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(CNN) — La traición y el contrabando son cosas incompartidas - Letra de Contrabando y Traición, de Los Tigres del Norte

Para entender el combate al narcotráfico hay que aceptar que es imposible hacer un seguimiento de todos sus jugadores. Hay que aceptar que no hay ni buenos ni malos, ni blanco ni negro. Sólo hay gris. Niebla.

No obstante, existe consenso entre los expertos sobre cuándo fue declarada esta guerra: a finales del 2004, en ciudad fronteriza de Nuevo Laredo, a 10 minutos de Laredo, Texas.

El cártel de Sinaloa quería esta preciada ruta de contrabando. Cada año, más de 5 millones de automóviles, 1.5 millones de camiones de transporte y 3.8 millones de peatones cruzan aquí de México a Estados Unidos, portando consigo una tonelada de drogas escondidas.

En el 2004, Nuevo Laredo estaba controlada por el cártel del Golfo, el cual era tan viejo y tan estilo Corleone como el de Sinaloa.

Para ayudar a la defensa de su terruño, el cártel del Golfo contrató a un grupo de exintegrantes de las fuerzas especiales mexicanas, soldados que se hacían llamar Zetas por el código de la policía federal para los oficiales de alto rango: “Z1”.

El clan de Sinaloa contrató su propia protección, una banda llamada Los Negros, dirigida por un estadounidense rubio y ojiazul de Laredo. Los seguidores del personaje le decían La Barbie.

Los Zetas combatieron a Los Negros con tácticas propias de una fuerza armada de élite. Accionaron armas automáticas, lanzaron granadas comunes y a propulsión. Dispararon entre sí por más de un año. Intervinieron bandas locales. Hubo bajas civiles.

Envalentonados por su triunfo en Nuevo Laredo, los Zetas formaron su propio cártel. A medida que fueron tras otros cárteles en todo México, los Zetas se hicieron de reputación por su escalofriante brutalidad. Han sido inculpados por incendiar un casino en el que murieron 52 personas, por matar a 72 inmigrantes en una granja de Tamaulipas en el 2010, por asesinar y arrojar a fosas comunes a mujeres y niños, y por matar a blogueros.

En abril del 2011, los cuerpos de 190 personas, algunos de ellos trabajadores migrantes, fueron encontrados en una fosa común, en el desierto de Tamaulipas.

Las autoridades han acusado a los Zetas de hechos violentos, como el lanzamiento de granadas sobre la multitud un 16 de septiembre en Michoacán y también han sido acusados de robar gasolina y atacar ductos de Petróleos Mexicanos. Han causado terror en ciudades que alguna vez parecieron intocables por la violencia, entre ellas el Puerto de Veracruz y Monterrey.

Mientras los Zetas implementaban su terror, aquel rubio ojiazul al comando de Los Negros se enfureció más. Édgar Valdez, una estrella de futbol en una preparatoria de Texas, que se abrió camino en el subterráneo mundo mexicano como traficante de marihuana. En el 2005, el Dallas Morning News informó de un video que mostraba a cuatro hombres ensangrentados atados, presuntamente zetas, interrogados fuera de cámara por un hombre que se cree era Valdez. Una pistola aparece a cuadro, es detonada y uno de los hombres cae. El video se difundió rápidamente. Todo el mundo empezó preguntar qué es lo que realmente pasaba en México.

El periodista Ioan Grillo ha estado en más escenas de crímenes de las que pueda recordar incluye en su nuevo libro, “El Narco: Inside Mexico’s Criminal Insurgency” entrevistas con sicarios, integrantes de pandillas, funcionarios del gobierno y la policía, y con gente personas atrapada en el fuego cruzado.

Grillo repetidamente regresa a una idea. Las guerras suceden porque la gente no puede alimentar a sus familias. Suceden porque grupos de personas se sienten menos, sin derechos, enojados y fracasados. Quieren algo de vida. Sólo se necesita un pequeño grupo con moral deprimida, capaces de aislar o suprimir la culpa, para convencer a muchos de que matar y morir de manera espectacular equivale a la gloria.

Los grupos yijadistas, los escuadrones kamikaze, las pandillas callejeras estadounidenses, los cárteles. Todos sus integrantes fueron niños alguna vez. Grillo escribe que ha visto adolescentes que llegan a la escena del crimen y que no dan señales de dolor. Se ha vuelto rutina. Recogen casquillos de bala esparcidos por el suelo y discuten sobre si provienen de AK-47 o M4S.

En México hay muy pocos consejeros que ayuden, y hay muy poca educación de calidad fuera de los círculos de los comparativamente pocos privilegiados, escribió.

¿Por qué no habría de tomar un niño 50 pesos por ser vigía, o 1,000 pesos por matar a alguien?

“Me gustaría ver más dinero invertido en estas preocupaciones”, comentó Grillo, “que en más helicópteros militares y en soldados disparándole a los cárteles”.

Contraatacando

Tras haber sido elegido presidente en el 2006, Felipe Calderón del PAN siguió el ejemplo de su antecesor y declaró la guerra a los cárteles. Tenía a las fuerzas armadas mexicanas diseminadas por todo el país y cientos de agentes de policía fueron despedidos, acusados de corrupción.

Muchos narcotraficantes han sido detenidos, y algunos extraditados a Estados Unidos, pero murieron miles de personas. Entre ellos integrantes de los cárteles, policías y civiles que quedaron atrapados en medio de una horripilante guerra.

Calderón y el presidente George W. Bush llegaron a un acuerdo sin precedentes para combatir a los cárteles. La Iniciativa Mérida (así denominada por la ciudad del país en la que se reunieron los presidentes) incluye un compromiso de EU por 1,500 millones de dólares entre el 2008 y 2010. El presidente Obama solicitó más millones para el programa en 2011 para que México reciba aviones, herramientas de inspección y otras tecnologías avanzadas para la detección de drogas. También financia programas de asesoramiento sobre el narcotráfico y de cárceles de rehabilitación.

