(CNN Español) – Desde su triunfo en las elecciones presidenciales de 2007, Cristina Fernández de Kirchner se ha ido consolidado como una de las figuras más relevantes de la política en Argentina, con seguidores y críticos por igual y una enorme influencia en la vida del país.
Fernández de Kirchner, quien ya tenía experiencia como diputada y senadora, fue primera dama entre 2003 y 2007, y luego dos veces presidenta de Argentina entre 2007 y 2015.
Tras un retorno al Senado de argentina durante la presidencia Mauricio Macri (2015-2019), Fernández de Kirchner –o CFK, como también se la conoce– fue elegida vicepresidenta y asumió junto al presidente Alberto Fernández en diciembre de 2019.
En el cargo de vicepresidenta, CFK ha continuado ejerciendo una enorme influencia en el Gobierno de Alberto Fernández y en la vida política del país.
Y el pasado 1 de septiembre, en en el contexto de una investigación judicial en su contra por corrupción y en medio de una serie de manifestaciones a su favor, la vicepresidenta fue víctima de un intento de asesinato: un hombre apuntó con un arma contra la vicepresidenta y apretó el gatillo, pero el disparo no salió. Fue detenido por la policía inmediatamente después.
¿Quién es Cristina Fernández de Kirchner?
Sus inicios
Cristina Fernández nació el 19 de febrero de 1953 en la ciudad de La Plata, capital de la provincia de Buenos Aires, según consigna en su página web personal.
Estudió abogacía en la Universidad Nacional de La Plata, donde también comenzó su militancia política en el peronismo, el movimiento y partido político (justicialismo) surgido alrededor del ex presidente Juan Domingo Perón y basado, según sus propias consignas, en la justicia social, la soberanía política y la independencia económica.
Se casó con Néstor Kirchner en 1975, y en 1976, tras el golpe de Estado que derrocó al Gobierno de María Estela Martínez de Perón, viuda de Perón, e instauró una violenta dictadura, se asentaron en la provincia de Santa Cruz, en el sur profundo de la Patagonia. Allí el matrimonio tuvo dos hijos, Máximo, que es actualmente diputado nacional por la provincia de Buenos Aires y forma parte de la coalición actual, y Florencia.
Tras el retorno de la democracia en 1983, Fernández de Kirchner y su esposo volvieron a militar activamente en el Partido Justicialista. Kirchner fue elegido intendente de Río Gallegos, capital de Santa Cruz, en 1987, y gobernador de la provincia en 1991. CFK fue elegida diputada provincial en 1989, reelegida en 1993 y 1995.
En 1994 fue representante de Santa Cruz en la Convención Constitucional que reformó la Constitución de Argentina, y en 1995 fue elegida por primera vez como senadora por la provincia de Santa Cruz en el Congreso Nacional.
En diciembre de 2001 estalló la peor crisis económica en la historia de Argentina: en medio de altas tasas de desempleo y caída económica, la imposición de fuertes restricciones a las extracciones de dinero de los bancos —conocidas como el “corralito”— llevó a una de ola de protestas reprimidas violentamente por el Gobierno.
La crisis llevó a la renuncia del presidente Fernando De la Rúa y a casi dos años de derrumbe económico e inestablidad política.
En ese contexto, Néstor Kirchner compitió en las elecciones presidenciales de 2003 por el Frente para la Victoria —una coalición liderada por una parte del justicialismo—, obteniendo el segundo lugar por detrás del expresidente Carlos Saúl Menem. Los escasos votos alcanzados por ambos, sin embargo, significaron que debía tener lugar una segunda vuelta, pero Menem se retiró de la contienda anticipando una derrota, y Kirchner asumió como presidente.
Durante sus años como primera dama, Fernández de Kirchner continuó su labor como senadora por la provincia de Santa Cruz y, a partir de 2005, senadora por la provincia de Buenos Aires.
Las dos presidencias
La presidencia de Néstor Kirchner estuvo marcada por la recuperación económica de Argentina tras la crisis de 2001, basada en el un aumento sostenido en los precios de las materias primas, especialmente los alimentos, y por las políticas de redistribución de los ingresos.
Pero en 2007 Kirchner sorprendió al electorado al anunciar que no se presentaría a la reelección. En cambio, Fernández de Kirchner se postuló por el Frente para la Victoria y ganó con el 45,29% de los votos.
Durante su primera presidencia, CFK continuó con las políticas del Gobierno anterior, promoviendo el crecimiento económico y las medidas sociales, combinado con un crecimiento progresivo del estado.
En aquellos años su Gobierno promovió la Asignación Universal por Hijo, una polémica ley de Servicios de Comunicación Audiovisual, y el matrimonio igualitario, entre otras medidas. También, volvió a estatizar a Aerolíneas Argentinas, histórica empresa estatal de transporte aéreo que había sido privatizada en la década anterior, y nacionalizó los fondos privados de jublización, incorporándolos a la Administración Nacional de la Seguridad Social (ANSES).
También se enfrentó a dos crisis importantes: la primera en 2008 contra los sectores agrícolas, que realizaron una serie de protestas y huelgas ante un aumento de los aranceles a las exportaciones, y la segunda desencadenada por la crisis financiera internacional iniciada ese mismo año.
La muerte de Néstor Kirchner en 2010 por un paro cardiorrespiratorio sacudió al Gobierno y a la entonces presidenta.
