(CNN Español) – Cerca de 12.000 inmigrantes han sido trasladados hasta ahora en autobuses que parten desde los estados fronterizos de Texas y Arizona —gobernados por republicanos que se oponen a las políticas de inmigración del presidente Joe Biden— hacia las ciudades de Washington, Nueva York y Chicago. La semana pasada se sumó un nuevo actor a la polémica, Florida, y esta semana se suma un nuevo posible destino: Delaware. Te explicamos aquí las claves para entender lo que está pasando.
Dos autobuses con inmigrantes llegaron el jueves pasado al Observatorio Naval de Estados Unidos, en Washington, donde se encuentra la residencia de la vicepresidenta Kamala Harris, provenientes de Texas. Los voluntarios que están colaborando en la recepción de los inmigrantes no se lo esperaban. Hasta ahora los autobuses paraban en los alrededores de la Union Station en la capital del país.
“La vicepresidenta Harris afirma que nuestra frontera es ‘segura’ y niega la crisis”, tuiteó al respecto el gobernador Greg Abbott, principal impulsor del envío de migrantes hacia el noreste del país. “Estamos enviando migrantes a su patio trasero para pedirle a la administración Biden que haga su trabajo y haga que la frontera sea segura”.
El mensaje resume a la perfección el enfrentamiento entre los gobernadores republicanos del sur y el Gobierno federal demócrata. Quienes han quedado en medio de la pelea política son, precisamente, los migrantes que han llegado a Estados Unidos a menudo después de viajes extenuantes y rodeados de peligros.
¿Quiénes son estos migrantes y a dónde van?
Por lo general, una vez que las autoridades federales procesan a los inmigrantes que llegan a territorio estadounidense pidiendo asilo los liberan de la custodia y tienen permiso para moverse por el país mientras avanzan los procesos judiciales para determinar si pueden o no quedarse en Estados Unidos. La liberación suele suceder en Texas y otros estados fronterizos.
En la frontera, de por sí compleja, Estados Unidos ha estado lidiando recientemente con un aumento de los migrantes venezolanos que han huido en gran número del deterioro de la situación en su país. Las relaciones frágiles entre Estados Unidos y Venezuela impiden la deportación de algunas personas, a lo que se suman los pedidos de asilo.
Los migrantes serían, en general, los responsables de cubrir los costos de sus traslados por Estados Unidos mientras esperan la resolución judicial. Sin embargo, desde hace meses Texas está financiando autobuses para trasladarlos, sin que deban pagar, desde el estado a ciudades de norte. También Arizona, bajo el mando del republicano Doug Ducey, ha puesto en marcha esta política.
Los autobuses se detienen en varias ciudades a lo largo del camino hacia el noreste, lo que permite a quienes tienen amigos y familiares en otros lugares reunirse con ellos. De lo contrario llegan a los destinos finales. En un principio la ciudad elegida por los republicanos fue Washington, luego se le sumó Nueva York y más recientemente Chicago.
¿Cuál es la situación en la frontera?
La Oficina de Aduanas y Protección de Fronteras ha registrado más de dos millones de encuentros con inmigrantes en la frontera con México en lo que va del año fiscal.
Las cifras han aumentado bajo el influjo de los inmigrantes provenientes de países como Venezuela, Nicaragua y Cuba.
En declaraciones este martes, Biden hizo referencia a las circunstancias actuales que complican la situación en la frontera y defendió el manejo de su administración de la oleada de inmigrantes.
“Es una circunstancia totalmente diferente”, respondió cuando le preguntaron por qué la frontera estaba más “desbordada” bajo su mandato. “Lo que está bajo mi guardia ahora es Venezuela, Cuba y Nicaragua, y la capacidad de enviarlos de vuelta a esos estados no es racional”.
La administración de Biden, según sus funcionarios, se ha enfocado en aumentar la asistencia a los países del hemisferio occidental que acogen a migrantes venezolanos —incluidos Colombia, Ecuador y Costa Rica— y en ampliar el reasentamiento de refugiados a los desplazados en la región.
Además de estos esfuerzos, la administración dice que está reduciendo los tiempos de la tramitación del asilo para que los casos puedan ser atendidos más rápidamente.
