Montevideo (CNNMéxico) — El enfrentamiento entre Chile y Bolivia avivado esta semana es solo uno de los muchos en los que organismos internacionales han debido fallar acerca de cuáles son los límites en América Latina, un continente que todavía hoy debate sus fronteras.
El 15 de diciembre, la Corte Internacional de Justicia (CIJ) de La Haya terminó de escuchar los argumentos de Perú y Chile en el juicio que los enfrenta por determinar quién manda en el espacio marítimo y territorial que los separa. Una disputa que lleva más de 100 años y donde el dictamen de la corte supondría una redefinición, especialmente, de las fronteras marítimas entre los países.
No es la primera vez que la CIJ debe intervenir ante un conflicto que enfrenta a dos países latinoamericanos. Apenas semanas atrás, había fallado en el juicio que enfrentaba a Nicaragua y Colombia, también por la soberanía sobre el espacio marítimo del cabo de San Andrés. Antes que eso, se pronunció en otras cuatro ocasiones.
En sus 20.000 kilómetros cuadrados de extensión, y a pesar de que sus 21 países son independientes de la colonia española desde 1830, existen fuertes tensiones limítrofes en América Latina. La CIJ ya falló en conflictos que enfrentaron a Uruguay y Argentina por la instalación de una planta de celulosa en el río que los divide; Nicaragua y Costa Rica por la soberanía del cabo de San Juan; Honduras y Nicaragua, para determinar las fronteras marítimas. Y, además del caso de Chile y Perú, cuyo fallo estaría a mediados de 2013, la corte todavía se encuentra estudiando el diferendo que enfrenta a Ecuador y Colombia por fumigaciones en la frontera.
Algunos de estos conflictos tienen más de un siglo de historia. Otros son estallidos de soberanía recientes. Y otros, como el conflicto que Venezuela y Colombia mantienen en torno al Golfo de Venezuela, buscan canales alternativos para su fin.
“En América Latina, la buena nueva es que los conflictos limítrofes no se han resuelto por la vía de las armas”, dijo en entrevista con CNNMéxico el analista peruano Farid Kahan, profesor titular de la Universidad Católica de Lima, Perú. La raíz de estas tensiones latinoamericanas puede explicarse también, a juicio del analista, por los cambios jurídicos ocurridos desde el siglo XIX. “En el pasado, cuando se hablaba de fronteras se hablaba de un espacio variable. Pero hoy los límites se establecen con precisión milimétrica. Y hay criterios que no existían antes, así como ha crecido exponencialmente nuestro conocimiento de la geografía”.
CNNMéxico repasa los principales conflictos que enfrenta y enfrentó el continente en su esfuerzo por definir dónde empieza y dónde termina cada una de sus soberanías.
A la espera de un dictamen
La CIJ escuchó en diciembre los argumentos de Chile y Perú para cerrar el conflicto que los enfrenta desde 1838 y que se centra en la soberanía del denominado “triángulo exterior”, un espacio marítimo de 70.000 kilómetros cuadrados, además de otros 26,000 metros cuadrados de tierra. Un territorio, además, rico en recursos pesqueros. Analistas estimaron que para Chile el territorio representa el 10% de la extracción total de especies marítimas.
“Desde 1947 e incluso antes, se sabe que esa zona es rica en recursos pesqueros y también es importante en exploración de los fondos marinos”, dijo a CNNMéxico Enrique Bernales, director ejecutivo de la Comisión Andina de Juristas. “Pero lo central del diferendo es jurídico. Aquí se vive una conciencia generalizada de que Perú ha expuesto bien su punto de vista”.
La disputa se remonta al fin de la Guerra del Pacífico, un conflicto armado que incluyó también a Bolivia y que perduró durante cuatro años. Chile argumenta que ya existen tratados que fijan su soberanía sobre el territorio en disputa, mientras que Perú señala que se trata solamente de acuerdos pesqueros. En esto se juegan, a juicio de los analistas, una conquista política más que económica. “El territorio en disputa no sería una gran ganancia para Perú, que ya es una potencia pesquera de mayor envergadura que Chile”, dijo el analista peruano Kahan.
