(CNNMéxico) — Un año después del inicio de movimiento universitario de Chile que busca una transformación del modelo educativo, una segunda oleada impulsada por estudiantes de secundaria ha fortalecido la protesta. Durante las últimas semanas, el conflicto ha derivado en enfrentamientos, en los que los jóvenes se exponen al descrédito por el uso de la violencia.
Luego de tomas de instituciones educativas, choques con la policía y decenas de lesionados y detenidos, los jóvenes alistan para este jueves un paro nacional que tenga un efecto definitorio en la protesta.
“Los estudiantes secundarios hemos iniciado un nuevo estallido social, un nuevo estallido que marcará este mes”, dijo este miércoles a periodistas Eloísa González, vocera de la Asamblea Coordinadora de Estudiantes Secundarios (Aces), una de las organizaciones que agrupa a los alumnos de educación media, según EFE.
Las manifestaciones se intensificaron a partir del 8 de agosto, cuando una manifestación en las calles de Santiago terminó con la quema de tres autobuses de transporte público y la disolución de la protesta por parte del cuerpo de Carabineros.
Tras el incidente, el secretario general de gobierno Andrés Chadwick acusó a los líderes estudiantiles de abrir “las puertas al vandalismo y a la delincuencia”, y aseguró que las autoridades actuarían “con todo el rigor de la ley” para evitar incidentes similares. Los estudiantes acusaron un montaje del gobierno para desprestigiar el movimiento, pero se retractaron casi una semana más tarde.
Las acusaciones de montaje “fueron declaraciones vía Twitter muy desafortunadas de mi parte, en el sentido que sin todos los antecedentes sobre la mesa y en el momento en que lo puse estábamos siendo bombardeados por lacrimógenas en la FECH”, dijo a medios chilenos Gabriel Boric, presidente de la Federación de Estudiantes de la Universidad de Chile (FECH).
Al margen de manifestaciones como esta, varios liceos e institutos de educación media han sido ocupados por los estudiantes en varias regiones del país, principalmente en la capital.
Un ejemplo de esto es el Instituto Nacional, el colegio más antiguo de Chile, cuyas instalaciones en Santiago permanecen tomadas pese a los llamados de la directiva de permitir estudiar a los estudiantes que así lo prefieren. En tanto, más de 30 estudiantes de educación superior permanecen en paro en la Casa Central de la Universidad de Chile, cercana al palacio de La Moneda, en apoyo a los jóvenes secundarios.
Bajo el argumento de proteger el derecho de quienes prefieren seguir asistiendo a clases, el alcalde de Santiago, Pablo Zalaquett, tomó el 16 de agosto la iniciativa contra el movimiento estudiantil y ordenó el desalojo de tres liceos ubicados en la capital chilena. En el operativo realizado con gases lacrimógenos y carros lanzagua fueron detenidos más de 70 estudiantes.
Cuatro días después, y en medio de las voces que acusaban represión, el presidente Sebastián Piñera pidió privilegiar el diálogo para alcanzar acuerdos.
“En nuestro país a veces se escuchan muchos ruidos y gritos, mucha violencia y tomas, pero quiero decir que la verdadera forma de avanzar no es con tomas, ni con violencia, ni con bombas molotov, la verdadera forma de avanzar para ir construyendo sobre roca y no sobre arena es en base al diálogo”, dijo Piñera, según reportes de la página de La Moneda.
Demandas insatisfechas
Desde las protestas de 2011, el gobierno chileno ha respondido con ofertas de créditos más baratos, más becas y una reforma fiscal, analizada actualmente en el Congreso, que permitiría recaudar hasta 1,000 millones de dólares para el sector educativo, pero no ha abordado los cambios en la estructura del sistema que piden los estudiantes.
“No es un gobierno indiferente ni sordo a los planteamientos y aspiraciones de los estudiantes y de sus familias”, aseguró Piñera la semana pasada. “La causa de una educación de calidad para todos y cada uno de los niños y jóvenes de nuestro país es una causa noble y hermosa, que es compartida por el gobierno”.
