(CNN) — Este jueves se cumple un año desde que los sirios salieron a las calles, envalentonados por los éxitos de otras naciones árabes, y comenzaron las protestas contra el presidente Bachar al Asad.
Hace un año, las manifestaciones estallaron en todo el país en el llamado Día de la Ira. Unos días después, las fuerzas de seguridad atacaron a cientos de personas que irrumpieron en la ciudad de Daraa, enojadas por los maltratos a los niños encarcelados por pintar grafitis antigubernamentales. La violencia en Daraa prendió la ofensiva del régimen y catalizó el levantamiento.
De acuerdo a las Naciones Unidas, más de 8,000 civiles han sido asesinados durante la crisis en Siria. Muchos otros están desaparecidos; miles han resultado heridos, y cientos de miles han huido. Y a medida que la comunidad internacional reflexiona sobre una solución, parece que la matanza no termina.
“El pueblo de Siria necesita nuestra ayuda”, dijo Valerie Amos, jefe humanitaria de la ONU. “Ellos quieren paz, seguridad y estabilidad, para que puedan seguir adelante con sus vidas. Debemos hacer todo lo posible para detener la violencia y poner fin al sufrimiento de las personas atrapadas en el conflicto”.
Este miércoles, la situación en Siria no fue diferente. Activistas reportaron bombardeos y la presencia de fuerzas de seguridad en varias ciudades. Daraa, el lugar donde iniciaron las manifestaciones, estaba en una situación desesperante luego de que llegaran más de 100 tanques, dijo un activista local.
Las fuerzas de seguridad rodearon dos pueblos en la provincia de Daraa y prácticamente encerraron a los residentes; en el bastión rebelde de Idlib mataron a dos civiles, de acuerdo con el Observatorio Sirio para los Derechos Humanos, un grupo de oposición con sede en Londres. En tanto, el bombardeo continuó en la devastada ciudad de Homs, en el sexto día de ataques.
Y una “cifra sin precedentes” de personas escapó de la ciudad de Hama, especialmente de un distrito donde el gobierno escribió mensajes en las paredes de mezquitas advirtiendo a los residentes que tenían 24 horas para evacuar, dijo un activista.
El número de civiles muertos subió este miércoles. La oposición dijo que 82 personas murieron en todo Siria, incluidas docenas en Idlib, donde las fuerzas militares tomaron el control después de un ataque de cuatro días, según activistas. Solo algunos puntos de la ciudad eran resguardados por soldados que desertaron.
Kofi Annan, el enviado de las Naciones Unidas y la Liga Árabe, sigue intentado obtener una respuesta de parte de las autoridades sirias a sus propuestas presentadas este fin de semana para terminar con el derramamiento de sangre.
Annan “tiene preguntas y busca respuestas”, dijo su portavoz en un comunicado.
“Pero dada la situación grave y trágica en el territorio, todo el mundo debe darse cuenta de que el tiempo es esencial. Como dijo en la región, no se puede permitir que esta crisis se prolongue”.
Annan se reunió la semana pasada en Damasco con Al Asad, en un intento de llegar a una solución diplomática ante la crisis.
Tres funcionarios estadounidenses dijeron que el presidente sirio no reconoce al ex secretario general de la ONU como representante de la Liga Árabe y que rechazó los esfuerzos de Annan. Al Asad también dijo que no hará nada hasta que la oposición deponga sus armas, dijeron las fuentes.
Pero la Agencia Árabe Siria de Noticias (SANA), que citó al vocero del Ministerio de Relaciones Exteriores y Expatriados, Jihad Maqdisi, dijo que las autoridades estaban listas para implementar parte del plan de Annan.
“Estamos comprometidos a hacer de la misión de Annan un éxito, siempre y cuando esté en sintonía con las especificaciones sirias, y que requiere se unan los esfuerzos internacionales y regionales”“, dijo Maqdisi este miércoles, de acuerdo con SANA.
Annan, informará este viernes al Consejo de Seguridad de la ONU, de acuerdo acuerdo con la misión de Gran Bretaña, que lleva la presidencia este mes.
Las potencias mundiales seguirán presionando al régimen de Al Asad y se centrarán en llevar la ayuda humanitaria a los sirios, dijo este miércoles el presidente de Estados Unidos, Barack Obama, en una conferencia de prensa junto con el primer ministro británico, David Cameron.
El régimen sirio está aislado diplomática, política y económicamente ante la severidad de las sanciones, dijo Obama, mientras que la oposición siria es cada vez más fuerte y las deserciones militares continúan.
Cmaeron dijo que su país quiere “una revolución en lugar de una guerra civil” en Siria.
La agencia estatal de noticias dijo este miércoles que las fuerzas de seguridad “han traído seguridad y la calma de regreso a la ciudad” de Idlib, “que ha sido testigo de actos terroristas por parte de grupos armados”.
El régimen de Al Asad insiste en que “grupos terroristas armados” están detrás del derramamiento de sangre en Siria.
CNN no puede confirmar de forma independiente los informes de víctimas o de ataques en el país porque el gobierno ha restringido el acceso a los periodistas internacionales.
Pero la mayoría de los informes desde el interior de Siria indican que el régimen está matando a civiles para tratar de acabar con los disidentes que buscan el derrocamiento de Al Asad, cuya familia ha gobernado la nación por más de cuatro décadas.
Más de 8.000 personas han muerto en el conflicto, incluyendo muchas mujeres y niños, dijo esta semana el presidente de la Asamblea General de la ONU. Activistas de la oposición han puesto la cifra en más de 9.600.
Este miércoles, Arabia Saudita e Italia se unieron a la lista de países que suspendieron actividades diplomáticas en Damasco y retiraron a su personal de las embajadas. España hizo lo mismo este mes, mientras que Estados Unidos y Francia cerraron sus sedes previamente.
Sin embargo, el parlamento venezolano aprobó este martes “un acuerdo de solidaridad con Siria a la luz de la amenaza imperialista que representan Estados Unidos y sus aliados árabes”.
Nic Robertson, Kareem Khadder y Amir Ahmed contribuyeron con este reporte