Por Gustavo Valdes, CNN
Raleigh, Carolina del Norte (CNN) – Olegario Rodríguez acudió este lunes al Departamento de Vehículos mucho antes de que abrieran las puertas. Quería ser el primero en la fila.
Mientras transcurría la espera, con una baja temperatura, revisó el manual de conductores, para afinar los últimos detalles.
“Necesito mi licencia”, dijo Rodríguez, de 25 años. “Cuando manejas sin licencia, te metes en muchos problemas, y yo no quiero problemas”.
Rodríguez se benefició con el programa de acción diferida del gobierno de Barack Obama, para los jóvenes inmigrantes indocumentados que llegaron a Estados Unidos, cuando eran niños.
Pero hasta esta semana, conseguir una licencia de conducir estaba fuera de su alcance.
Este lunes, Carolina del Norte —el estado donde vive ahora después de llegar a Estados Unidos desde México, hace 15 años— comenzó a emitir nuevas licencias de conducir, diseñadas para aquellos que han calificado bajo el programa federal.
Los funcionarios habían propuesto originalmente poner una raya rosa y gruesa en las licencias, para que quede claro que los titulares eran inmigrantes indocumentados, y no ciudadanos de Estados Unidos.
Pero los funcionarios de transporte cambiaron de parecer. Algunos defensores de los derechos de los inmigrantes mencionaron que eso equivalía a una discriminación, con el estilo de la “letra escarlata”.
Las nuevas licencias incluyen leyendas con pequeñas letras rojas: “tiempo limitado” y “presencia legal/sin estatus legal”.
“Este diseño final permitirá una implementación sencilla, para que los códigos utilizados en el proceso de producción sigan siendo compatibles con otras licencias”, dijo un vocero del gobierno estatal.
El secretario de transporte del estado dijo que los funcionarios tenían un objetivo en mente.
“Este programa es sobre responsabilidad y seguridad, haciendo que nuestras carreteras sean más seguras para todos los residentes de Carolina del Norte”, dijo el secretario de Transporte, Tony Tata, en una declaración escrita.
Durante meses, las licencias de conducir y otros beneficios estatales han estado en el centro del debate sobre la inmigración en Estados Unidos.
Los partidarios de las licencias para los inmigrantes indocumentados argumentan que es más seguro tener conductores capacitados y asegurados, y los opositores argumentan que tales sistemas están plagados de fraudes.
Rodríguez dijo que estaba agradecido de obtener una licencia, aunque hubiera querido que tuvieran un diseño diferente, que no mencionara su estatus migratorio.
“No puedo negar que hay mucha discriminación en este país”, dijo. “Preferiría que (la licencia) no tuviera esas palabras, pero no hay nada que yo pueda hacer”.
Catherine E. Shoichet contribuyó con este reporte