A partir de ahora, se abre un compás de espera hasta el dictamen final de la corte que podría llegar a mediados de 2013. Puede que Chile enfrente mientras tanto nuevos juicios. A principios de diciembre, el presidente boliviano, Evo Morales, dijo que estaba “casi lista” su demanda contra el país andino. “Estamos haciendo algunas consultas y veremos cuándo, cómo, en qué momento se va a presentar”, señaló en entrevista con el periódico boliviano El Deber. Bolivia reclama 120,000 kilómetros cuadrados de territorio que perdió tras la Guerra del Pacífico y que significan su salida al mar. Chile no reconoce que exista un conflicto con Bolivia, en vista de los tratados que se firmaron tras el conflicto armado.
Morales llamó al gobierno chileno este miércoles a que libere a tres soldados bolivianos que mantiene detenidos desde el 25 de enero al considerar que son “rehenes políticos” en la disputa territorial que mantienen ambos países.
“Bolivia alega que el tratado se firmó bajo ocupación chilena y no es válido”, explicó Kahan. “Pero ese argumento se presenta muchas décadas después de firmado el tratado. Ahí creo que Chile tendría todos los argumentos para ganar. La Corte de La Haya no es competente porque ya existe un tratado de límites”. A raíz de este diferendo, ambos países no mantienen relaciones diplomáticas desde 1962.
Así, las expectativas son altas. Un fallo favorable a Perú por parte de la CIJ podría alentar a Bolivia en su caso. Por eso en la última cumbre de la Unión Sudamericana de Naciones, el presidente chileno Sebastián Piñera y el peruano Ollanta Humala se mostraron lado a lado en una conferencia de prensa. Y subrayaron que respetarán el fallo de la CIJ, algo que no siempre ha ocurrido en América Latina.
Sentencias que disgustan
El 19 de noviembre, la CIJ dictó una de sus sentencias más polémicas. Lo hizo en el conflicto que enfrenta a Colombia y Nicaragua por la soberanía del archipiélago de San Andrés. Los países se disputan desde 1980 un territorio marítimo que posee siete cayos que son un importante destino turístico, y una zona marítima de 50,000 kilómetros cuadrados rica en pesca. Aunque hasta ahora no se han hecho allí explotaciones en busca de petróleo o gas, a principios de diciembre, la petrolera española Repsol declaró su interés de explorar el archipiélago de San Andrés.
Tras 11 años de discusión, la corte de La Haya falló contra Colombia. Si bien dictaminó que los siete cabos en discusión seguirían siendo de soberanía colombiana, no así el agua que los rodea. Otorgó a Nicaragua un área de explotación económica exclusiva de 90,000 kilómetros. “No fue la primera vez que recurrimos a un organismo internacional”, dijo a CNNMéxico el excanciller nicaragüense Francisco Aguirre-Sacasa, quien presentó la demanda ante la CIJ. “A mediados de 1980, demandamos a Estados Unidos por minar puertos nicaragüenses y ganamos. En 1999, demandamos a Honduras por nuestra frontera marítima y ganamos. Ahora es la tercera vez. En todos estos casos, nuestro gobierno reaccionó de manera apacible a los fallos de la CIJ. No se han dado protestas callejeras ni manifestaciones. No se puede decir lo mismo de Colombia”.
Apenas 10 días después de conocer el fallo, el presidente colombiano Juan Manuel Santos anunció que no lo acataría. Y fue más allá señalando que se retiraría del Pacto de Bogotá, un tratado suscrito en 1948 y que reconoce la jurisprudencia de la CIJ. “En el día de ayer Colombia denunció el Pacto de Bogotá. El fallo (de la CIJ) fue contrario a la equidad y lleva a un detrimento de los colombianos”, dijo ante la prensa.
El anuncio podría impactar también en otra disputa con Colombia como protagonista. En 2008, Ecuador demandó al país por fumigaciones con el tóxico glifosato sobre plantaciones de coca en la frontera. Ecuador alega que estas fumigaciones representan serios daños a la población y también a los animales y cultivos de la zona. El juicio está en la etapa de presentación de documentación y seguirá, al menos por ahora, su camino en la CIJ.
