Por John Avlon
Nota del Editor: John Avlon es colaborador de CNN y columnista político experto para el Newsweek y el Daily Beast. Es coeditor del libro “Deadline Artists: America’s Greatest Newspaper Columns”. Es colaborador regular en “Erin Burnett OutFront” y es miembro del OutFront Political Strike Team. Para más análisis político, sintoniza “Erin Burnett OutFront” a las 19:00 hora del Este entre semana.
TAMPA, Florida (CNN) — ¿Eso es lo mejor que puede hacer?
En familia, Mitt Romney sacó una “A” en su discurso de nominación del día de ayer 30 de agosto del 2012. En visión presidencial positiva sacó una “C” y en política presidencial ni siquiera acabó la tarea.
No hay duda de que Mitt Romney es bueno para pintar un autorretrato como esposo, hijo y padre amoroso. No tendrías corazón si no pensaras que la historia de su padre comprándole una rosa a su madre todos los días es profundamente sentimental.
Mitt parecía estar conmovido hasta las lágrimas por la memoria de sus padres, como varios de los presentes. Al recordar sus vidas y la carrera política de su padre, me descubro twiteando “George Romney 2012”. La misión por humanizar a Mitt, se cumplió.
Pero en general el discurso cambió entre una biografía, una retórica bien ejecutada de unidad nacional y críticas al liderazgo del presidente Obama que al final fue funcional como propuesta política.
El discurso en sí parecía tener dos direcciones: una como la de un postulante comprometido en rescatar el gobierno fallido del presidente por el bien del país. Y la otra que incitaba a la división, el resentimiento y recriminación que sirvió para reafirmar la primera dirección.
Hubo unas cuantas imágenes lindas, como las lápidas de los soldados que sacrificaron sus vidas por la libertad y que están ahí una al lado de la otra sin mencionar a qué partido pertenecían. Pero estos fragmentos parecían forzados, más como una necesidad para las encuestas que como parte de un todo filosófico.
Como ha sucedido varias veces durante la campaña, las críticas hacia el presidente Obama fueron sustituidas por propuestas de políticas que Romney implementaría como presidente.
Un marino recién retirado escribió en un correo electrónico, “piensa que los estadounidenses sufren de amnesia acerca del 2001-2009, incluyendo las guerras fallidas y un incremento múltiple de la deuda nacional”.
El desarrollo del discurso fue irreal, abrupto e insatisfactorio. Las conferencias tradicionales de nominación terminan con una línea optimista que se replica varias veces para darle efecto, por ejemplo la famosa frase “Levántate y Pelea”, de John McCain. Este cierre de discurso fue una serie de preguntas que acababan con la gente gritando “¡No!” Era una metáfora al igual que una herramienta de una retórica mal aconsejada.
Tenían prisa por desalojar el auditorio esa noche con un sentimiento superficial de celebración dentro de un partido que la única meta que tiene en común es la de quitar a Obama de su puesto.
Mitt Romney es un buen hombre y su discurso reflejó su bondad, pero no comunicó con seguridad una visión específica de sus habilidades como presidente.
En cambio, dejé la arena de Tampa sintiéndome casi mareado por ver fijamente al espacio continuo entre la narrativa partidista y los hechos políticos que han caracterizado su campaña.
Las opiniones recogidas en este texto pertenecen exclusivamente a John Avlon.