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(CNN) — Desde el volátil paisaje de Ío, marcado por eones de actividad volcánica, hasta los océanos de agua salada de Ganímedes flanqueados por miles de rocas y hielo, las llamadas lunas galelianas son únicamente diversas y actúan como un minisistema solar.

“Júpiter es un arquetipo de los gigantes de gas (…) Es un tipo de minisistema solar, lo que significa que actúa como una estrella dentro de un minisistema con sus lunas fungiendo a modo de planetas”, dijo Werner Magnes, del Instituto de Investigación Espacial de la Academia Austriaca de Ciencias en Graz, Austria.

Es por esto que la Agencia Espacial Europea (ESA por sus siglas en inglés) eligió a las lejanas lunas de este gigante de gas como objetivos para su siguiente gran misión espacial. El grupo, integrado por 19 miembros, decidió enviar una nave espacial a explorar e investigar los satélites, los cuales se localizan a una distancia de 804 millones de kilómetros de la Tierra. El plan es lanzar al Explorador de las Congeladas Lunas de Júpiter (JUICE por sus siglas en inglés) en el 2022.

“Nadie ha orbitado alguna de estas lunas, lo que significa que nunca se han estudiado al alto nivel de detalle que JUICE permitirá”, dijo Fabio Favata, el hombre responsable de planear todas las misiones espaciales del programa científico de ESA.

La misión estudiará el potencial de habitabilidad de las lunas para responder dos grandes preguntas: ¿cuáles son las condiciones para la formación de un planeta y el surgimiento de la vida? y ¿cómo funciona el sistema solar?

Una vez que JUICE llegue al sistema Joviano en el 2030, la nave pasará Calisto y volará dos veces sobre Europa (ambas, lunas de Júpiter), midiendo el grosor de sus cortezas heladas e identificando zonas potenciales de aterrizaje para futuras exploraciones.

Se cree que tanto Europa, como Calisto y Ganímedes tienen un océano bajo sus superficies. Ganímedes en particular es la única luna conocida en el sistema solar que puede generar su propio campo magnético, y JUICE entrará en su órbita alrededor del año 2032. La embarcación continuará observando la atmósfera y magnetósfera de Júpiter y enviará de regreso datos sobre la interacción entre las lunas galelianas y el gigante de gas.

“No nos será posible el ver literalmente dentro del océano, eso está muy claro (…) Pero nos será posible hacer todo tipo de mediciones, lo cual les permitirá comprender realmente a los mundos que hay debajo de la corteza helada”.

Para hacer esto posible, los científicos alrededor del mundo están trabajando por crear las herramientas más efectivas para obtener información de manera remota y que ésta pueda mandarse de vuelta a la Tierra.

Una de esas herramientas es el magnetómetro de la embarcación. Diseñado por el equipo de Magnes en el Instituto de Investigación Espacial de Austria, está equipado con sensores de alta tecnología para medir la dirección y la intensidad del campo magnético de los cuerpos a través de un proceso similar al de un radar.

La decisión de ver qué instrumentos se elegirán y colocarán en la embarcación se llevará a cabo este otoño, dijo Favata. Dentro de todo, una embarcación tan grande y compleja como lo es JUICE tomará de seis a ocho años en armarse por completo, añadió Favata.

La misión JUICE fue seleccionada entre otros dos proyectos dentro del mismo Comité Asesor para Ciencias del Espacio de la ESA para convertirse en la siguiente gran misión espacial, de acuerdo con información provista por la agencia. Los otros proyectos incluían: una propuesta para un nuevo observatorio de ondas gravitacionales, y un telescopio astrofísico de alta energía.

“Cuando se toman estas grandes decisiones, es difícil identificar un solo factor”, dijo Favata sobre el razonamiento empleado por la ESA para decidirse por la misión JUICE. “Pudiera llamarse una jugarreta del destino, ya que cualquiera de los tres proyectos pudieron haberse llevado a cabo. Los tres eran excelentes proyectos”.