(CNN Español) – La rivalidad de Argentina y México se remonta al primer Mundial de la historia, el de Uruguay 1930, en el que la albiceleste goleó 6 a 2 al Tri en la fase de grupos. Desde entonces la fortuna ha estado siempre del lado de los sudamericanos y a la selección mexicana le ha costado caro.
Argentina y México se enfrentan este sábado en la segunda fecha del Grupo C de Qatar, en un partido que la selección de Lionel Scaloni directamente no puede perder tras la derrota histórica que tuvo frente a Arabia Saudita en el debut mundialista. Si lo hace, quedaría fuera de la Copa del Mundo en la fase de grupos por cuarta vez en su historia (los antecedentes son Suecia 1958, Chile 1962 y Corea-Japón 2002).
El equipo del Tata Martino llega con un poco más de aire tras el empate 0 a 0 contra Polonia. Sin embargo, si la historia puede tomarse como indicador, la albiceleste tiene a la ventaja de su lado.
Dos eliminaciones recientes en octavos
El último encuentro entre las dos selecciones en una Copa del Mundo fue en los octavos de finales de 2010, cuando la albiceleste dirigida por Diego Maradona se impuso frente a México por 3 a 1 y dejó a la selección centroamericana fuera de Sudáfrica. Leo Messi disputó el partido, aunque en este caso los goles fueron de Carlos Tévez y Gonzalo Higuaín, hoy ya retirados. Del lado mexicano, el que anotó fue Javier “Chicharito” Hernández.
Cuatro años antes, en Alemania 2006, Argentina le ganó 2 a 1 a México también en octavos, en un partido recordado por el gol en el alargue de Maxi Rodríguez. En ese Mundial jugó Scaloni, era defensa en la selección.
La única vez que se cruzaron en la fase de grupos fue en el Mundial 1930, en el que Argentina le ganó por 6 a 3 en Montevideo.
Argentina y México más allá de los mundiales
El último partido entre Argentina y México fue un amistoso en septiembre de 2019 en San Antonio, Texas, en el que la albiceleste se impuso por 4 a 0 con goles de Lautaro Martínez (3) y Leandro Paredes (1).
Los dos países latinoamericanos se enfrentaron 31 veces a lo largo de la historia de las competencias de fútbol, según los datos de DataFactory. Argentina ganó en 15 ocasiones, mientras que los triunfos de México suman cuatro. En esos encuentros el Tri metió un total de 28 goles, contra 51 de la albiceleste.
La selección de Argentina ha tenido siempre mejor desempeño que sus rivales de la Concacaf, a los que ganó en los siete enfrentamientos de la historia de los Mundiales, que fueron contra México, Estados Unidos, Haití, El Salvador y Jamaica.
La suerte de México no ha sido tan buena con los contrincantes de la Conmebol. De 13 partidos en total —que disputó contra Argentina, Chile, Brasil, Uruguay, Paraguay y Ecuador— solo ganó uno, empató tres y perdió nueve.
Argentina llega además con una experiencia mundialista mucho más vasta. Este será su partido número 83 en estas competencias de la FIFA, mientras que para el cuadro en el que hoy está el ‘Memo’ Ochoa será el número 59.
La nación sudamericana también cuenta con Messi, que con 7 tantos anotados en total en los mundiales es el cuarto máximo goleador de la selección —este sábado Messi igualará a Maradona en el récord de argentinos con más presencias en la Copa del Mundo al disputar su partido número 21—.
La ‘Scaloneta’ llegó a su debut mundialista como uno de los claros favoritos y con un invicto de 36 partidos sin perder que se acabó cuando Arabia Saudita dio vuelta el partido que iba perdiendo 1 a 0 el martes para terminar en un sorprendente 2 a 1 a favor de la selección de Medio Oriente.
También llegó con una eliminatoria invicta, con 11 victorias y seis empates. Y con la presión añadida de que “seguramente” sea el último Mundial de Messi, según sus propias palabras, y millones de hinchas quieren ver cómo suma a su impresionante palmarés el único título que se le ha hecho esquivo.
México, que no ha sido una de las selecciones destacadas de los Mundiales, logró un desempeño aceptable este martes con Polonia que mucho tuvo que ver con las atajadas del ‘Memo’ Ochoa, quien logró incluso parar un penal de Robert Lewandowski.
Para ambos la misión es la misma: ganar o ganar.