“Es el dolor más grande que he tenido en mi vida. Es la pérdida de quien ha sido mi compañero durante 35 años. Compañero de vida, de lucha, de ideales. Una parte mía se fue con él, está en Río Gallegos”, dijo en aquel momento la presidenta por cadena nacional, vestida de negro.
Un año después, Fernández de Kirchner fue reelegida con el 54,11% de los votos, su mejor desempeño electoral hasta la fecha, y la mayoría más grande obtenida por cualquier candidato desde el retorno de la democracia en 1983.
En su segundo Gobierno debió enfrentarse al estancamiento de la economía, que no logró superar su pico de 2011, lo cual, junto a los efectos de la Gran Recesión global iniciada en 2008, impactó en la capacidad del Gobierno de redistribuir ingresos. Una de las principales consecuencias fue el alto déficit de las cuentas públicas basado en un gasto con fuerte componente de ayuda social y potenciado por las estatizaciones y los subsidios energéticos –problema que aún persiste y que ha motivado al actual gobierno a intentar su levantamiento parcial mediante una segmentación de tarifas–, sostenido en parte por la emisión monetaria.
Durante estos años la inflación y la pobreza comenzaron a crecer, y siguen siendo dos de los principales problemas, junto a las tensiones macroeconómicas que comenzaron durante el segundo gobierno CFK, en la actualidad.
La presidencia es recordada por una serie de masivas protestas en su contra, la mayor ocurrida el 12 de noviembre de 2012, por las restricciones a las importaciones y la compra de dólares, por la estatización de la empresa Yacimientos Petrolíferos Fiscales (YPF) y por un conflicto con los fondos de capital de riesgo, conocidos también como los fondos buitre, que llevó a una cesación de pagos selectiva y a mayores trabas para el acceso al crédito en mercados internacionales.
También, por el fiscal Alberto Nisman, cuyo cadáver fue encontrado en enero de 2015 muerto de un tiro en la cabeza en el baño de su casa, cuatro días después de denunciar a Fernández de Kirchner por supuesto encubrimiento en el marco del atentado de la AMIA de 1994.
La denuncia del fiscal fue desestimada después en tres instancias judiciales, pero la Justicia sigue investigando las causas de su muerte.
Imposibilitada por la Constitución para presentarse de nuevo en las elecciones de 2015, el Frente para la Victoria llevó a Daniel Scioli, gobernador de la provincia de Buenos Aires y ex vicepresidente de Néstor Kirchner, como candidato. Pero Mauricio Macri, de la coalición Cambiemos, ganó y marcó el fin del primer período de 12 años de los que se conoce en Argentina como “kirchnerismo”.
Líder de la oposición y retorno al Gobierno
Fernández de Kirchner no ocupó ningún cargo durante el primer año del Gobierno de Macri, pero en 2017 fue elegida nuevamente senadora por la provincia de Buenos Aires.
En aquellos años se enfrentó también a una serie de investigaciones judiciales en contra suya por corrupción —entre las que destacan la causa “vialidad” y los cuadernos de la supuesta corrupción—, acusaciones que la vicepresidenta niega.
En mayo de 2019, precisamente, comenzó el primer juicio oral contra CFK por la causa “vialidad”, por la que también se juzga al exministro de Planificación Julio De Vido, el empresario de la construcción Lázaro Baez y otros diez imputados, todos acusados de integrar una asociación ilícita para defraudar a la administración pública mediante la obra pública.
En 2019, en medio de especulaciones sobre una posible candidatura, Fernández de Kirchner anunció la formación de una nueva coalición, el Frente de Todos, para competir en las elecciones presidenciales. Pero ella formaría parte, esta vez, de la boleta como vicepresidenta, junto a Alberto Fernández, ex jefe de gabinete de Néstor Kirchner que luego rompió con el kirchnerismo, quien sería el candidato a presidente.
“Después de haber sido dos veces presidenta de ese país y primera mujer electa como tal… sigo más convencida que nunca que la expectativa o la ambición personal tienen que estar subordinadas al interés general”, dijo en un video promocional.
También en este año la entonces senadora publicó su libro de memorias “Sinceramente”, y la promoción del mismo se convirtió en parte de la campaña.
Tras ganar en las elecciones frente a Macri, que buscaba la reeleción, Fernández y Fernández de Kirchner tuvieron que lidiar con la pandemia de covid-19 y su fuerte impacto en la economía de Argentina, que ya venía arrastrando una recesión desde la presidencia anterior, y el Frente de Todos comenzó a mostrar señales de tensión y desintegración a finales de 2021, con importantes renuncias y cambios de gabinete tras una dura derrota en las elecciones legislativas de ese año.
En este contexto, en agosto de este año la Fiscalía acusó a CFK por corrupción en el marco de la causa “vialidad”.
En concreto, está acusada por la Fiscalía de haber encabezado una asociación para defraudar al Estado cuando era presidenta, mediante el supuesto direccionamiento de contratos millonarios de obras viales en la provincia de Santa Cruz. La Fiscalía pidió 12 años de cárcel para la vicepresidenta y la inhabilitación perpetua para ejercer cargos públicos.
Fernández de Kirchner, en cambio, asegura que esta acusación de corrupción no tiene fundamentos y que se trata de una persecución en su contra suya y del proyecto político que representa el Frente de Todos. Dijo no estar “ante un tribunal de la Constitución, sino ante un pelotón de fusilamiento mediático-judicial” y que la condena en su contra ya estaba escrita.
Con información de Emilia Delfino e Iván Pérez Sarmenti.