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Por John King, CNN

JERUSALÉN (CNN) – Los banderines que cuelgan por las calles de Israel presumen la “alianza indestructible” con Estados Unidos; las barras y las estrellas ondean al lado de la estrella de David a lo largo de Jerusalén.

Es un momento de orgullo para la nación anfitriona. Sin embargo, como presidente de Estados Unidos, Barack Obama se dirige a Israel y a la Ribera Occidental por primera vez desde que llegó a la Casa Blanca; no hay expectativas de que se logren grandes progresos en política y hay incontables preguntas acerca de esta gélida relación con el primer ministro israelí, Benjamin Netanyahu.

“Esta es la relación más disfuncional en la historia de las relaciones entre Estados Unidos e Israel”, dijo a CNN el exnegociador para Medio Oriente, Aaron David Miller. “No hay una sensación real de confianza. No existe la capacidad de dar al otro el beneficio de la duda”.

No obstante, Miller cree que hay una posibilidad de que esta reunión en terreno de Netanyahu al menos ayude a iniciar un periodo de mayor cooperación y tal vez de calidez personal. “Creo que por diferentes razones, ambos han decidido que es momento de probar si pueden trabajar juntos”.

El primer ministro israelí apoyó claramente al oponente republicano de Obama, Mitt Romney, durante las elecciones del año pasado en Estados Unidos y ha dejado claro que no cree que el presidente estadounidense entienda los retos de seguridad a los que se enfrenta Israel.

Obama, en cambio, se quejó a micrófono abierto de tener que lidiar con Netanyahu. La Casa Blanca ha reunido una lista de lo que considera los desaires de parte del gobierno de Netanyahu, como la emisión de permisos para construir asentamientos durante una visita del vicepresidente estadounidense, Joe Biden.

Con todo, la agenda llena de asuntos espinosos y el hecho de que ambos líderes necesitan el uno del otro por razones políticas, son algunas de las razones por las que las personas como Miller creen que hay posibilidades de entablar una relación más cooperativa.

Miller dijo que Obama “no quiere ser el presidente estadounidense bajo cuyo mandato Irán obtenga una bomba ni ser el presidente que tenga que bombardear a Irán. No quiere ser el presidente estadounidense bajo cuya supervisión expire formalmente la solución bipartita”.

La mirada puesta en la historia

Netanyahu tal vez se está conteniendo a causa de las elecciones recientes; acaba de formar una nueva coalición que inclinó a su gobierno un poco hacia la izquierda. Esto sin mencionar que comparte con Obama un interés: obtener un lugar en la historia.

“El tiempo se agota para estos dos”, dijo Miller. “Él (Netanyahu) quiere ser visto como el primer ministro que hizo algo, no como un líder inoperante. Creo que si combinamos eso con la probabilidad de que el nuevo gobierno israelí sea un poco más pragmático que su primer gobierno, notaremos que hay grandes sectores en los que es posible la cooperación”.

Si echamos un vistazo al mapa regional, tendremos una mejor perspectiva del caótico estado en el que está la región y de la urgencia de que se reúnan Obama y Netanyahu. Los temas principales son:

Irán: Obama dejó claro recientemente que cree que transcurrirá cerca de un año para que Irán llegue a la cúspide de su programa nuclear y que va a Israel para convencer a Netanyahu de que necesita dar más tiempo a la diplomacia. Aunque hay escepticismo sobre la posibilidad de una solución negociada, los funcionarios israelíes dicen que Netanyahu está abierto a permitir que se hagan mayores esfuerzos diplomáticos por más meses, pero espera que Obama se comprometa más firmemente a determinar el momento en el que Estados Unidos recurrirá a las opciones militares.

