobre la migración, la Oficina de Aduanas y Protección Fronteriza de Estados Unidos ha visto una caída considerable en el número de migrantes que llegan a la frontera sur desde Guatemala, Honduras y El Salvador, según datos federales.
“A largo plazo, ella ciertamente puede atribuirse el mérito de haber iniciado esfuerzos para mejorar la vida de las personas en Centroamérica”, dijo Andrew Selee, presidente del Migration Policy Institute, un grupo de expertos no partidista.