Otro fallo dividido fue el del conflicto que enfrentó a Uruguay y Argentina por la instalación de dos plantas de celulosa sobre el río Uruguay, la frontera natural entre ambos países y que administran en conjunto. En 2004 comenzaron las conversaciones de dos empresas europeas, la finlandesa Botnia y la española Ence, con el gobierno uruguayo para instalarse en Fray Bentos, una localidad al norte del país y que limita, río de por medio, con la ciudad argentina de Gualeguaychú. El conflicto implicó grandes tensiones entre ambos países: un grupo ambientalista cortó el puente bilateral que une a los países y la empresa española decidió cambiarse a otra zona de Uruguay.
En 2006 Argentina demandó a Uruguay por incumplimiento del Tratado del Río Uruguay, que dispone que ambos países deben decidir en conjunto sobre emprendimientos que afecten al río Uruguay. Argentina esgrimió dos argumentos centrales: que no había sido consultada sobre la instalación de las plantas, y que ambas contaminaban. Finalmente en 2010 la corte sentenció que Uruguay incumplió el tratado, pero afirmó que la planta de celulosa no contaminaba.
En busca de la mediación
No todos los conflictos fronterizos latinoamericanos han recurrido a La Haya para su solución. Algunos han buscado organismos independientes de mediación. Colombia mantiene desde 1964 un conflicto con Venezuela por la soberanía sobre el Golfo de Venezuela, llamado de Coquivacoa en Colombia. Se trata de un área rica en recursos pesqueros y donde existen reservas de petróleo.
El diferendo nunca alcanzó la escena internacional, ya que Venezuela no reconoce la soberanía de la CIJ y, por ahora, se ha mantenido como una disputa bilateral entre los países. En 1990 se creó una Comisión Negociadora de las Áreas Marinas y Submarinas con la intención de evitar los roces bilaterales. Pero desde 2009 no ha sostenido ninguna reunión.
“Entre Venezuela y Colombia ha habido cuatro crisis de importancia y tres están relacionadas con la delimitación geográfica”, dijo en a CNNMéxico la doctora en Ciencias Políticas venezolana María Teresa Belandria. En 1952 un barco colombiano ingresó en territorio marítimo venezolano en un episodio que terminó con la movilización de la marina venezolana; en 1971 otro barco colombiano genera una nueva movilización militar; y en 1987 el ingreso de la corbeta colombiana Caldas provocó una crisis de 17 días. “Esas tensiones casi nos llevan a la guerra. Hoy una solución negociada entre las partes que está lejos de alcanzarse”, dijo Belandria.
Centroamérica dividida
Centroamérica también ha mantenido ocupados a los tribunales de La Haya. En 1992 la CIJ resolvió el conflicto entre Honduras y El Salvador por el Golfo de Fonseca, que se arrastraba desde hacía 23 años. También estudia el conflicto entre Costa Rica y Nicaragua por el denominado Harbor Head, un humedal en el río San Juan, que Nicaragua pretende dragar y por donde Costa Rica quiere construir una carretera. Y podría tener un nuevo caso el año que viene. Guatemala disputa a Belice unos 12,500 kilómetros cuadrados de territorio y en 2013 realizará una consulta popular para determinar si lleva ante La Haya su reclamo.
Algunos de estos casos han servido como antecedentes para conflictos que se juegan en América del Sur. Nicaragua y Honduras llegaron a la CIJ por la soberanía de cuatro islas en el Caribe y una nueva línea en su frontera marítima. En 2007 la corte realizó en esta ocasión un fallo dividido: reconoció a Honduras su soberanía sobre las islas, pero desestimó su reclamo acerca de en qué paralelo debía estar el límite entre ambos. El fallo fue estudiado por Perú en su demanda.
“Estábamos en busca de indicios de cómo podrá fallar la corte”, señaló a CNNMéxico el politólogo Farid Kahan. “En este caso, la corte le dio la razón a Nicaragua, pero hizo una excepción en torno a las islas, que son de Honduras. Fue un fallo que muchos consideraron salomónico porque aplicando el derecho internacional ambas partes obtuvieron su reivindicación”.