(CNN) – El presidente de Estados Unidos, Donald Trump, comienza una carrera diplomática en toda regla esta semana mientras su equipo de Seguridad Nacional está en constante cambio y aumenta su enfado sobre la investigación del fiscal especial sobre Rusia.
Trump se está preparando para una serie de decisiones que podrían formar la base de una nueva presencia estadounidense en todo el mundo, y las consecuencias de su intenso programa diplomático podrían sentirse en los cinco continentes.
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El momento llega después de la remodelación por parte de Trump de un nuevo y firme equipo de Seguridad Nacional y su adopción de un enfoque cada vez más envalentonado para cumplir sus promesas de campaña.
Pero también llega cuando Trump sigue preocupado por una investigación sobre Rusia que se acerca. Cada vez está más enojado por el círculo, cada vez más amplio, de sus asesores y confidentes atrapados en la red de Robert Mueller. El último fue su abogado personal Michael Cohen, cuya oficina y habitación de hotel fueron allanadas por el FBI el lunes.
La investigación de Rusia ha distraído a Trump sobre un programa importante de cumbres y negociaciones que se avecinan. Las conversaciones comenzaron el martes con el emir de Qatar y avanzan rápidamente hacia una posible reunión, el mes próximo, con el dictador de Corea del Norte.
Trump inicia las reuniones sin un secretario de Estado permanente y con un nuevo asesor de Seguridad Nacional, John Bolton, cuya llegada al ala oeste ha traído incertidumbre y miedo entre algunos de los asesores de Trump. Uno de los principales miembros del personal de Trump, el asesor de Seguridad Interna Tom Bossert, fue removido el martes. Su portavoz de Seguridad Nacional, Michael Anton, partió a principios de semana.
Ya se eliminó uno de los principales esfuerzos diplomáticos de Trump. La Casa Blanca dijo el martes que Trump renunciaría a un viaje planeado a América Latina, programado para el viernes, para permanecer en Estados Unidos mientras planifica una respuesta a un presunto ataque con armas químicas en Siria y “para monitorear los acontecimientos en todo el mundo”.
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Funcionarios dijeron que la avalancha de reuniones tiene a los asesores de la Casa Blanca trabajando horas extras para preparar al presidente, que tiene un período de atención notoriamente corto. El lunes, su equipo de Seguridad Nacional se consumió con consultas sobre cómo responder al presunto ataque en Siria, incluso mientras los asesores seguían preparando materiales informativos para las próximas conversaciones del presidente.
El propio Trump ha hablado por teléfono con líderes extranjeros la mayoría de los días durante la última semana a medida que aumentan sus esfuerzos diplomáticos, incluidas intensas conversaciones con el presidente francés, Emmanuel Macron, sobre una respuesta a Siria.
El presidente ha contado a sus socios que está ganando más confianza en sus charlas con líderes extranjeros, según personas familiarizadas con las conversaciones. En conversaciones privadas, Trump ha relatado en detalle las espléndidas bienvenidas que los líderes le ofrecieron en Riad, París y Beijing, sugiriendo que dicho esplendor refleja su posición en el escenario mundial.
“Es bastante bueno negociando”, dijo el nuevo economista jefe de Trump, Larry Kudlow, en “State of the Union” de CNN. “Pero también es muy bueno para defenderse”.
Calendario diplomático
El apretado calendario diplomático comenzó el martes con el emir de Qatar, que es uno de los líderes del golfo Pérsico que Trump ha presionado para contribuir más a los esfuerzos de estabilización regional. El presidente también espera enmendar una disputa regional entre los estados del Golfo.
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La próxima semana en la Florida, el presidente se sentará a conversar con el primer ministro japonés, Shinzo Abe, quien se apresuró a organizar una reunión en medio de las diferencias sobre Corea del Norte.
Después, Trump volverá a Washington para recibir la primera visita de Estado del presidente de Francia, Emmanuel Macron, un examen a su hospitalidad. Justo tras esto, la canciller de Alemania, Angela Merkel, llegará a la Casa Blanca con la esperanza de mejorar sus relaciones.
