(CNN) – Cuando las temperaturas superaron los 37,8 grados Celsius (100 grados Fahrenheit), Bree Oswill reunió todas las mantas y toallas que pudo encontrar y las pegó con cinta adhesiva a todas las ventanas que no tuvieran sombra. No tiene aire acondicionado central y quería evitar que la luz solar y el calor entraran en su casa.
Al crecer en Portland, Oregon, Oswill se ha preocupado más por los cambios climáticos extremos desde incendios forestales hasta olas de calor que está viendo año tras año.
La mujer, de 44 años, y madre de dos hijos lo compara con una pandemia, pero sin fin.
“Es como un confinamiento, pero no lo resolveremos poniéndonos una mascarilla o vacunándonos”, le dijo Oswill a CNN. “Es algo perpetuo. Da miedo”.
Una ola de calor histórica está agobiando a gran parte del noroeste del Pacífico y todavía no es julio, un mes en el que Oswill y muchos residentes de Portland suelen experimentar los días más calurosos del año.
Portland estableció un récord histórico de temperatura alta durante tres días seguidos. Seattle también superó su propio récord, establecido el domingo. Al otro lado de la frontera, Lytton, en Columbia Británica, también batió récords de todos los tiempos, el domingo y el lunes, registrando temperaturas que estaban 48 grados Fahrenheit por encima de lo normal.
Kristina Dahl, científica climática de la Unión de Científicos Preocupados, dice que la ola de calor “no tiene precedentes”.
“Vimos récords de calor durante el fin de semana y volvimos a batirlos al día siguiente”, dijo Dahl a CNN, “especialmente en una parte del país donde este tipo de calor no ocurre con mucha frecuencia”.
Michael E. Mann, un científico del clima de la Universidad Estatal de Pensilvania, lo expresó de manera muy simple: el cambio climático está haciendo que las olas de calor sean más frecuentes e intensas. “Si calientas el planeta, verás una mayor incidencia de extremos de calor”, dijo Mann a CNN.
Expertos como Dahl y Mann dicen que el cambio climático está reconfigurando los patrones climáticos del planeta. A medida que los humanos emiten a la atmósfera más gases de efecto invernadero, que calientan el planeta, se agrega más energía al sistema climático. El exceso de energía, según Kristie Ebi, investigadora del clima y la salud de la Universidad de Washington, aparece a través de eventos climáticos extremos.
“Las olas de calor siempre han ocurrido y siempre ocurrirán, pero ahora tenemos un patrón de olas de calor muy diferente al que teníamos hace un par de décadas”, dijo Ebi a CNN. “Y no es solo la intensidad, también es la extensión geográfica”.
En el extremo opuesto del país, más de 40 millones de personas en el noreste de EE.UU. también están bajo advertencias de calor, incluidas las áreas metropolitanas de Nueva York, Filadelfia y Boston. Aunque el calor no será tan fuerte como en Oregon y el estado de Washington, los récords para la fecha podrían establecerse en el noreste antes de que las temperaturas se enfríen el jueves.
El calor extremo es una de las consecuencias más mortales del cambio climático, pues mata a más personas que cualquier otro evento relacionado con el clima.
Kate Weinberger, epidemióloga ambiental de la Universidad de Columbia Británica, analizó el número de muertes relacionadas con el calor extremo en EE.UU. cada año. Un estudio de 2020, en el que Weinberger fue la autora principal, encontró una cantidad subestimada de muertes relacionadas con el calor en el país, ya que los registros generalmente solo consideran términos médicos como insolación y descuidan otras causas de muerte potencialmente relacionadas con el calor, como ataques al corazón.
“Es probable que el calor contribuya a muchas más muertes por causas distintas a la insolación, porque el calor puede exacerbar otras enfermedades crónicas, como afecciones cardíacas y pulmonares”, dijo Weinberger a CNN. “Dado el peligro que representa el calor, los eventos como la ola de calor en curso en el noroeste del Pacífico deben tomarse muy en serio”.
Funcionarios del condado de Multnomah, en Portland, le dijeron a CNN que el lunes por la mañana había al menos 43 visitas al departamento de emergencias relacionadas con el calor y a la clínica de atención de urgencia en el condado, el viernes, sábado y domingo. La Oficina del Sheriff dijo el lunes que “las ambulancias se están agotando debido a la demanda”.
