(CNN Business) – Los lotes de concesionarios de automóviles tienen solo una fracción de los vehículos, tanto nuevos como usados, que normalmente poseen. Eso está ayudando a elevar los precios a niveles récord y aumentan la tasa de inflación general del país.
Y los aumentos de precios aún no han terminado.
El precio promedio de un automóvil nuevo alcanzó un récord de US$ 38.255, en mayo, según JD Power, un 12% más que en el mismo período hace un año.
Aproximadamente dos tercios de los compradores de automóviles pagaron dentro del 5% del precio de etiqueta en mayo, y algunos incluso pagaron por encima de la etiqueta.
Los precios al por mayor de los autos usados vendidos en subasta han subido un 39% desde principios de este año, según otros datos de JD Power. Los precios minoristas de los automóviles usados subieron un 20%, eso es más modesto en el mismo período. Pero también es un salto significativo para esta época del año, y los precios mayoristas más altos apuntan a mayores aumentos en el camino.
“Eso coloca los precios de autos usados al por mayor en el nivel más alto que han tenido”, dijo David Paris, de JD Power. “Y estamos viendo que los precios minoristas usados se aceleran rápidamente”.
El repunte económico de EE. UU. ha elevado los precios al consumidor al ritmo más rápido en casi 13 años, y los precios de los automóviles usados fueron responsables de un tercio del aumento general del 5% en mayo.
Es un cambio de 180 grados en el mercado desde hace un año, cuando muchos concesionarios de automóviles fueron cerrados por la pandemia o se limitaron a brindar servicio y mantenimiento. Las pérdidas masivas de empleos y el cambio a trabajar desde casa provocaron una caída del 30% en las ventas de automóviles, en el segundo trimestre de 2020, la mayor caída trimestral desde la Gran Recesión.
Ahora las ventas están en auge, con la tasa de ventas ajustada estacionalmente de mayo para las ventas de automóviles nuevos a los consumidores aumentando un 34% en comparación con el año anterior, y un 10,6% en comparación con el mes de ventas más normal de mayo de 2019.
Problemas de la cadena de suministro
Pero la demanda resurgente llega en un momento en que las plantas automotrices de todo el mundo están cerradas o funcionando con una producción reducida debido a la escasez de chips de computadora . La producción de automóviles nuevos en América del Norte se redujo alrededor de 3,4 millones de vehículos en los primeros tres meses de este año, según Cox Automotive. Y la mayoría de los fabricantes de automóviles informaron que la producción del segundo trimestre se redujo incluso más que en el primer trimestre.
El mercado de automóviles usados es igual de ajustado, con algunas medidas de oferta y demanda en el sector que muestran la mayor escasez registrada.
Esos dos factores, fuertes ventas y oferta limitada, están alimentando el auge de los precios.
“Es una tormenta perfecta”, dijo Charlie Chesbrough, economista sénior de Cox Automotive. “Si no está dispuesto a pagar casi el precio de etiqueta, hay alguien detrás de usted que sí lo está. Estos problemas probablemente estarán con nosotros durante al menos el resto de este año”.
Aquí hay un vistazo a los principales factores que conducen al aumento de precios:
Recursos limitados
La escasez de chips de computadora es solo un factor que reduce el inventario de vehículos disponibles. Otras partes de automóviles, incluidos neumáticos y resinas, están empezando a escasear, dicen los expertos.
El límite en la disponibilidad de automóviles nuevos se está sintiendo en el mercado de automóviles usados. Las empresas de alquiler de automóviles, que vendieron alrededor de un tercio de sus flotas el año pasado para recaudar efectivo y sobrevivir a la recesión, ahora tienen su propia escasez de automóviles justo cuando los viajes se están recuperando.
La escasez de chips también significa que los fabricantes de automóviles no tienen un exceso de oferta de automóviles nuevos que puedan vender a las empresas de alquiler con un descuento.
“Las [empresas de alquiler de coches] normalmente compran 2 millones de vehículos al año, y esa es la cantidad de coches que normalmente venden en el mercado”, dijo Ivan Drury, director sénior de Información de Edmunds.com. “Dado que los fabricantes de automóviles no pueden venderles en este momento, esa rotación de vehículos de uno y dos años simplemente no está sucediendo en este momento”.
Personas que regresan al trabajo
A medida que las oficinas vuelven a abrir, los trabajadores que se habían quedado en casa están comenzando a reanudar sus desplazamientos, lo que impulsa aún más la demanda de automóviles.
Los empleadores agregaron 559.000 empleos en mayo, pero eso es solo una parte de la historia. Otros empleadores están notificando a los trabajadores que las oficinas que han estado cerradas desde el año pasado reabrirán en los próximos meses.
