Estambul (CNN) — La policía turca antidisturbios disparó este martes cantidades masivas de gas lacrimógeno en la Plaza Taksim, de Estambul, con el fin de disipar a los manifestantes contra el gobierno.

El denso humo tiñó de blanco el lugar y fluyó parcialmente hacia el Parque Gezi, el punto central de las protestas contra el primer ministro.

El uso masivo de gas pimienta ocurrió la tarde de este martes después de un altercado entre un pequeño grupo de manifestantes y la policía, indicó Arwa Damon, de CNN, desde la Plaza Taksim.

Cuando el humo se disipó, la Plaza Taksim —el área donde horas antes se habían reunido decenas de miles de personas—, quedó libre de manifestantes.

La policía usó también cañones de agua en su arremetida.

El incidente marcó un regreso a las tácticas duras usadas en días previos contra las protestas, que iniciaron como oposición a un plan gubernamental de construir un centro comercial en un parque y rápidamente se convirtieron en una batalla contra los métodos del gobierno, que los manifestantes acusan de autoritarios.

Horas antes de la llegada de los policías antidisturbios los manifestantes utilizaron tablas de madera como escudos para retirarse, solo para volver de nuevo, con más bombas molotov y petardos, además con signos de “victoria”.

“Nunca permitiremos que la gente nos presione”, dijo el primer ministro Recep Tayyip Erdogan al parlamento este mismo martes. “Y tampoco forzaremos las cosas”.

Cuando Erdogan entró al parlamento, los legisladores detonaron una serie de vítores y abucheos. Sus partidiarios se levantaron de sus asientos para aplaudir, mientras que sus opositores chiflaron, un gesto de desaprobación en Turquía.

Después de enlistar una larga serie de logros en el país, que acreditó a su gobierno, Erdogan se refirió a las manifestaciones callejeras en Estambul, que desde hace más de una semana piden su renuncia.

“Ellos dicen que el primer ministro es duro. El primer ministro es firme”, dijo Erdogan sobre las protestas en su contra. “Lo siento”, respondió. “El primer ministro no va a cambiar”.

Los manifestantes se reúnen y dispersan

Durante la mañana de este martes, el humo de los gases lacrimógenos y los fuegos artificiales flotaba en el aire mientras los vehículos blindados apartaban las barreras improvisadas de los manifestantes.

Varios de ellos entrelazaron sus brazos para formar una cadena humana e impedir el paso de la policía, pero cuando esta destapó varios botes de gases lacrimógenos, se dispersaron de nuevo.

“Si ustedes dejan de lanzar piedras, dejaremos de usar el gas lacrimógeno”, dijo la policía a través de un altavoz al grupo. “No queremos herirlos, por favoz, obedezcan”.

En el parque Gezi, sede de la protesta, la situación era relativamente tranquila. Allí los manifestantes se arremolinaban contra los oficiales del equipo antidisturbios. “Miren, no estamos entrando en el parque Gezi”, dijeron en los altavoces.

“La mayoría de la gente se encuentra en el parque”, dijo Efe Songun, que asistió a las protestas. “Ellos están gritando sus consignas”.

Una demostración de fuerza

La movilización de la policía se produjo un día antes de que el primer ministro Recep Tayyip Erdogan se reúna con los organizadores de la protesta. La presencia parece más una demostración de fuerza en la plaza que un esfuerzo por hacer salir a los manifestantes que han acampado allí durante días.

Las manifestaciones en Turquía comenzaron como un pequeño paro sobre los planes de arrasar el parque, el último espacio verde en el centro de Estambul, y sustituirlo por un centro comercial.

Sin embargo, han crecido hasta convertirse en una protesta en todo el espectro político. Los manifestantes han exigido la renuncia de Erdogan y acusan a su gobierno de autoritario.

El resultado ha sido el mayor reto para Erdogan y su Partido Justicia y Desarrollo que ha gobernado durante una década. Erdogan y su primer ministro han defendido las acciones del gobierno.

Erdogan da ‘pelea’

En sus discursos, Erdogan ha dicho que no tiene tolerancia para lo que él llama manifestaciones ilegales. El primer ministro turco condenó este domingo las protestas y advirtió que “incluso la paciencia tiene un final”.

Criticó las tácticas de los manifestantes y los retó a ganarle en las urnas. “Lo único que hacen es destruir, atacan edificios públicos, queman edificios públicos y autos civiles”, dijo.

“Enfrentémonos en las urnas en siete meses. Si ustedes hablan de la democracia y la libertad, hablan sobre derechos y libertades, no se pueden lograr con violencia. Solo dentro de las leyes se puede lograr”.

La violencia en las protestas del pasado

En manifestaciones anteriores la respuesta de la policía ha sido más dura, con críticas fuertes dentro y fuera de las fronteras de Turquía.

Dos personas han muerto desde el inicio de las manifestaciones el 31 de mayo. Uno de ellos fue atropellado por un automóvil en Estambul, y el otro recibió un disparo en la cabeza por desconocidos en Antakya, cerca de la frontera con Siria.

Un capitán de la policía murió al caer de un puente la semana pasada, dijo la oficina del gobernador de Adana.

La Asociación Médica de Turquía afirmó que más de 4,300 personas resultaron heridas en los enfrentamientos la semana pasada. Una decena de manifestantes sufrieron heridas graves.

(Con información de Ivan Watson y Gul Tuysuz desde Estambul; Ben Brumfield desde Atlanta)