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Por Vanessa Ko

(CNN) — Ser menos alegres y más orgullosas podría ser una forma de combatir el estereotipo de que las mujeres son menos aptas como líderes en comparación con los hombres, según nuevo estudio.

Independientemente del género, expresar orgullo da la impresión de que uno está dispuesto a liderar, especialmente en comparación con las expresiones de felicidad, según un estudio realizado por investigadores de la Escuela de Administración de la Universidad Técnica de Múnich en Alemania.

Pero la diferencia fue más pronunciada para las mujeres.

Los investigadores estudiaron las percepciones al mostrarles a los participantes fotografías de personas con varias expresiones faciales, así como escenarios narrados en los que se describían expresiones, y preguntándoles qué esperaban del potencial de liderazgo de estos individuos.

“El resultado principal fue que el orgullo funciona para aumentar la percepción de la disposición para liderar. Pero encontramos diferencias entre hombres y mujeres, especialmente en la condición de felicidad: cuando mostraban felicidad, las mujeres eran percibidas como menos dispuestas a liderar en comparación con los hombres”, dijo Isabell Welpe, una de las autoras del estudio.

Aunque se confirmó que las mujeres son percibidas menos favorablemente en comparación con los hombres en lo que se refiere a liderazgo, sin importar qué emociones mostraban, la buena noticia para las mujeres es que podrían utilizar los resultados a su favor para reducir la brecha de género.

“Nuestro consejo sería mostrar orgullo por sus logros”, dijo Welpe.

Prisca Brosi, quien dirigió el estudio, dijo que la comunicación y el rendimiento en el trabajo tienden a ser evaluados diferentemente según el género.

Las mujeres, aunque enfrentan prejuicios, no son menos duras en la evaluación de los líderes, según investigaciones anteriores. “Hay instancias en las que las mujeres son más críticas contra los hombres y las mujeres en comparación con los hombres”, dijo Brosi.

La directora corporativa Nilofer Merchant dijo que es lógico que las personas que expresan orgullo sean vistas por otros como más dispuestas a liderar.

“Después de todo, si no puedes votar por tus propias ideas, ¿cómo van a hacerlo los demás?”, dijo, y añadió que tener una actitud de “puedo hacerlo todo” le abrió oportunidades para dirigir grandes proyectos.

Pero no siempre es fácil tener esta actitud como mujer. Dice que mostrar orgullo va en contra de las normas sociales, donde las mujeres son socializadas para encajar en lugar de sobresalir.

“Una vez una colega intentó sabotearme un proyecto porque yo tenía demasiados éxitos, y cuando la confronté, dijo que se debía a que pensaba que ‘necesitaba ponerme en mi lugar’”, dijo.

Como ejecutiva de alto nivel, Merchant dice que también experimentó los peligros de ser una líder que expresa alegría.

La amabilidad y la competencia son vistas a menudo como contradictorias, y además se espera que las mujeres sean agradables, lo que las pone en una situación imposible.

“Somos juzgadas como personas con las que uno no quiere trabajar si somos competentes y no somos amables. Las mujeres siempre tienen que preocuparse por el tono, la forma y el lenguaje corporal para asegurar que la idea esté perfectamente empaquetada”, dijo.

“Algunos días logro esto. Otros, no tanto. Y francamente, me gustaría que algún día las mujeres no tuvieran este doble deber de tener una idea brillante y además tener que ganar un premio a la alegría. Tenemos límites de energía”.