La FECH resume las “exigencias fundamentales” de los estudiantes chilenos en “un nuevo sistema educacional” que incluya cinco características: que sea público gratuito, autónomo, democrático, pluralista (las tres últimas como un solo punto), intercultural y de excelencia, según su sitio en internet.
El sistema educativo en Chile está basado en un modelo crediticio heredado de la dictadura de Augusto Pinochet que impone una fuerte carga financiera a los estudiantes, por lo que estos piden su transformación a un modelo social.
Este argumento fue esgrimido durante más de 40 marchas en el centro de Santiago y las tomas de más de un centenar de colegios durante 2011.
“El gobierno, no habiendo aprendido nada del año pasado, apostó al desgaste y quiebre del movimiento estudiantil. Se equivocó, aquí estamos nueva(mente)”, afirmó este miércoles en su cuenta de Twitter Gabriel Boric, sucesor al frente de la FECH de Camila Vallejo Dowling, quien acaparó las cámaras en 2011 durante la primera etapa del movimiento.
Protestas, entre apoyos y rechazos
En medio de las manifestaciones, la sociedad chilena parece respaldar la actuación del gobierno, según los índices de popularidad. La aprobación del presidente Sebastián Piñera aumentó tres puntos desde mayo y llegó al 27%, según la encuesta del Centro de Estudios Públicos (CEP) publicada el martes. La medición, hecha entre el 5 de julio y el 9 de agosto, también mostró una caída en la desaprobación de Piñera del 59 al 52%.
Estos números podrían influir en la próxima elección presidencial. El primer mandatario y todos sus ministros son superados en las preferencias de los electores por la expresidenta Michele Bachelet, según la encuesta del CEP.
La educación permanece, después de la inseguridad, como el rubro al que el gobierno debe dedicar un mayor esfuerzo, detalló el CEP.
Las opiniones sobre cómo debe funcionar el modelo educativo también han variado en las últimas semanas, aunque en direcciones contradictorias, según la encuesta. Un 42% de los chilenos consideran que las universidades del Estado o que reciben financiamiento del Estado deben ser gratuitas para todos los estudiantes, mientras que el número de personas que apoyan que los padres subsidien la educación de sus hijos aumentó tres puntos porcentuales.
Una consulta entre estudiantes universitarios exhibió el martes un apoyo del 74% a la ocupación de la Casa Central de la Universidad de Chile, afirmó Gabriel Boric.
Misma causa, nuevas protestas
Este miércoles, unos 600 estudiantes chilenos entregaron una carta dirigida al alcalde del municipio santiaguino de Providencia en protesta por el “violento desalojo” de los liceos. La Corporación de Padres y Apoderados (Codepa) se manifestó en el mismo sentido.
“No podemos tolerar que sigan ocurriendo los hechos de violencia que se usan desde carabineros de Chile hacia nuestros estudiantes”, dijo Dafne Concha, integrante de la Codepa, este miércoles en declaraciones publicadas por CNNChile. “Los estudiantes han vuelto a poner los temas de la educación al tapete, lo cual significa que hoy día el gobierno no ha dado solución a sus demandas y lo que los estudiantes hoy día están reclamando es tan justo y digno como lo que reclamábamos el año pasado como sociedad”.
En redes sociales, las conversaciones de apoyo al movimiento especulan sobre la mejor forma de realizar manifestaciones pacíficas que eviten confrontaciones como la de hace tres semanas. Algunos proponen marchar vestidos de negro alrededor del Palacio de la Moneda, otros apoyan la idea de abordar el Metro en hora pico en silencio y con pancartas de protesta.
El primer herido de gravedad
Leandro Luis Eder Araneda Delgado permanece este miércoles en riesgo de convertirse en el primer muerto de las revueltas, informó CNNChile.
El joven de 15 años sufrió una fuerte herida en la cabeza y se encuentra en “riesgo vital”, según los médicos que lo atienden, luego de caer de un techo del Liceo Industrial de Miraflores, en Valparaíso.
Araneda cayó poco antes de las cuatro de la madrugada de este miércoles de forma accidental en medio de una protesta de los estudiantes locales por maquinaria para los talleres de especialidades en el liceo.