Muchos de los que retrasaron la compra de automóviles nuevos debido a la incertidumbre laboral o la falta de un viaje diario ahora están buscando comprar. Y algunos de los que tomaron el transporte público hacia y desde el trabajo ahora pueden querer su propio automóvil para limitar su exposición potencial al covid-19.
“Las personas que están preocupadas por el transporte público y Uber son un factor en el creciente interés”, dijo Nick Woolard, director de Análisis de la Industria de TrueCar.
Más efectivo disponible, tasas de interés bajas
Muchos trabajadores perdieron sus empleos y enfrentaron reveses económicos durante el último año. Pero aquellos que mantuvieron sus trabajos pueden tener más efectivo disponible de lo normal. Según algunas estimaciones, los estadounidenses tienen un ahorro adicional de US$ 2,4 billones, en comparación con hace un año.
El gasto en actividades como vacaciones y salir a cenar se redujo, al igual que el costo de los desplazamientos. Los valores récord del mercado de valores a menudo también alimentan las fuertes ventas de automóviles, ya que el efecto riqueza lleva a los consumidores a ahorrar menos dinero para ahorros a largo plazo.
Y luego estaban los diversos pagos de estímulo del Gobierno, que totalizaron miles de dólares para muchos hogares.
Las bajas tasas de interés permiten que muchos compradores gasten menos en pagos de automóviles de lo que hubieran gastado de otra manera. Y el auge de la refinanciación de viviendas en el último año redujo los pagos de hipotecas por millones, a veces lo suficiente como para incluir el pago de un automóvil en el presupuesto donde antes no lo había hecho.
Un alejamiento de los autos más baratos
Parte de lo que hace subir los precios de los automóviles nuevos es lo que los consumidores quieren comprar ahora. El cambio de sedanes menos costosos a SUV y camionetas más caras se aceleró incluso antes de la pandemia.
Los fabricantes de automóviles están respondiendo recortando la producción de sus modelos menos populares para preservar los chips de computadora que tienen disponibles para SUV y camionetas, aunque incluso esos modelos están experimentando una producción reducida.
Muchos compradores de automóviles nuevos también se sienten atraídos por la próxima generación de opciones.
“La gente no puede comprar suficiente contenido cuando aprieta el gatillo en vehículos nuevos”, dijo Drury. “Están comprando altos niveles de equipamiento y muchas opciones. Para ciertas camionetas, están pagando el doble del precio de etiqueta del modelo base, solo por las opciones”.
Los distribuidores, no los fabricantes de automóviles, son los grandes ganadores
Los fabricantes de automóviles se están beneficiando porque no tienen que ofrecer muchos incentivos. Aún así, la escasez de oferta está perjudicando sus resultados. Ford y General Motors esperan que la escasez de chips les cueste más de US$ 1.000 millones en ganancias este año.
Los grandes ganadores: los concesionarios de automóviles. Eso incluye los miles de concesionarios privados, así como AutoNation que cotiza en bolsa, que se especializa en autos nuevos, y CarMax, que se enfoca en autos usados. AutoNation reportó ganancias récord en el primer trimestre en abril, lo que triplicó sus ganancias respecto al año anterior.
“Este es un entorno operativo casi perfecto para ser un concesionario de automóviles”, dijo Ali Faghri, analista de Guggenheim Securities, que sigue a los minoristas de automóviles. “La demanda es increíblemente robusta, tienes varios vientos de cola que han convergido todos al mismo tiempo. No solo estás vendiendo muchos coches en este momento, sino con márgenes récord”.
Incluso con los fabricantes de automóviles afectados por la escasez de chips, la industria ha regresado rugiendo a un nivel que era inconcebible hace un año.
“Si te hubiera dicho hace 12 meses que estaríamos en esta situación, con ventas y precios récord de vehículos, nunca me hubieras creído”, dijo Faghri. “Se desarrolló de manera muy diferente de lo que la mayoría de la gente esperaba cuando la pandemia golpeó por primera vez”.
Una desventaja potencial para la industria es que eventualmente los precios podrían volverse prohibitivamente altos, desalentando a los compradores.
La encuesta de consumidores de la Universidad de Michigan descubrió que hay más consumidores que se muestran preocupados por el aumento de los precios de las casas, los vehículos y los bienes domésticos duraderos que en cualquier otro momento en décadas.
“Estas percepciones desfavorables de los precios del mercado redujeron las actitudes generales de compra de vehículos y viviendas a su punto más bajo desde 1982”, dijo Richard Curtin, economista jefe de la encuesta.