Si Trump se sale con la suya, todo eso conducirá a una cumbre histórica con el líder norcoreano, Kim Jong Un, una apertura diplomática audaz que algunos asesores de la Casa Blanca todavía creen que es probable que suceda.
Una línea dura
La situación en la Casa Blanca, con Bolton tomando posesión de su puesto el lunes y Mike Pompeo (recién nombrado secretario de Estado) comenzando su proceso de confirmación esta semana, tiene en estado de ansiedad a los funcionarios del Consejo de Seguridad Nacional y el Departamento de Estado. Ellos ven a Bolton como algo desconocido, pese a su experiencia en el Gobierno y a haber sido comentarista de la televisión por cable.
“No es un trabajo televisivo”, dijo Tom Donilon, que se desempeñó como asesor de Seguridad Nacional del presidente Barack Obama. “Creo que es muy importante que Bolton realmente piense sobre cómo abordará el trabajo”, opinó.
La primera prueba de Bolton consistirá en desarrollar opciones para responder a un presunto ataque de gas químico el pasado fin de semana en Siria, un episodio que complica aún más el objetivo confeso de Trump de retirar tropas estadounidenses del país. Trump mismo declaró que habría un “gran precio a pagar” por el ataque, y los funcionarios de la administración no descartarían nuevos ataques con misiles estadounidenses contra objetivos del régimen sirio.
Bolton encabezó su primera reunión de “directores de pequeños grupos” el lunes para discutir posibles próximos pasos.
Pero cuando llegó el momento de discutir las opciones de Siria con los principales líderes militares, el lunes por la noche en la Casa Blanca, era la investigación de Rusia lo que ocupaba la mente de Trump.
Regímenes deshonestos
Si el apretado calendario de conversaciones de Trump con contrapartes extranjeras tiene una sola línea, son las intenciones nucleares de los regímenes deshonestos y los intentos de Estados Unidos de ponerles fin. En Mar-a-Lago, se espera que hable con Abe sobre su reunión prevista con Kim, una decisión que tomó sobre el terreno cuando se presentó con una invitación de un interlocutor de Corea del Sur. Abe está preparando una lista de preocupaciones sobre tal reunión, dice una persona familiarizada con sus planes.
Pero Trump ha dejado en claro que tiene la plena intención de reunirse con Kim, y ya se están llevando a cabo conversaciones preparatorias entre funcionarios de inteligencia de Estados Unidos y Corea del Norte.
Reuniones con aliados
Mientras tanto, una próxima decisión sobre retirarse del acuerdo nuclear de Irán proporcionará más evidencia de las intenciones del nuevo equipo de Seguridad Nacional de Trump. El presidente ha mantenido a regañadientes la participación de los Estados Unidos en el acuerdo por consejo de sus asesores de Seguridad Nacional. Pero cada vez que fue presionado para renovar el compromiso de Estados Unidos en el trato, arremetió en privado contra exasesores como Rex Tillerson y H.R. McMaster, que creían que una retirada completa dañaría la posición de los estadounidenses.
Bolton y Pompeo han sido muy críticos con el acuerdo nuclear, lo que ha llevado a algunos funcionarios estadounidenses a creer que ahora es más probable una retirada. La planificación de contingencia para algún tipo de retiro del acuerdo ya está en marcha en los Departamentos de Estado y del Tesoro, así como en la Casa Blanca, según personas familiarizadas con el asunto.
Tanto Macron como Merkel esperan convencer a Trump antes de la fecha límite de mediados de mayo para que reconsidere su enfoque, dijeron diplomáticos occidentales esta semana. Sus países, junto con otros firmantes europeos del acuerdo, han estado trabajando con EE.UU. para negociar formas de abordar los defectos percibidos por Trump en el trato. Pero esas conversaciones se han estancado, lo que provocó que los líderes franceses y alemanes hicieran llamamientos directos a Trump.