(CNN) — Ambos hombres se prenden fuego en protesta. Pero solo a uno de ellos se le acredita con empezar la revolución.
¿La diferencia entre los dos? Los teléfonos móviles grabaron a Mohamed Bouazizi, un vendedor de fruta en Túnez, cuando se incendió desesperado por su difícil situación económica. Esos videos iniciaron la ola de protestas de la Primavera Árabe de 2011.
Abdesslem Trimech, el otro hombre, cayó en una oscuridad relativa.
El ejemplo, citado en el libro The Mobile Wave, destaca solo uno de los muchos superpoderes que los teléfonos móviles (y en un menor grado, las tabletas) han concedido a la humanidad. Además de permitirnos grabar en video acontecimientos y potencialmente alterar el curso de la política mundial, estos “apéndices” humanos de alta tecnología cada vez más se vuelven herramientas para combatir la corrupción, comprar cosas, reforzar la memoria, promover la política, mejorar la educación y dar a la gente en todo el mundo más acceso al cuidado de la salud.
También han sacudido nuestra vida social. Olvida las cartas y las llamadas telefónicas. Los mensajes de texto son la divisa de la conversación moderna, y las búsquedas móviles en internet son una forma de resolver controversias de hecho y trivias. Las aplicaciones de citas buscan pretendientes por ubicación, y los mapas móviles aseguran que los superhumanos habilitados con aplicaciones no se pierdan, siempre y cuando haya señal inalámbrica.
Superman podía volar. Los teléfonos, al parecer, nos ayudan a hacer todo excepto eso.
Nuevos smartphones parecen llegar al mercado cada dos días y cada vez más nuestros rostros están pegados a las pantallas digitales. “Es la primera vez en la historia entera de la humanidad en la que nos hemos conectado en esta forma”, dijo Amber Case, una “antropóloga cyborg” en una conferencia de 2010 en TEDWomen. “Y no es que las máquinas tomen el control. Es que nos ayudan a ser más humanos. Nos ayudan a conectarnos entre nosotros. La tecnología más exitosa sale del camino y nos ayuda a vivir nuestras vidas”.
“Como una extremidad fantasma”
Los teléfonos son tan apreciados (o se depende tanto de ellos) que muchos duermen con ellos al lado de su cama.
Algunos llegan a los extremos. Michael Saylor, autor de The Mobile Wave (La ola móvil) y presidente ejecutivo de MicroStrategy, dijo que revisa su teléfono para ver actualizaciones al menos una vez cada minuto. “Debo verlo 500 veces al día o 1,000 veces al día”, dijo.
Casi nada lo hará dejar su teléfono. Es demasiado útil para mantener a Saylor conectado, constantemente, con sus colegas y amigos, quienes le envían un montón de mensajes instantáneos y actualizaciones.
A pesar de todos los beneficios potenciales, Case y otros observadores de la cultura móvil ven consecuencias negativas. Estar conectado digitalmente con todos todo el tiempo también puede llevar, sorprendentemente, a un sentimiento de aislamiento y soledad.
“Los adolescentes me dicen que duermen con su teléfono celular, e incluso cuando no lo llevan con ellos, cuando es desterrado al armario de la escuela, por ejemplo, saben cuándo está vibrando su teléfono”, escribe la profesora del Instituto de Tecnología de Massachussetts, Sherry Turkle, en el libro Alone Together: Why We Expect More From Technology and Less From Each Other (Solos juntos; por qué esperamos más de la tecnología y menos uno del otro).
“La tecnología se ha vuelto como una extremidad fantasma, es una parte importante de ellos. Estos jóvenes están dentro de los primeros en crecer con una expectativa de conexión continua: siempre encendida, y siempre con ellos”.
Otra joven, de 13 años, dijo a Turkle que no le gustaba hablar por teléfono, sólo usar mensajes de texto. “Los mensajes de texto ofrecen justo la cantidad correcta de acceso, justo la cantidad correcta de control”, escribe la autora. “Es una Ricitos de Oro moderna: para ella, enviar mensajes de texto pone a las personas no demasiado cerca, ni demasiado lejos, sino justo a la distancia correcta.
“El mundo ahora está lleno de Ricitos de Oro modernas, personas que están cómodas con estar en contacto con muchas personas a las cuales también les gusta mantener a raya”.
Casi 6.000 millones de teléfonos
Sin importar los efectos, la adopción de la tecnología móvil parece ir sólo en una dirección: hacia arriba.
Hubo casi 6,000 millones de suscripciones de teléfonos celulares en 2011, según la Unión Internacional de Telecomunicaciones, una división de las Naciones Unidas. Hay 7.000 millones de personas en el mundo. Algunas tienen múltiples contratos de móviles, pero la tecnología claramente está generalizada. Y cada vez más se vuelve más inteligente.