La administración también ha redoblado sus esfuerzos para desmantelar las redes de contrabando de personas mediante el aumento de más de 1.300 efectivos en América Latina y en torno a la frontera con Estados Unidos y la asignación de US$ 50 millones de dólares a este esfuerzo. El Gobierno afirma de que se han realizado casi 5.000 detenciones en Estados Unidos y en toda la región como parte de este trabajo.
Las cifras de los traslados
Para la última semana de agosto, Texas había enviado cerca de 9.000 migrantes a Washington y Nueva York, según el gobierno de Abbott. La operación le resulta costosa: el estado había gastado más de US$ 12 millones en su empeño al 9 de agosto, de acuerdo a las cifras de la División de Manejo de Emergencias del estado.
Hasta la semana pasada, el gobernador de Texas había enviado a más de 7.900 inmigrantes en más de 190 autobuses a la ciudad de Washington, más de 2.200 inmigrantes en más de 40 autobuses a la ciudad de Nueva York y más de 300 inmigrantes en más de cinco autobuses a Chicago.
A esto se suma Arizona: la oficina de Ducey informó a CNN a principios de este mes que desde marzo habían trasladado a más de 1.500 migrantes a Washington.
¿Por qué? Los argumentos de la disputa política
Abbott, crítico feroz de las políticas de inmigración de Biden, comenzó a enviar a los migrantes a Washington como una afrenta a la administración. Días atrás, su oficina dijo que el transporte de los migrantes en autobuses “está proporcionando un alivio muy necesario” a sus comunidades “abrumadas”.
Antes de comenzar el traslado de migrantes, “solo Texas y Arizona eran los que soportaban la peor parte de todo el caos y los problemas que conlleva”, dijo el gobernador en agosto. “Ahora, el resto de Estados Unidos puede entender exactamente lo que está pasando”.
La retórica es profusa. De fondo, lo que quiere mostrar es, en su visión, el fracaso de Biden para “asegurar” la frontera.
Los demócratas han respondido a su planteo vocalmente. La alcaldesa de Washington, Muriel Bowser, por ejemplo, criticó a Abbott y a Ducey por estar creando una “crisis humanitaria en crecimiento”.
¿Cómo respondieron las ciudades?
En las ciudades, los gobiernos, organizaciones sin fines de lucro y voluntarios han aunado esfuerzos para recibir a los inmigrantes. Pero lo cierto es que no siempre parecen contar con los recursos necesarios para atenderlos.
La mayoría de los inmigrantes que llegan a Nueva York acaban en el saturado sistema de refugios para personas sin hogar de la ciudad, que albergaba a más de 50.000 personas para principios de septiembre. Nueva York está utilizando 17 hoteles como refugios de emergencia, según dijo un funcionario de la ciudad a CNN.
Desde abril hasta comienzos de septiembre, la ciudad había procesado a unos 8.800 migrantes en su sistema de refugios y unos 6.700 seguían allí, según la información que brindó un funcionario de la ciudad a CNN. Esa cifra incluye a más de 1.000 niños (pero de este total muchos han llegado por su cuenta con la ayuda económica de organizaciones sin fines de lucro, no necesariamente en los autobuses).
En Washington, la alcaldesa Bowser declaró la semana pasada una emergencia de salud pública por los traslados de Texas y Arizona, para que se puedan movilizar más rápido recursos necesarios para atender a quienes llegan a la ciudad. También anunció una nueva oficina gubernamental que proporcionaría las necesidades básicas a los migrantes que lleguen, incluyendo comidas, transporte, atención médica urgente y transporte para conectar a las personas con los servicios de reasentamiento.
¿Es legal transportar así a los inmigrantes en autobuses?
El alcalde de Nueva York, Eric Adams, entre otros, han acusado anteriormente a la administración de Abbott de supuestamente forzar a los solicitantes de asilo a subir a los autobuses con destino a la ciudad y de no coordinar con los funcionarios de la ciudad el traslado de las personas.
La oficina de Abbott ha respondido en múltiples declaraciones que las personas que van a Nueva York han ido por voluntad propia y han firmado un documento de renuncia que consiente su destino. Lo que no está claro es si se les han dado otras opciones.
La oficina había declarado que “para subir a un autobús o a un vuelo, el migrante debe ofrecerse como voluntario para ser transportado y mostrar la documentación del Departamento de Seguridad Nacional (DHS, por sus siglas en inglés)”.