Siria: Israel es una fuente esencial de información para Estados Unidos sobre los hechos en Siria, como el movimiento de las posiciones militares del régimen. Aunque desde hace mucho se ha dicho que era el momento de que el régimen de al Asad entregara el poder —incluso desde antes de que Obama llegara a la Casa Blanca—, el auge de la Hermandad Musulmana pone nervioso a Israel por el posible cambio de régimen en Siria. Con todo, el gobierno de Obama ahora señala que no desanimará los intentos de los aliados por hacer más para ayudar a la oposición siria.

El conflicto entre Palestina e Israel: Los funcionarios de la Casa Blanca dicen que Obama no trae consigo ninguna nueva iniciativa para la paz y que no se siente optimista de que el terreno sea sólido para reavivar las negociaciones. Los asistentes del presidente dicen que más que nada quiere evaluar lo preparados que están Netanyahu y el líder palestino, Mahmud Abbas, para reanudar las negociaciones.

Como no se espera que haya muchas probabilidades de que eso ocurra, la disputa ha dominado todas las visitas del presidente estadounidense a la región y ahora es casi un asunto secundario. Casi.

“Sé que el presidente realmente cree que la paz entre árabes e israelíes es importante para Estados Unidos”, dijo Shibley Telhami, experto en Medio Oriente que dirige el Centro Sadat de la Universidad de Maryland. “Aunque no estoy seguro de que entienda completamente lo que eso significa en cuanto al compromiso”.

Las visitas a Ramala, Gaza y varios asentamientos israelíes en la Ribera Occidental que se han realizado en los últimos días demuestran constantemente que las tensiones están creciendo de nuevo; ha habido ataques con rocas en contra de los pobladores en los caminos que comunican a los vecindarios israelíes con los palestinos.

Abdallah Abu Rahma, organizador político palestino, dijo en Ramala que constantemente impulsa las manifestaciones no violentas como la mejor forma de expresar las quejas y presionar a los líderes palestinos para que llamen la atención de Obama.

Rahma argumenta que Netanyahu se beneficiaría políticamente de cualquier acto violento de Palestina. Sin embargo, dice que siente que la frustración va en aumento y está preocupado de que no siempre se siga su consejo.

Más acción, menos palabras

“Al principio había esperanzas en él”, dijo, refiriéndose al presidente de Estados Unidos. “Sin embargo, sólo hablaba y los palestinos están cansados de las palabras”.

Los palestinos quieren que Obama demuestre que habrá consecuencias si se vuelve a ignorar su llamado a detener los asentamientos israelíes como ocurre en este momento, ya que se están construyendo subdivisiones.

Ellos manifiestan sus quejas en formas más personales: en las calles de Ramala hay carteles que aconsejan sarcásticamente a Obama que no traiga su smartphone porque Israel no permite que haya 3G ni mejores servicios en los territorios palestinos.

Sentando las bases para el progreso posterior

Aunque no lleva consigo ningún plan drástico para la paz, los funcionarios de la Casa Blanca dicen que Obama espera que este diálogo empiece a sentar las bases para un progreso en el futuro cercano.

En vista de la falta de confianza, el experto Telhami dijo estar preocupado por la posible violencia y por una dirigencia palestina frustrada.

“Quieren algo en concreto”, dijo Telhami. “Necesitan algo que cambie las cosas. Necesitan algo que cambie los paradigmas. El presidente (Obama) no ofrecerá eso en este viaje”. En cambio, dijo Telhami, podría entender el horizonte a largo plazo del presidente, siempre y cuando haya un seguimiento.

“Pienso que es la forma en la que tienen que abordarlo: ver hacia el futuro, no sólo lo que se obtendrá de este viaje en sí”, dijo Telhami. Sin embargo, Gat dijo que no espera que haya un progreso importante en el corto o largo plazo.

“Recuerdo que mi madre decía: ‘Espero que no tengas que pasar por el ejército’. Desde que era un niño siempre le dije que pensaba que eso no tenía sentido. No voy a decirles eso a mis hijos. Les diré: ‘Escuchen, chicos, estos son los hechos: viven en Israel, probablemente tendrán que entrar al ejército’”.