En años previos, el mundo del hogar conectado o inteligente era más aspiracional.

Por Heather Kelly

(CNN) — El mundo de los hogares automatizados con gadgets es joven y emocionante, lleno de nuevos y prometedores productos. Pero también es un poco desastroso.

Existen dispositivos y aplicaciones para smartphones capaces de controlar todo en tu hogar. Pero también hay enfoques contradictorios, estándares y sistemas que hacen que el sueño de un hogar completamente conectado aún se vea muy lejano.

En años previos, el mundo del hogar conectado o inteligente era más aspiracional, con prototipos de refrigeradores con pantallas conectadas a internet y elaborados sistemas de seguridad para el hogar.

Pero este año el hogar de los Supersónicos finalmente es una realidad, con importantes vendedores ofreciendo productos reales y utilizables, y casi todos pueden controlarse desde un smartphone.

Hay cámaras de seguridad para el hogar que puedes monitorear desde cualquier lugar, sensores de movimiento, un producto llamado Plant Link que monitorea los niveles de humedad de tus plantas y te envía un mensaje de texto cuando necesitan agua. Hay un sensor que puedes poner en la tetera de tu abuela y que te alertará cuando olvide tomarse su taza por la mañana. Puedes controlar las persianas, revisar la calidad del aire, ver si las ventanas están abiertas, abrir la puerta de tu casa desde el otro lado del mundo para permitir la entrada a un visitante, o utilizar GPS para encender tu calentador cuando estás por llegar a tu casa. Las posibilidades son infinitas.

¿Cómo es que un producto de baja tecnología como la luz puede conectarse a tu smartphone?

Normalmente, los dispositivos tontos (interruptores de luz, tomas de corriente, termostatos) están equipados con módulos inalámbricos. Se comunican con el uso de wi-fi u otras tecnologías inalámbricas con un dispositivo conectado a internet, que recopila los datos y los almacena en la nube. Entonces, esa información es accesible desde una computadora o aplicación de smartphone, y la luz puede controlarse con el toque de un dedo desde cualquier parte del mundo.

Desafortunadamente, debido a la prisa con la que se lanzan nuevos productos e intentan cosas nuevas, la mayoría de los dispositivos o sistemas aún no funcionan bien unos con otros. Considera el Philips Hue, una bombilla inteligente y genial que cambia de color (se vende en la tiendas de Apple). Las bombillas se conectan al centro Philips Hue, y puedes cambiar los colores con la aplicación independiente Philips Hue.

Pero la aplicación no permite añadir un dispositivo de otro fabricante que abra las puertas de las mascotas o un radiocontrol al centro Philips. Eso significa que no puedes programar la luz de la cocina para que se cambie a un tono rojo sangriento y ajustar el estéreo para que reproduzca Eye of the Tiger cada vez que tu gato deambule en busca de su cena.

“En teoría, deberían funcionar juntos”, dijo Daniel Moneta, director ejecutivo de MMB Networks, una empresa que ayuda a los fabricantes de equipo a transformar sus productos analógicos en dispositivos inteligentes.

La tendencia de dispositivos individuales y sensores con sus propias aplicaciones para smartphones e infraestructura en la nube es insostenible. Imagina tener que revisar 50 aplicaciones para encontrar la llave correcta, o tener que abrir cada aplicación de una en una para establecer la configuración de vacaciones antes de viajar.

Las empresas grandes como Comcast, Time Warner y Lowe’s han intentado consolidar la tecnología de hogares inteligentes con sus propias soluciones para un hogar conectado. Tienen sistemas convenientes preempaquetados que incluyen un controlador, la aplicación para smartphone, y dispositivos de arranque como cámaras de seguridad o monitores de energía.

Estos sistemas tienen sus inconvenientes. Muchos cobran una cuota mensual. Te venderán dispositivos adicionales aprobados para agregar a la red, para que sea expandible, pero aún estás condicionado a su ecosistema.

Luego están los dispositivos independientes que envuelven el poder de computación en el objeto en sí, como el popular termostato programable Nest. No hay un controlador general, solo utiliza wi-fi y la aplicación Nest, y no puede conectarse a otros sistemas de administración del hogar.

“Al final del día, poner la inteligencia en un solo dispositivo pasa por alto lo más importante”, dijo Jeff Higgins, director de tecnología en SmartThings, una empresa nueva que trabaja en su propia plataforma para hogares inteligentes. Para Higgins, quien tiene 95 dispositivos inteligentes conectados en su propia casa, el poder real de los dispositivos conectados está en las aplicaciones y programas de composición que unen a los objetos. Por ejemplo: el aire acondicionado que no se enciende porque sabe que una ventana está abierta.

Para complicar más las cosas, los dispositivos inteligentes actuales no hablan el mismo idioma. Hay tecnologías inalámbricas de corto alcance para conectar objetos inteligentes. Además del wi-fi está el ZigBee y Z-wave, que utilizan menos energía y son más fáciles de conectar. A diferencia del wi-fi, pueden ser utilizados para crear una red de dispositivos que se comunican entre sí, y pasan señales de objetos en zonas lejanas de la casa.

SmartThings lanzará sus propios kits de iniciación esta primavera, cajas de 299 dólares que incluirán un controlador central y cinco o seis dispositivos que se conectan a la aplicación SmartThings. Pero la empresa planea una plataforma abierta que respalde los tres estándares inalámbricos, además de que no cobra cuotas mensuales y permite que cualquier dispositivo de terceros se meta al sistema y a la aplicación. Los desarrolladores pueden usar aplicaciones más pequeñas que funcionan dentro de la aplicación móvil principal, y generan formas creativas para unir a los objetos. La empresa recaudó 1.2 millones de dólares en Kickstarter el año pasado y es respaldada por algunos empresarios de renombre.

Sin importar cómo se vea el futuro de los hogares inteligentes, necesitará ser muy simple, asequible y fácil de utilizar. Aún hay problemas potenciales de seguridad y privacidad que tienen que ser resueltos. Pero las opciones se reducirán, la tecnología se volverá más consistente y tu smartphone tendrá menos aplicaciones de control remoto.

Lo que sigue son los automóviles voladores.