El secretario de ese departamento, Alejandro Mayorkas, ha apuntado contra la política de Abott, afirmando que están desbaratando el sistema federal de procesamiento de migrantes. Además ha criticado al gobernador por no coordinarse con las autoridades federales. Mayorkas dijo que es “problemático” que un funcionario como Abbott trabaje “unilateralmente”.
Los funcionarios de Nueva York, por su parte, han denunciado las condiciones del viaje, diciendo que los migrantes que llegan en esos autobuses tienen hambre, sed y “a menudo están enfermos”.
Un nuevo actor en la disputa: Florida
La semana pasada se sumó un nuevo actor a la disputa: el gobernador republicano Ron DeSantis, visto como algunos como un posible contendiente para las elecciones presidenciales de 2024.
Florida envió dos aviones que transportaban inmigrantes a Martha’s Vineyard en Massachusetts como parte de su “programa de reubicación” de inmigrantes.
“Estados como Massachusetts, Nueva York y California facilitarán mejor el cuidado de estas personas a las que han invitado a nuestro país al incentivar la inmigración ilegal a través de su designación como ‘estados santuario’ y el apoyo a las políticas de fronteras abiertas de la administración Biden”, dijo el gobernador.
Este lunes, los abogados de muchos de los casi 50 migrantes que llegaron inesperadamente a Martha’s Vineyard dijeron que les habían entregado a sus clientes folletos “muy engañosos” con el objetivo de que “viajaran bajo el pretexto de que había ayuda (de reasentamiento) disponible para ellos”.
Los folletos enumeran los servicios para refugiados, que incluyen ayuda en efectivo y para vivienda, ropa, transporte a entrevistas de trabajo, formación laboral y ayuda para inscribir a los niños en la escuela, entre otros recursos.
Sin embargo, la mayoría de los inmigrantes que llegaron allí no son refugiados, sino solicitantes de asilo, por lo que en general durante el momento del proceso en el que se encuentran no son elegibles para algunos beneficios.
Los inmigrantes seguían recibiendo esta semana servicios humanitarios en la Base Conjunta de Cape Cod después de que la oficina del gobernador republicano de Massachusetts, Charlie Baker, los trasladara voluntariamente allí, activando a más de 100 guardias nacionales en el esfuerzo general.
Delaware también se prepara para la llegada de inmigrantes
Voluntarios y funcionarios estatales en Delaware comenzaron a hacer preparativos este martes después de que surgieran informes que sugerían que el avión fletado para llevar a inmigrantes a Martha’s Vineyard la semana pasada estaba a punto de llevar otro grupo de migrantes a Delaware.
La portavoz de la Casa Blanca, Karine Jean-Pierre, se negó a decir cómo la Casa Blanca recibió la noticia de que un avión de inmigrantes podría dirigirse a Delaware. “Lo que sí puedo decirte es que nuestro aviso no vino del gobernador DeSantis porque su único objetivo es, como lo ha dejado realmente muy claro, crear el caos y utilizar a los inmigrantes que huyen del comunismo como peones políticos”, dijo. “Así que se trata de crear un teatro político”.
Durante los últimos nueve meses, el gobernador de Florida ha sugerido repetidamente que Delaware, el estado de Biden, sería un potencial punto de aterrizaje para los inmigrantes transportados a través de su programa de reubicación.
“El futuro está aquí”
Es imposible saber qué piensan los miles de migrantes que arriban a algunas de las grandes urbes del país en los viajes financiados por los republicanos. Sin embargo, en algunos casos, al menos, parecen verlo como una buena opción. “Estábamos pasando hambre”, dijo a CNN Jessica Flores, inmigrante proveniente de Venezuela, que llegó a Nueva York con su esposo y su hija de seis años.
“No podíamos quedarnos allí. No hay nada. Si te pones enfermo, te mueres… Allí no hay futuro. El futuro está aquí”.
Nota del editor: esta nota fue publicada originalmente en 15 de septiembre y actualizada el 20.
Con información de Priscilla Alvarez, Lauren Koenig, Jason Hanna, Travis Caldwell, Andy Rose, Omar Jimenez, Amy Simonson, Polo Sandoval y Ray Sanchez de CNN.