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(CNN) – El intento de los médicos para combatir las bacterias raras y agresivas que han infectado a una estudiante de posgrado de la Universidad de West Georgia han sufrido un nuevo revés: las manos y el pie que le quedaba a Aimee Copeland, de 24 años tuvieron que ser amputados, de acuerdo con un blog en la página web de la escuela.

Antes de la cirugía, una entrada publicada en el sitio web por Ken Lewis, un amigo de Copeland y estudiante de psicología explicó la razón: “Los dedos de Aimee y el pie restante tendrán que ser amputados a causa de los vasos sanguíneos muertos, no por causa de la fascitis necrotizante”, escribió.

Los cirujanos ya habían amputado una pierna y cortado el tejido blando de su torso.

En una página de Facebook dedicada a la recuperación de su hija, Andy Copeland describe su charla con los cirujanos antes de las últimas amputaciones.

“Las manos estaban poniendo en peligro el progreso de Aimee”, escribe. “Como siempre, mi decisión fue simple. Hacer lo que haya que hacer para darnos la mejor oportunidad de salvar la vida de Aimee”.

A continuación, le dio la noticia a su hija.

“Tomé las manos de Aimee y las puse sobre su cara. Ella no se horrorizó. Ella sabía la condición en que estaba,” escribe.

Aimee asintió con la cabeza mientras el le explicaba el diagnóstico realizado por los médicos.

“Una lágrima rodó por mi cara mientras salía de su habitación. Yo no estaba llorando porque Aimee iba a perder las manos y el pie, estaba llorando porque en mis 53 años de existencia, nunca he visto una muestra tan grande de fortaleza y coraje. Aimee no derramó lágrimas, nunca se inmutó. Yo estaba llorando porque yo soy un orgulloso padre de una joven muy valiente”.

La paciente escuchó a su padre, su madre Donna y su hermana Paige explicando cómo con el tiempo estaría equipada con prótesis.

“Ella sonrió y levantó sus manos hacia arriba, examinando cuidadosamente. Luego nos miró. Todos entendimos sus siguientes tres palabras”, escribe. “‘Vamos hacer esto’”.

A continuación, Andy Copeland rinde homenaje a la fuerza de su hija, que ha pasado días en cuidados intensivos en el Doctors Hospital de Augusta, Georgia.