Saylor estima que 5.000 millones de personas tendrán smartphones en los próximos cinco años, lo cual les dará acceso a internet y a aplicaciones móviles. Estados Unidos ya alcanzó un punto de inflexión este año: la mayoría de los propietarios de teléfonos estadounidenses ahora tienen smartphones.
Estos teléfonos, como los que corren con los sistemas operativos iOS de Apple y Google Android, ofrecen “más poder computacional que el Apollo 11 cuando aterrizó un hombre en la luna”, publicó Nancy Gibbs en Time.
“En muchas partes del mundo, más personas tienen acceso a un dispositivo móvil que a un baño o agua corriente”, escribe. “Para millones de personas, este es el primer teléfono que han tenido”.
Gibbs y otros escritores citan la sorprendente velocidad con la que los teléfonos móviles han llegado a dominar nuestras vidas en las décadas desde que Martin Cooper, de Motorola, hizo la primera llamada de teléfono celular en un teléfono del tamaño de un ladrillo, en 1973. (Llamó a un competidor de la empresa Bell Labs).
Tomó años para que la tecnología de redes móviles se desarrollara y para que las torres celulares aumentaran. Después de que las llamadas móviles se volvieron comunes en algunos países desarrollados, los fabricantes añadieron teclados y pantallas más grandes, despejando el camino para las revoluciones de SMS y correos electrónicos.
Para la década de 2000, una serie de sensores —desde GPS, que permite el mapeo móvil, hasta acelerómetros, que detectan la inclinación del aparato— se incorporaron a los gadgets. La madre de todos los smartphones, el iPhone de Apple, debutó en 2007 con todos estos artilugios.
Para ese entonces, los teléfonos se habían convertido en el depósito de la innovación tecnológica; la Navaja Suiza de la vida moderna, como muchos autores han afirmado. Si incluyes a las tabletas y lectores electrónicos en la mezcla, los dispositivos móviles han llegado a ser rivales de las computadoras de escritorio y laptops por su utilidad en la vida y los negocios.
“La razón por la cual la tecnología móvil es particularmente interesante para el mundo ahora es porque representa la quinta ola de la computación”, dijo Saylor, con los smartphones que siguen en la línea de tiempo a la computación con conexión a internet, las computadoras de escritorio, las minicomputadoras y las primeras computadoras.
“Y la tecnología realmente trata de lo que le ocurre a la civilización entera, de varios miles de millones de personas o más, cuando hay software útil ejecutándose en la mano de todos, a cada minuto del día”.
Superpoderes de smartphone
Hay muchos superpoderes potenciales que estos gadgets móviles siempre encendidos pueden darnos.
Uno de los más futuristas, como explicó Google este año, es un tipo de rayos X digitales, o visión de Terminator. Utilizando la tecnología de realidad aumentada, esa y otras empresas esperan superponer una capa de información digital sobre el mundo real. Por ejemplo, una persona con el prototipo de los lentes de alta tecnología de Google puede ver datos sobre las personas con quienes se encuentra o sobre ofertas de los restaurantes por los que pasan.
Otros esfuerzos apuntan a capacitar a la gente literalmente para abrir puertas o pagar por café con un toque en su teléfono y para identificarse utilizando chips NFC que están integrados a smartphones más nuevos.
Mientras tanto, las escuelas en partes rurales de África que nunca tuvieron libros de texto incorporan smartphones como una fuente de información con la ayuda de Paul Kim, jefe de tecnología en la Universidad de Stanford, en Estados Unidos. “Sé que no sólo utilizan la tecnología, sino que están volviéndose más y más inteligentes cada día”, dijo Kim.
Y los investigadores, incluyendo a George Whitesides, en la Universidad de Harvard, en Estados Unidos, intentan utilizar los teléfonos móviles para llevar cuidados médicos a partes remotas del mundo, donde de otra forma las personas tendrían que caminar durante un día o más para ver a un médico o enfermera. El grupo de Whitesides ha trabajado en un chip de papel que podría ser tocado con una gota de sangre, fotografiado y enviado por mensaje de texto a una clínica que podría analizarlo y ofrecer un diagnóstico.
Ahora los médicos tienen la capacidad superhumana de ver a los pacientes desde lejos. Las implementaciones nuevas para smartphones no siempre funcionan, por supuesto, dijo Kim. Pero con el tiempo, hay esperanza para que los smartphones sea una fuerza radical y democratizadora, particularmente a medida que sean accesibles para todos.
“La Revolución Agrícola tomó miles de años. La Revolución Industrial necesitó algunos siglos. La Revolución de la Información, impulsada por la tecnología móvil, probablemente transforme nuestro mundo en algunas décadas”, escribe Saylor. “Pero a pesar de la turbulencia por delante, vivimos en una de las épocas más grandiosas de la historia. El software inundará el planeta, llenando cada nicho, y en todos lados habrá oportunidades emocionantes”.