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Por Tom Watkins

(CNN) — Los mitos sobre la vacuna contra la influenza pueden confundir a las personas que están indecisas sobre si usarla o no. A continuación te presentamos cinco mitos comunes y la verdad, basada en información de los Centros para el Control y la Prevención de Enfermedades de Estados Unidos (CDC, por sus siglas en inglés).

1. La vacuna puede hacer que contraigas influenza

No es verdad, según los CDC.

Los virus que se usan en las vacunas de la influenza mueren durante la producción de las mismas, lo que significa que no pueden causar una infección. Luego, los lotes de vacunas se prueban en un grupo de personas, elegidas al azar, quienes reciben la vacuna o una inyección de solución salina.

“La única diferencia en los síntomas de las personas que recibieron la vacuna fue que se incrementó el dolor en el brazo y el enrojecimiento en la zona en la que se aplicó la inyección (…) No hubo diferencia en cuanto a dolor de cuerpo, fiebre, tos, flujo nasal o irritación de garganta”, explican los CDC.

A pesar de esto, algunas personas se sienten mal después de recibir la vacuna. El dolor en la zona de la inyección es una de las razones, pero normalmente se disipa en un par de días. El dolor se presenta porque el sistema inmune está produciendo anticuerpos en respuesta a los virus muertos de la vacuna, lo que ayudará a que una persona sea resistente a la influenza.

Los síntomas, en casos aislados, incluyen fiebre, dolor muscular e incomodidad o debilidad y también desaparecen en uno o dos días, según el Comité Asesor sobre Prácticas de Inmunización.

Y aunque la vacuna no causa que te enfermes de influenza su protección no es efectiva sino hasta dos semanas después de que se aplicó. Durante ese periodo, eres vulnerable.

Además, es fácil confundir la influenza estacional con alguna otra enfermedad causada por otros patógenos como el rinovirus. También podrías estar expuesto a un virus de influenza no contenido en la vacuna. Finalmente, la vacuna contra la influenza no siempre es efectiva, particularmente entre las personas mayores y quienes tienen sistemas inmunes débiles. Sin embargo, incluso en estos grupos de alto riesgo, la vacuna puede evitar complicaciones.

2. Es mejor aplicarse la vacuna ya entrada la temporada para evitar que disminuya su efectividad

No. La vacuna es efectiva durante toda la temporada de influenza, excepto en el caso de algunos niños que podrían necesitar una doble dosis. Los CDC recomiendan que todas las personas mayores de seis meses se vacunen.

3. La vacuna puede perjudicar mi embarazo

No. La vacuna contra la influenza es “un elemento esencial de los cuidados prenatales” y se recomienda a todas las mujeres embarazadas, según el Colegio de Obstetras y Ginecólogos de Estados Unidos. Las mujeres embarazadas están en mayor riesgo de presentar complicaciones derivadas de la influenza como neumonía, infecciones y deshidratación.

Aunque los bebés no deben ser vacunados antes de los seis meses, los anticuerpos que reciben de su madre pueden protegerlos. Cabe señalar que el grupo recomienda evitar el uso del atomizador nasal —la versión viva y atenuada del virus—en mujeres embarazadas.

Los CDC afirman que las vacunas contra la influenza estacional no han demostrado causar daños a las mujeres embarazadas o a sus bebés.

4. Ya tuve influenza antes y no fue tan grave, así que no hay problema

No. La influenza estacional cobra más vidas en unos años que en otros: entre 1976 y 2007, la influenza estuvo relacionada con un mínimo de 3,000 y un máximo de 49,000 muertes en Estados Unidos y más de 200,000 personas fueron hospitalizadas.

Hay dos razones principales: los virus que circulan en un año pueden ser distintos de los que circulan en otro. Además, la gente cambia año con año, lo que significa que tu respuesta a una infección viral en un año determinado puede no ser la misma que en otro.

5. La vacuna contra la influenza no funciona

No funciona todo el tiempo, pero brinda cierto nivel de protección. Por ejemplo, los CDC indican que los datos preliminares de la temporada 2010-2011 muestran que fue efectiva en un 60% para todos los grupos por edad en conjunto; los estudios de años anteriores mostraron que las tasas de protección alcanzaron el 90%.