“Normalmente esperaríamos alrededor de 1 o 2 visitas por enfermedades causadas por el calor en el mismo período de tiempo”, dijo a CNN Kate Yeiser, coordinadora de Comunicaciones del condado de Multnomah, en un correo electrónico. “Las visitas de este fin de semana representan casi la mitad de las visitas por enfermedades causadas por el calor que solemos ver durante todo un verano”.
Un aspecto lamentable de las muertes relacionadas con el calor en EE.UU. es la cantidad de muertes prematuras provocadas por la exposición al calor, particularmente entre los bebés y los niños que se quedan sin vigilancia en los automóviles.
Un estudio de 2020 publicado en la revista GeoHealth, del cual Ebi fue coautora, encontró grandes aumentos en la cantidad de muertes prematuras en EE.UU. cada año debido a la exposición al calor a medida que el planeta se calienta.
“Muchos no entienden cuán rápido se calientan los autos y cómo la fisiología de los bebés no puede tolerar eso”, dijo Ebi. “Es importante asegurarse de que la gente esté realmente consciente de la protección de los bebés y los niños durante estas olas de calor”.
Para comprender cómo la crisis climática está cambiando el campo de juego, Mann sugiere pensar en los eventos climáticos en una curva de campana. El punto más alto de la curva es donde ocurre el clima más común y las colas son donde se encuentran los eventos extremos. Un planeta que se calienta desplaza la curva de la campana hacia la derecha, empujando los eventos ya extremos hacia un territorio inexplorado.
Mann dice que los modelos climáticos, que predicen las condiciones globales generales en el futuro, pueden captar bien el cambio y predecir aumentos en el calor extremo. Pero, dijo, no muestran una imagen completa de los impactos del cambio climático durante el verano.
“Esta es un área donde los modelos de la generación actual no capturan una conexión climática del mundo real”, dijo Mann, quien también fue el autor principal de un estudio que muestra que el cambio climático está causando que la corriente en chorro del verano –corrientes de aire de flujo rápido en la atmósfera superior, que influyen en el clima del día a día– se comporte de manera extraña.
“En ese sentido, los modelos climáticos en realidad están subestimando el impacto que el cambio climático está teniendo en eventos como la ola de calor sin precedentes que estamos presenciando en el oeste en este momento”, agregó Mann.
El cambio climático puede hacer que la corriente de chorro se bloquee en un patrón de onda estática durante el verano. Daniel Swain, investigador del clima de la Universidad de California en Los Ángeles, dice que esto se ilustra mejor moviendo una cuerda para saltar hacia arriba y hacia abajo hasta que las olas parezcan detenerse. De manera similar, en la atmósfera, los sistemas de alta y baja presión pueden atascarse, creando eventos climáticos extremos como calor intenso, sequías o incendios forestales.
Eso es lo que sucedió en el noroeste del Pacífico este fin de semana, donde un llamado domo de calor, una fuerte cresta de alta presión, actúa como una tapa en la atmósfera. La tapa atrapa el aire caliente que intenta escapar y lo calienta aún más a medida que se hunde.
“Incluso si la corriente en chorro hace lo que solía hacer históricamente, sin contribuciones específicas al cambio climático, el cambio climático sigue aumentando drásticamente la probabilidad de estos eventos de calor extremo”, dijo Swain a CNN. “Si calienta la atmósfera, se esperaría que esas olas de calor fueran más calientes de lo que hubieran sido de otra manera”.
Si EE.UU. no logra reducir las emisiones que provocan el calentamiento del planeta y mejorar los sistemas de adaptación climática, los expertos en clima dicen que las personas en EE.UU. y en todo el mundo van a experimentar impactos más severos del calor extremo.
A mediados de este siglo, 2036 a 2065, vastas franjas de EE.UU. que normalmente no experimentan calor extremo, como la región del Medio Oeste Superior y Nueva Inglaterra, se enfrentarán a un calor severo de forma regular, según un estudio de la Unión de Científicos Preocupados del que Dahl fue coautora.
“Cuando miramos hacia dónde nos dirigimos en el futuro, nuestro análisis ha demostrado que si no logramos reducir nuestras emisiones que atrapan el calor, estamos preparados para ver una expansión asombrosa del calor peligroso en EE.UU.”, dijo Dahl a CNN.
Pero, agrega, si EE.UU. reduce agresivamente las emisiones y limita el calentamiento global futuro a 2 grados centígrados, podemos “evitar que millones de personas en EE.UU. y muchas más en todo el mundo sufran el implacable calor del verano”.
Camila Bernal contribuyó a este informe desde Portland.