Joe Paterno lamentó no haber actuado con prontitud después de enterarse de las acusaciones por abuso.

(CNN) — El legendario entrenador en jefe del equipo de fútbol americano de la Universidad Estatal de Pensilvania (Penn State), Joe Paterno, fue despedido de su cargo en medio de las acusaciones por abuso sexual de un menor contra uno de sus exasistentes.

Previamente Paterno, había previsto su retirada para el final de la temporada, pero la noche de este miércoles el consejo administrativo de la institución educativa anunció el despido del entrenador y del presidente de la escuela Graham Spanier.

“Estoy absolutamente devastado por las revelaciones en este caso. Lo lamento por los niños y sus familias, y rezo por que encuentren confort y alivio”, dijo Paterno.

“He venido a trabajar todos los días en los últimos 61 años con un sólo objetivo en mente: servir a los mejores intereses de esta universidad y los hombres jóvenes quienes han confiado en mi cuidado. Tengo la misma meta hoy. Es por eso que he decidido anunciar mi retiro para el final de esta temporada. En este momento, el consejo de administración no deberá ni un solo minuto discutir mi situación. Ellos tienen otras cosas más importantes en qué preocuparse. Quiero hacer esto fácil para ellos en lo que esté en mis posibilidades”.

JoePa, quien dirigió a los notables Nittany Lions de Penn State, lamentó no haber actuado con prontitud después de enterarse de las acusaciones por abuso contra el coordinador retirado de la ofensiva, Jerry Sandusky.

“Esto es una tragedia. Es una de las grandes penas en mi vida. Con el beneficio de la retrospectiva, desearía haber hecho más”, dijo. “Mis metas ahora son mantener mis compromisos con mis jugadores, el equipo y finalizar la temporada con dignidad y determinación. Y después pasaré el resto de mi vida haciendo todo lo que pueda ayudar a esta universidad”.

La decisión de Joe Paterno, quien ha dirigido a Penn State durante 46 años (y solo una semana después de conseguir su victoria número 409, la cifra más alta para cualquier entrenador de una universidad grande) se da luego de que la administración de la universidad anunció este martes que crearía un comité de investigación sobre las denuncias contra Jerry Sandusky, quien ha trabajado desde hace muchos años con Paterno.

Sandusky es acusado de abuso sexual infantil por supuestos incidentes que datan de 1994. Un asistente graduado informó a Paterno de un supuesto incidente en 2002 que tuvo lugar en las regadoras de los vestidores de Penn State.

Paterno, que no enfrenta cargos en el caso, dice que él informó a sus superiores en el departamento de Deportes lo que el asistente vio. Paterno había dicho que Sandusky estaba “acariciando o haciendo algo de naturaleza sexual a un niño”, de acuerdo con un jurado de acusación.

El entrenador ha dicho en un comunicado que “hizo lo que se suponía que debía hacer con una acusación que le fue señalada”.

La opinión dominante parece ser que Paterno no hizo lo suficiente, que hizo tan poco que existen amplios llamados para que renuncie.

La cuestión moral surgió una y otra vez en comentarios esta semana.

“Paterno hizo solo lo mínimo que la ley requería. Contar el hecho al (director de Atletismo Tim) Curley no exime a Paterno de una obligación moral. Él debería haber tomado una acción por sí mismo. No hacerlo permitió a Sandusky victimizar a los niños durante otros siete años”, escribió este martes The Star-Ledger en una editorial.

The Star-Ledger hizo eco de una observación hecha por la fiscal general de Pensilvania, Linda Kelly, este lunes.

“Los funcionarios y administradores a quienes se les informó no reportaron el incidente a la policía o a cualquier agencia de protección infantil. Su falta de acción, probablemente, permitió que un pederasta siguiera victimizando a niños durante muchos, muchos años”, dijo Kelly.

Michael Rosenberg, de SI.com, compara a Penn State con la Iglesia Católica, que ha sido sacudida por escándalos de abuso sexual.

“Las acusaciones eran tan terribles que amenazaban con socavar la reputación de la institución. Las personas a cargo deberían haber sacado a la luz las denuncias. Pero ellos estaban más preocupados por cómo luciría la institución que por los valores que se supone debe defender”, escribió Rosenberg.

En Harrisburg, la capital de Pennsylvania, el The Patriot-News publicó una editorial de página completa en la primera plana pidiendo que el tiempo de Paterno en Penn State se terminara.

“En cuanto a Joe Paterno, el rostro de Penn State y el hombre que ha impulsado la excelencia en el campo de fútbol y en toda la universidad, ésta debe ser su última temporada. Su contrato no debe ser prolongado”, indicó.

Además de Sandusky, otros dos funcionarios de Penn State, el director de Atletismo, Tim Curley, y el vicepresidente senior de Finanzas y Negocios, Gary Schultz, enfrentan cargos en el caso por no informar de las acusaciones de abuso a las autoridades penales.

A principios de este año, otro entrenador de la conferencia Big Ten que era visto por muchos como irreprochable, Jim Tressel, de la Universidad Estatal de Ohio, renunció en desgracia después de permitir violaciones al programa de la Asociación Atlética Colegiada Nacional (NCAA, por sus siglas en inglés). El caso de Tressel fue solo el último en una larga lista que ha plagado el fútbol universitario, incluidos los casos de la Universidad Southern California, la Universidad de Miami y varios otros programas.

Pero los comentaristas dijeron este martes que el caso de Penn State ha llevado la parte oscura del fútbol americano universitario a una profundidad nueva.

“Si estas acusaciones son probadas, este escándalo es mucho peor de lo que ha ocurrido en otras universidades. Explotar a docenas y violar niños pequeños no se puede comparar con las infracciones menores de compras de autos para un jugador o de un jugador que vende su camiseta de fútbol autografiada por unos pocos dólares”, escribió para CNN.com Roxanne Jones, una ex-alumna de Penn State y editora fundadora de ESPN The Magazine.

A la edad de 84, Paterno ha sido visto como un candidato para la jubilación durante décadas. Con el escándalo de abuso sexual resonando en el campus, The Philadelphia Inquirer dice que el tiempo Paterno ha llegado.

“Su retiro tantas veces discutido sería más oportuno que nunca, a pesar de que salir en medio de este escándalo proporcionará un triste colofón a una carrera por demás estelar para el hombre que, hasta ahora, fue el tranquilizador rostro público de Penn State”, señaló The Inquirer en un editorial el martes.

La editorial de The Star-Ledger es más dura.

“Dada la naturaleza repugnante de estas denuncias generalizadas, las conexiones insidiosas del fútbol en Penn State y la falta de juicio de Paterno cuando fue informado, es el momento para que él tome sus 409 victorias y su busto del Salón de la Fama y se vaya. Rápidamente”, indicó el diario.

Con información de Brad Lendon