Al final, Gu salvó su vida tras recibir la suspensión de una sentencia de pena de muerte.

Por Madison Park

Hong Kong (CNN) — Tras la conclusión de uno de los casos delictivos de más alto nivel en China, el veredicto y condena de Gu Kailai no sorprendió a muchos observadores.

La mayoría ya esperaba el veredicto de culpabilidad ya que durante su juicio de un solo día a principios de este mes, Gu había confesado que ella y un ayudante envenenaron al empresario británico Neil Heywood. La poderosa esposa del depuesto político chino, Bo Xilai, atribuyó sus acciones a una “crisis emocional”.

Al final, Gu salvó su vida tras recibir la suspensión de una sentencia de pena de muerte, a pesar de que probablemente pasará el resto de sus días encarcelada. Su ayudante, Zhang Xiaojun, también fue hallado culpable el lunes por la muerte de Heywood y condenado a nueve años de cárcel.

La embajada británica en Beijing emitió un comunicado con la idea de que no quería que se aplicara la pena de muerte en el caso. “Nos es grato el hecho de que las autoridades chinas hayan investigado la muerte de Neil Heywood y llevado a juicio a los que identificaron como responsables. Consecuentemente, hicimos saber a las autoridades chinas que queríamos ver para este caso procesos de acuerdo a los parámetros internacionales en materia de derechos humanos, y que no se aplicara la pena de muerte”. Otros creen que el veredicto era una conclusión previsible.

De cara al juicio, Donald Clarke, profesor de la Escuela de Derecho de la Universidad George Washington, y autor de un blog sobre leyes chinas, escribió en un artículo de opinión: “La mayoría de los observadores de China suponen que los procedimientos jurídicos para este caso han sido rigurosamente controlados para garantizar que solo salga a la luz el relato de los hechos que han sido aprobados oficialmente”.

“Suponen que el veredicto se decidió en Beijing antes de que empezara el juicio, y que los procedimientos en los tribunales no fueron más que una actuación para el beneficio de los espectadores, una especie de festival judicial de Shakespeare, pero sin el drama”.

Las discusiones sobre Bo Xilai y Kailai Gu fueron bloqueadas en Sina Weibo, la popular página de redes sociales en China. Pero los internautas chinos discutieron el veredicto, en alusión a la saga política y expresaron su escepticismo.

“Tal y como se esperaba, han llegado antes a un acuerdo”, escribió el usuario buzaishiwonaishijidu.

El usuario sunshinecn2011 de Weibo escribió: “¡Retraso a la pena de muerte! Y esto se convertirá en cadena perpetua, y luego en encarcelamiento por cierto periodo, y tras varios años, la vida feliz de nuevo”.

Algunos se centraron en las diferencias existentes sobre la pena de muerte entre ciudadanos y élites políticas. Un usuario, Ke Luomu, publicó que la pena de muerte era “una oferta especial solo para la gente común y corriente”.

En China, los delincuentes que no hacen uso de la violencia, como los traficantes de drogas y los que violan las normas de seguridad alimentaria, pueden ser condenados a la pena capital. Según Amnistía Internacional, se estima que China aplica más la pena de muerte que el resto del mundo en su conjunto.

“Se cree que China ha ejecutado a miles de personas en 2010, pero sigue manteniendo secreto sobre su práctica de la pena de muerte”, según el informe de Amnistía. “China empleó en 2010 la pena de muerte contra miles de personas por una amplia gama de delitos, entre los cuales están delitos sin uso de violencia y procedimientos que no se ajustaron a los parámetros internacionales sobre juicios justos”.

Los comentarios más populares en el artículo de CNN sobre Gu giraron alrededor de una temática parecida.

“China ejecuta a miles de personas cada año, incluyendo a sentenciados por delitos como corrupción y tráfico de drogas. Sin embargo, a esta mujer, culpable de homicidio a sangre fría, se le perdona. Supongo que estar casada con un funcionario del partido, aunque sea uno caído, tiene sus privilegios”, escribió un usuario de nombre Babalawo.

Otro comentarista de CNN cuestionó el rigor en la sentencia de Gu, en comparación con los disidentes en el país.

“Li Wangyang, condenado por participar en la protesta de Plaza Tiananmen, fue sentenciado a 22 años de cárcel… Liu Xiaobo (ganador del Premio Nobel), condenado por ‘incitar a la subversión del poder estatal’ por escribir parte de la Carta 08, sentenciado a 11 años de cárcel. Y la lista sigue… ¿Es la manera de demostrar el Estado de Derecho en China? Entonces, ¿la gente con ideas o pensamientos independientes son considerados como una amenaza más seria que un asesino a sangre fría?”

Dayu Zhang, Steven Jiang y Sisi Tang, de CNN, contribuyeron con este reporte.