(CNN) — Estados Unidos está engordando, según un nuevo reporte, y el abultamiento de las cinturas de los estadounidenses irá acompañado de grandes gastos en salud durante las próximas dos décadas.
El reporte, del Fideicomiso para la Salud Estadounidense y la Fundación Robert Wood Johnson, coincide con datos publicados previamente por el gobierno estadounidense sobre las consecuencias de la tendencia ascendente en obesidad.
También proyecta que la salud del país —y los dólares gastados en el sistema de salud— se mejorarían si se redujera 5% en el índice de masa corporal promedio.
El reporte fue titulado F as in Fat: How Obesity Threatens America’s Future in 2012 (G de Gordo: Cómo la obesidad amenaza el futuro de Estados Unidos en 2012).
Mississippi es el estado líder en obesidad entre adultos, con un 34,9%, según el estudio publicado en agosto por los Centros para el Control y la Prevención de Enfermedades, un órgano del Departamento de Salud de Estados Unidos. Para 2030, la obesidad en Misissippi podría elevarse a 66,7%, según el reporte.
El análisis proyecta que los índices de obesidad en 13 estados podrían superar el 60% entre los adultos para 2030. Para ese año, cada estado en el país podría tener índices de obesidad superiores al 44%, incluyendo 39 estados con tasas mayores a 50%, según el reporte.
Esto es consistente con un estudio publicado en 2012 en el Diario Estadounidense de Medicina Preventiva, que concluye que para 2030, 42% de los adultos será obeso. El estudio pronostica un gasto de 550,000 millones en atención médica desde ahora y hasta 2030 como resultado de las crecientes tasas de obesidad.
¿Qué tan gordo?
Algunos expertos son escépticos sobre la precisión de las tendencias de obesidad. Los métodos para calcular qué tan gordos serán los estadounidenses en el futuro varían enormemente y no hay un estándar aceptado para determinarlo, aseguró el director del Centro de Investigación de Nutrición y Obesidad de la Universidad de Alabama, David B. Allison, quien no participó en el estudio.
“No quiero decir que no debamos dar pasos para reducir la obesidad”, dijo Allison. “Si esto incrementa en su prevalencia, podría ser un problema más serio. Y aún si disminuye en prevalencia, si nosotros no hacemos algo en el mediano plazo estaré asombrado si desaparece”.
Las acciones que buscan reducir la obesidad deberían ocurrir independientemente de los números que señalan las proyecciones, aseguró.
El reporte emitido este martes indica que el sur es la región más obesa de Estados Unidos, pero esto podría no ser del todo verdad, aseguró el profesor de bioestadísticas en la Universidad de Alabama en Birmingham, George Howard. Nadie fue pesado o medido al recolectar la información, simplemente se interrogó a la gente acerca de sus alturas y sus pesos vía telefónica, así que pudieron haber mentido.
Howard especula que podría haber sesgos en los datos porque “no hay un estigma social vinculado a ser gordo en el sur”, dijo. “Si preguntas a la gente qué tan gordos son, ellos te lo dirán”.
Las correlaciones entre la obesidad y el sur podrían estar unidas a otros factores, según Allison. Ciertos grupos étnicos, gente de áreas rurales y gente de bajo nivel socioeconómico son más propensos a ser obesos que otros.
No se sabe si existe un sesgo particular en el sur, si factores de estilo de vida influyen en la obesidad o si la tendencia tiene ambos componentes, dijo Allison.
Más obesidad lleva a más enfermedades
Para sus proyecciones, el nuevo estudio retoma un modelo de revisión usado en un análisis de 2011 de la publicación médica The Lancet y también incluyó datos de la Encuesta Nacional de Salud y Nutrición.
Si las proyecciones son correctas, la presencia de enfermedades como consecuencia de la obesidad es significativa. Entre 2010 y 2020, los casos de diabetes tipo 2 podrían incrementarse, igual que los infartos, las enfermedades coronarias, la hipertensión y la artritis. El número de casos podría duplicarse nuevamente para 2030, según el reporte.
“(Si) permanecemos en el camino actual, veremos inaceptablemente altas tasas de obesidad, e inaceptables tasas de diabetes, enfermedades cardiacas, infartos, cánceres relacionados con la diabetes, que pondrán una carga enorme sobre nuestro sistema de salud”, dijo Jeff Levi, director ejecutivo del Fideicomiso para la Salud Estadounidense.
Otros datos también sugieren incrementos en la diabetes. En 2010, un análisis del Centro para la Reforma y Modernización de la Salud, de la compañía de salud UnitedHealth, encontró que la mitad de los estadounidenses tendrá diabetes o prediabetes para 2020. Los investigadores señalaron que estas enfermedades se traducirán en casi 500,000 millones de dólares en gastos de salud.
Las estimaciones actuales sugieren que el costo anual del tratamiento contra la obesidad adulta es de entre 147,000 millones y 210,000 millones, según el estudio. Para 2030, podrían gastarse entre 48.000 y 66.000 millones adicionales en el tratamiento de enfermedades prevenibles asociadas con la obesidad.
Esperanza: adelgazar 5%
Pero hay esperanza, si los adultos en Estados Unidos redujeran su índice de masa corporal un 5% para 2030, los estados podrían ahorrar miles de millones de dólares mientras ayudan a la gente, según el estudio. Eso es el equivalente a una pérdida de casi cuatro kilos en una persona de 90 kilos y una estatura de 1,80 metros.
En este escenario, más de 100 casos de cáncer relacionado con la obesidad por cada 100,000 personas serían prevenidos en todos los estados.
Además, los ahorros en salud podrían ser de entre 6,5 y 7,9% en la mayoría de los estados, según el reporte.
El reporte recomienda varias intervenciones políticas drásticas, como incrementar las actividades físicas en las escuelas, apoyar los programas de nutrición saludable, agregar nuevos estándares para los alimentos escolares y promover servicios médicos de cuidados preventivos.