Varias fábricas que manejaron la carne de caballo enfrentan cuestionamientos sobre lo que sabían y si hubo fraude.

Por Laura Smith-Spark

(CNN) — Los fiscales franceses investigan cómo se vendió carne de caballo como carne de res, dijo este jueves el ministro de Asuntos del Consumidor de Francia.

El anuncio llega mientras inspectores británicos informaron que los cadáveres de caballo contaminados con un analgésico equino dañino para los humanos pudo haber entrado a la cadena alimentaria de ese país.

Varias fábricas que manejaron la carne de caballo enfrentan cuestionamientos sobre lo que sabían y si hubo fraude.

El ministro de Asuntos del Consumidor, Benoit Hamon, dijo que la empresa francesa Spanghero debería haber sabido que la carne que etiquetó como carne de res en realidad era de caballo, el giro más reciente en una crisis en Europa, donde se ha encontrado carne de caballo defectuosa en productos de carne de res.

Spanghero fue la primera empresa en etiquetar la carne como carne de res, dijo el ministro y añadió que 750 toneladas de carne de caballo estuvieron involucradas en un periodo de al menos seis meses.

Spanghero debería haber identificado la carne como carne de caballo por su código aduanero rumano, al igual que por su apariencia, olor y precio, dijo.

El asunto fue pasado al fiscal de París para que sea investigado como fraude, detalló Hamon. El delito puede castigarse hasta con dos años de prisión y multas de hasta 187,500 euros (250,000 dólares) para las empresas que estén involucradas.

Hamon dijo que no había razón para dudar que el proveedor rumano de la carne de caballo actuara de buena fe.

Antes de que llegara a Spanghero, la carne de caballo pasó por las manos de una empresa holandesa, Draap Trading, dirigida por Jan Fasen. Fasen previamente había sido encarcelado por tráfico de carne, indicó Hamon. CNN no pudo contactar a Draap Trading para emitir comentarios.

El funcionario también dijo que otra empresa implicada en el escándalo, Comigel, también debería haber notado anomalías en el etiquetado de la carne que recibió.

Un representante de Spanghero dijo que la empresa actuó de buena fe. “La empresa nunca ordenó carne de caballo y nunca vendimos adrede la carne de caballo”, aclaró el representante.

Es improbable que cause daños, señala experta

Los temores por la carne de caballo defectuosa comenzaron después de que se descubriera que ocho de cada 206 cadáveres de caballo revisados entre el 30 de enero y el 7 de febrero dieran positivo para el medicamento fenilbutazona, ampliamente conocido como bute (en inglés), dijo la Agencia de Estándares Alimenticios de Gran Bretaña.

De estos, seis fueron a Francia, lo que aumentó las preocupaciones de que pudieran haber entrado a la cadena de consumo de allí.

La agencia trabaja con las autoridades francesas para intentar localizar a los seis cadáveres, que fueron sacrificados en un matadero en Somerset, Inglaterra.

Los otros dos caballos que dieron positivo, en un matadero diferente, no abandonaron el local y han sido desechados, dijo la agencia.

No está permitido que la fenilbutazona entre a la cadena alimentaria humana.

El medicamento ya no está aprobado para el consumo humano en Estados Unidos, se lee en el sitio web de la Dirección de Alimentos y Medicamentos de Estados Unidos (FDA, por sus siglas en inglés), debido a que “algunos pacientes tratados con fenilbutazona experimentaron reacciones tóxicas graves”.

El medicamento puede causar varias afecciones sanguíneas y es carcinógeno, según la FDA. Pero la directora médica de Gran Bretaña, la profesora Sally Davies, trató de tranquilizar a los consumidores preocupados.

Es “extremadamente improbable” que alguien que consumió carne de caballo defectuosa tenga efectos secundarios dañinos, dijo en un comunicado este jueves.

“En los niveles de fenilbutazona que se encontraron, una persona tendría que comer entre 500 y 600 hamburguesas al día que tengan un 100% de carne de caballo para acercarse a consumir la dosis diaria de un humano. Y pasa a través del sistema muy rápidamente, así que es improbable que se acumule en nuestros cuerpos”, dijo.

Antonia Mortensen, Susannah Palk y Erin McLaughlin de CNN contribuyeron con este reporte.