(CNN Business) –– Durante los últimos dos años, Jan Gautem ha tenido que hacer reemplazos esporádicos de limpieza en hoteles de Orlando, Florida, los cuales administra Interessant Hotels & Resort Management (IHRMC).
Cuando no está tendiendo camas, debe dirigir la empresa. Es el presidente y CEO de IHRMC, cuya sede está en Orlando, Florida.
“Estaba tendiendo camas hace un par de días. Es muy difícil encontrar empleados”, apuntó Gautem.
En este momento, Estados Unidos tiene 11,2 millones de vacantes de empleo, según la Oficina de Estadísticas Laborales. Una cifra que supera los 10,8 millones del año pasado. Para julio, había 1,5 millones de puestos de trabajo en el sector de hostelería. Y IHRMC señala que el 60% de sus 4.500 empleados abandonaron la empresa durante la pandemia, muchos para trabajar desde casa. Ahora, Gautem y otros directivos han asumido el relevo: en el servicio de limpieza, la cocina y la recepción.
Por eso, algunos dueños de negocios en Florida quedaron perplejos cuando el gobernador Ron DeSantis envió a solicitantes de asilo desde San Antonio, Texas, a Martha’s Vineyard en dos vuelos a principios de este mes.
“¿Por qué los envían allá cuando necesitamos gente aquí?”, cuestiona Gautem.
Los solicitantes de asilo pueden trabajar legalmente en Estados Unidos mientras esperan la resolución de sus casos. Durante ese período, estas personas pueden pedir permisos de trabajo, un proceso que suele demorar seis meses antes de que se autoricen.
DeSantis dijo que cree que los solicitantes de asilo intentaban “venir a Florida” desde Texas. Para utilizar el dinero de un programa de US$ 12 millones, financiado con el dinero de los contribuyentes del estado, que busca a sacar a los inmigrantes de Florida, los aviones hicieron una escala allí. Ya sea que los solicitantes de asilo tuvieran la intención de llegar a Florida o no, los dueños de negocios en ese estado han mostrado señales de que les darían la bienvenida.
“Tenemos una escasez enorme de mano de obra en Florida, básicamente en todos los sectores. Es difícil ver que personas dispuestas a trabajar abandonen tu estado con dólares de impuestos”, señaló Jessica Cooper, propietaria de Sugar Top Farms, en las afueras de Orlando.
Hay más de 670.000 solicitantes de asilo Estados Unidos esperando que se escuchen sus casos, según una investigación de la Universidad de Syracuse. Esa espera puede durar, en promedio, cuatro años y medio.
DeSantis dijo que planea usar los US$ 12 millones completos de fondos estatales para sacar a los inmigrantes de Florida.
Falta de trabajadores domésticos
Cooper dirige una pequeña granja con su esposo Jordan. Cultivan productos y flores comestibles que venden a restaurantes locales alrededor de Orlando y Disney World. Solo necesitan un puñado de trabajadores agrícolas para recoger y plantar cultivos, pero incluso esas posiciones son difíciles de llenar.
“Nos hemos dado cuenta que es difícil retener los trabajadores domésticos. Este es un trabajo duro. No es para todos”, explicó Connor.
El sector agrícola ha dependido durante mucho tiempo de la mano de obra extranjera y de los programas de visas. Justamente, a medida que los trabajadores nacionales están menos dispuestos a realizar labores físicas. La agricultura es la segunda área económica más grande de Florida después del turismo.
Los dos sectores ofrecen salarios relativamente bajos, lo que dificulta atraer trabajadores en un mercado laboral competitivo. El sector hotelero y de ocio paga un promedio de US$ 20 por hora, mientras que los trabajadores agrícolas ganan en promedio US$ 18 la hora. Ahora bien, en el caso de la construcción, el salario promedio de US$ 35 por hora no es el problema: es una fuerza laboral que ha envejecido. La edad promedio de un trabajador de la construcción es de 55 años y se jubila a los 61.
Los solicitantes de asilo tienen en promedio 35 años y tienden a ser más jóvenes que la edad promedio en Estados Unidos, según el Departamento de Seguridad Nacional. Se trata de una población que podría ayudar a fortalecer una fuerza laboral estadounidense que envejece.
“Tenemos una fuerza laboral que ha envejecido y que no se ha reemplazado con individuos jóvenes”, señaló Michele Daugherty, presidenta del capítulo de Florida Central de Associated Builders and Contractors.
El grupo dijo que estaría dispuesto a contratar solicitantes de asilo para ayudar con la escasez de mano de obra.
“Tenemos que agotar todas las opciones”, añadió Daugherty. “Si pueden trabajar legalmente aquí, tenemos empleos para ellos. Tenemos oportunidades para que no solo se cuiden a sí mismos, sino también a sus familias”.
Inmigración para combatir la inflación
La semana pasada, la Reserva Federal elevó las tasas de interés en otros tres cuartos de punto porcentual. Justamente, una señal de que el banco central todavía intenta controlar la inflación anual del 8,3%, mientras los precios de los alimentos y los alquileres aumentan. Pero los incrementos también generan una subida en las tasas de las hipotecas, los préstamos estudiantiles y las deudas de las tarjetas de crédito de los estadounidenses.
El aumento de la migración a Estados Unidos podría ser una buena herramienta, argumentó Bill Ackman, administrador de fondos de cobertura multimillonarios e inversor activista. En una serie de tuits la semana pasada, que cuestionó al banco central, Ackman señaló: “¿No tiene más sentido moderar la inflación salarial con un aumento de la inmigración que incrementando las tasas, destruyendo la demanda, dejando a la gente sin trabajo y provocando una recesión?”.
Un estudio de la Universidad de Texas A&M respalda esa afirmación, al citar que una mayor cantidad de visas de inmigrantes y H2A para trabajadores extranjeros se relaciona con una inflación más baja. Además, un nuevo informe de la Fundación Nacional para la Política Estadounidense dice que el aumento de la inmigración no les quita empleos a los estadounidenses.
“La investigación examinó los mercados laborales donde se empleaban más trabajadores extranjeros temporales antes de la pandemia y descubrió que la caída en las admisiones al programa H-2B no impulsó las oportunidades del mercado laboral para los trabajadores estadounidenses, sino que, en todo caso, las empeoró”, señala el reporte.
Gautem dice que la política de inmigración actual está perjudicando su negocio en lugar de ayudarlo. Florida otorgó asilo político permanente a 7.101 solicitantes de asilo entre 2018 y 2020, justo detrás de California y Nueva Jersey. Por ejemplo, en 2020 ese fue el 9,3% de todos los solicitantes de asilo en el estado.
Gautem cree que si a más solicitantes de asilo se les otorga un estatus permanente, será “un punto de inflexión” para la longevidad de su negocio y fuerza laboral.
“Estas personas están aquí. Pueden comenzar a trabajar y pueden realmente comenzar a mantener a sus familias. Y, por supuesto, ayudarnos”, dijo.