Por Barry Neild
(CNN) — Río+20, una de las conferencias ambientales internacionales más importantes que tendrá lugar en Brasil esta semana, es promocionada por sus organizadores como una oportunidad única para salvaguardar nuestro planeta para las siguientes generaciones.
Durante tres días a partir del 20 de junio, decenas de líderes mundiales y miles de personas de todo el mundo viajarán a Río de Janeiro con la esperanza de llegar a un consenso sobre cómo lograrlo.
Algunos críticos ya descartaron los alcances del evento al tacharlo de una simple ronda de charlas que tiene pocas oportunidades para ser exitoso, a diferencia de cumbres ambientales anteriores. Otros son más optimistas.
Aquí veremos algunos puntos clave de los temas de la cumbre.
¿Qué es Río+20?
Río+20 es una reunión que se celebrará del 20 al 22 de junio, organizado por las Naciones Unidas sobre temas ambientales. Su nombre significa que será en Río de Janeiro 20 años después de una Cumbre de la Tierra, un evento similar en la misma ciudad. La mayor conferencia de la ONU en años, es promocionada como un esfuerzo importante para mejorar la relación del ser humano con el planeta. Se espera la asistencia de miles de personas.
¿Quiénes están ahí?
Al evento de 1992 asistió George H. W. Bush, entonces presidente de Estados Unidos, y hay quienes dicen que la cumbre de este año es tan importante que debería atraer a su sucesor, sin embargo, es probable que no se presente el presidente Barack Obama. David Cameron, el primer ministro británico, Angela Merkel, la canciller alemán y todo el parlamento europeo, han declinado la invitación.
Vladimir Putin, presidente de Rusia y su contraparte francesa, Francois Hollande, han confirmado que asistirán, Ban Ki-moon, secretario general de las Naciones Unidas también estará ahí. También estarán presentes los representantes de los grupos llamados interesados, considerados cruciales para futuras tomas de decisiones ambientales. Estas incluyen a las organizaciones que hablan por los niños, indígenas, trabajadores, granjeros y el sector empresarial.
Una enorme operación de seguridad se desplegará para proteger la cumbre. En general se espera un estimado de 50,000 personas de 190 países, incluyendo a 130 líderes.
¿De qué hablaran?
La cumbre esencialmente planteará cómo defender el crecimiento de la economía global sin destruir el planeta en el proceso. También pretende asegurar que cualquier tipo de políticas ambientales trascenderán las fronteras internacionales. Entre estas metas hay áreas clave de discusión, incluyendo la seguridad de los alimentos, agua y energía, y un enfoque en países desarrollados.
Desarrollar una agenda y hacer que todos estén de acuerdo en discutirla no es fácil. Previo a la cumbre hubo semanas de regateo entre los participantes. Con tantos intereses particulares, los organizadores han peleado para reducir las cientos de hojas de recomendaciones y metas hasta hacer un documento manejable.
¿Por qué es importante?
El medio ambiente del mundo ha seguido sufriendo desde la cumbre de 1992. El reporte Planeta Vivo del Fondo Mundial para la Naturaleza (WWF, por sus siglas en inglés) informa que la población global siempre creciente aún consume más de lo que puede reponer.
El reporte destaca que había una brecha “potencialmente catastrófica” entre las huellas ecológicas de las naciones ricas y pobres. El consumo global de recursos naturales, las emisiones de carbono y la pobreza siguen incrementando. Aunque algunos retan dichos reclamos, la investigación científica apunta a un aumento constante en la temperatura mundial lo que, si no se revisa, puede que tenga consecuencias catastróficas para el planeta.
¿Qué es lo que los organizadores esperan lograr?
Se espera que la conferencia produzca, o al menos ponga las bases, para un conjunto de metas de desarrollo sustentable que puedan ser adoptadas alrededor del mundo. Esto sentará objetivos para el consumo y la producción, además de establecer un sistema de evaluaciones para asegurar que sean cumplidas.
Algunos reportes que citan documentos que fueron filtrados antes de la cumbre sugieren que a los países se les pedirá que firmen hasta 10 metas por separado. Esto podría traducirse en un tratado para proteger los océanos, el establecimiento de una agencia global poderosa para el medio ambiente, apoyo financiero para impulsar la sustentabilidad para las naciones más pobres y la creación de un alto comisionado ecológico.
¿Lo lograrán?
Siendo realistas, lo mejor que podemos esperar es que Río+20 sea el comienzo de un proceso que lleve a algunas o a todas estas metas a que se logren. Pocos esperan que las políticas fuertes y rápidas se pongan en práctica después de tres días de discusión y lo más probable es que los participantes firmen un documento comprometiéndose a más acciones en el futuro.
Lo que está bajo duda es qué tan efectivo será ese documento por la pelea que hubo para hacer un consenso antes de la conferencia. La ausencia de jugadores clave como Obama han puesto una sombra, como lo hizo el fracaso relativo del Protocolo de Kioto de 1997 al querer limitar los gases de tipo invernadero, que se puso en movimiento en la cumbre de Río de 1992.
También existen varios puntos sobresalientes. Las naciones ricas y pobres pueden argumentar acerca de la carga de cortar las emisiones de carbono. Ha habido preocupaciones por la exclusión de referencias a los derechos humanos básicos, como el acceso al agua. Los métodos de monitoreo ambiental también se espera que enciendan los desacuerdos.
Los pesimistas dicen que negarán cualquier acuerdo por los compromisos que se necesitan para ganar la aprobación universal. Ban Ki-moon jefe de la Naciones Unidas dice que permanece optimista por esta “oportunidad única para esta generación para hacer un progreso real por la economía sustentable del futuro” no será desaprovechada en Río.