Para luchar contra la corrupción, Estados Unidos también se ha comprometido a dar dinero para ayudar a entrenar a la policía en México.

Por su parte, el gobierno mexicano ha aprobado una ley destinada a reforzar su sistema judicial, y en octubre del 2010, Calderón solicitó formalmente la total remodelación de policía mexicana. La reforma que propuso crearía unas fuerzas policiales estatales unificadas y eliminaría a la policía municipal, mismas que las autoridades federales han dicho son muy propensas a la corrupción debido a sus bajos salarios.

Los observadores dicen que cuando llegó al poder, Calderón subestimó el número de policías y otros implementadores del orden que estaban en la nómina de los cárteles. En marzo del 2008, 150,000 soldados habían desertado. Los narcotraficantes, según los expertos, pasaron el gobierno de Fox resguardándose, congraciándose con las comunidades, comprando alimentos y pagando las cuentas médicas, ofreciéndole a las inquietas juventudes un sentido de identidad y dinero en efectivo.

Y como escribió Grillo, muchas personas no confiaban en la policía y en los soldados como antes. Las autoridades fueron acusadas por todos lados de cometer violaciones a los derechos humanos durante las misiones en contra de los cárteles. José Luis Soberanes, presidente de la Comisión Nacional de Derechos Humanos, declaró en el 2008 que su oficina había recibido quejas de que policías y soldados habían entrado a poblados para violar, torturar y matar, incluyendo el asesinato a tiros de dos mujeres y tres niños en el estado de Sinaloa.

Para muchos, los cárteles se habían convertido en Robin Hood, al igual que sucedió con el capo Pablo Escobar en Colombia. En su empobrecido Medellín, Escobar construyó un campo de futbol y una escuela. Murió en un tiroteo con policías en 1993. En la iglesia que Escobar edificó, algunos colombianos todavía acuden a adorarlo como un santo.

Una Barbie, un zorro y algunos puerquitos

La Barbie fue arrestado en agosto del 2010, y sonrió mientras lo exhibieron frente a los medios de comunicación. La playera polo verde marca Ralph Lauren que vestía inspiró una tendencia de la moda internacional.

El gobierno de Calderón anunció con bombos y platillos su detención y la de otros, y se comprometió a seguir luchando contra los cárteles. Pero el presidente está por terminar su mandato.

Muchos esperan que el PRI, que gobernó durante siete décadas, regrese al poder en las elecciones de julio próximo. Quienquiera que gane las elecciones tendrá que dar respuesta a un asunto crucial: ya sea apaciguar a los cárteles y tratar de negociar con ellos o seguir el ataque frontal que lanzó Calderón.

Negociar con los traficantes desempeñó un importante papel en Colombia, donde personajes religiosos y exguerrilleros comandaron las pláticas de negociación, comentaron expertos.

Pero también enfatizan que México no es Colombia, y que hoy no estamos en finales de la década de 1980. Las organizaciones criminales no operan igual. Los principales actores en ambos lados de la frontera tienen distintas consideraciones a las de que se presentaron durante la crisis colombiana. A diferencia de Colombia, afirman que México es mucho menos dado a recibir con buenos ojos un cercano involucramiento extranjero.

Tampoco puede llegar una solución de un solo lado de la frontera. El expresidente Fox y otros líderes con experiencia de Latinoamérica han abogado por legalizar el consumo de marihuana, argumentando que reduciría el valor del producto de los cárteles. En el 2011, la Comisión Global de las Naciones Unidas sobre las Políticas contra las Drogas, la cual incluyó a Fox, recomendó a los gobiernos experimentar con la legalización de las drogas, sobre todo con la marihuana.

El pasado otoño, el gobernador de Texas, Rick Perry, candidato a la nominación presidencial del 2012 del Partido Republicano, comentó que pensaba que la violencia de la guerra contra el narcotráfico se había vuelto tan grave que podrían ser enviadas a México tropas estadounidenses. El tráfico de drogas en México, han dicho él y otros más, alienta a organizaciones criminales de todo el mundo y alimenta el tráfico de personas y de armas.

Perry apenas había terminado de decir lo que pensaba cuando los críticos ya se habían lanzado contra él, muchos de su propio partido y, sobre todo, sus adversarios: ¿Cómo podría costear eso la tambaleante economía estadounidense? Estados Unidos ya estaba inmerso en dos guerras. Históricamente México ha sido altamente reacio a permitir que una fuerza extranjera combata en su suelo, comentaron expertos.

La idea de que el ’Team America’ incursione en su vecino soberano resulta ofensivo para muchos mexicanos. Tenga en cuenta el himno nacional del país, escrito tras la guerra entre México y Estados Unidos de la década de 1840, en la cual México perdió la mitad de su territorio.

Mas si osare un extraño enemigo
profanar con su planta tu suelo,
piensa oh Patria querida, que el cielo un soldado en cada hijo te dio.

En el 2009 al grupo Los Tigres del Norte le prohibieron interpretar una popular canción llamada La Granja, en una ceremonia de premiación en la Ciudad de México.

La canción arremete contra la estrategia del gobierno mexicano dirigida a los carteles, un “Fox (zorro) que llegó a romper los platos en una granja. Los animales salieron para armar un gran relajo”.

La canción también señala que Estados Unidos, el consumidor número uno las drogas mexicanas, es igual de sucio.

Los puerquitos le ayudaron
Se alimentan de la granja
Diario quieren más maíz
Y se pierden las ganancias
Y el granjero que trabaja
Ya no les tiene confianza