Este viernes concluye la semana 13 del juicio por la muerte del cantante entre la promotora AEG y la familia Jackson.

Por Alan Duke

Los Ángeles (CNN) — Un enfermero que administró propofol a Michael Jackson más de una docena de veces dijo que la estrella del pop no parecía ser un buscador de medicamentos.

David Fournier fue llamado como testigo este jueves por parte de AEG Live en un esfuerzo para convencer a los miembros del jurado de que Jackson era tan engañoso y secretista sobre su consumo de medicamentos que sus ejecutivos no tenían forma de saber que su salud estaba en peligro mientras se preparaba para sus conciertos de regreso.

Un economista contratado por los abogados de la promotora de conciertos testificará este viernes en un esfuerzo para minimizar cuánto dinero podría haber ganado Jackson si no hubiera muerto a los 50 años; una cuestión importante si el jurado decide que AEG Live es responsable en su muerte.

La madre y los tres hijos de Michael Jackson sostienen que la empresa contrató, retuvo o supervisó negligentemente al médico condenado por homicidio involuntario en su muerte que, el forense dictaminó, fue causada por una sobredosis del anestésico quirúrgico propofol.

AEG Live afirma que Jackson escogió y controló al médico Conrad Murray, quien dijo a los investigadores que le daba a Jackson infusiones nocturnas de propofol para tratar su insomnio.

Fournier, un enfermero anestesista certificado, testificó sobre un incidente el 3 de junio de 2003, en el que Jackson dejó de respirar mientras estaba bajo sedación para un procedimiento con el dermatólogo de Beverly Hills, el médico Arnold Klein.

Después de que Jackson sufriera una “reacción algo extraña” en la sedación, Klein le dijo a Fournier que podría ser debido a que el cantante tenía un implante antagonista opioide. Tenía la intención de ayudar a tratar su dependencia de Demerol, dijo.

“Esperas que tus clientes y médicos sean honestos contigo y me sentí emboscado y estaba molesto”, testificó Fournier. El enfermero dijo que eso lo hizo enojar con Klein y Jackson.

Los abogados de AEG Live esperan que los miembros del jurado vean al incidente como evidencia de que Jackson no fue honesto sobre su consumo de medicamentos, lo que respaldaría la tesis de que sus ejecutivos no tenían forma de saber sobre los tratamientos peligrosos que recibía por parte de Murray.

Fournier también testificó que Jackson no pudo seguir sus instrucciones en dos ocasiones después de ser sedado para procedimientos. Jackson fue al restaurante Kentucky Fried Chicken por una cubeta de pollo frito en lugar de ir a casa y comer galletas, testificó. Otra vez fue a un ensayo para una presentación en los Grammy y se torció el tobillo, dijo.

Cada ocasión en la que Jackson recibió propofol fue médicamente justificada, dijo Fournier. Las 14 veces en la que lo administré entre 2000 y 2003 involucraron cirugías plásticas, procedimientos dermatológicos o cirugías orales, dijo.

Fue sedado por primera vez en 1993 cuando fue tratado por quemaduras graves en el cuero cabelludo sufridas cuando filmaba un comercial de Pepsi varios años antes, dijo.

Algunas de las 25 veces en las que fue contratado para ayudar en los procedimientos de Jackson no se administró ningún medicamento, dijo. Solo sostenía su mano y le aseguraba que todo estaría bien.

Jackson nunca pidió medicamentos específicos y nunca peleó con él, dijo. Todos los médicos que lo trataron eran médicos respetados, dijo.

La relación amigable de Fournier con Jackson terminó en noviembre de 2003 cuando canceló un procedimiento debido a que Jackson estaba “un poco tonto, un poco lento para responder”. Fournier dijo que se negó a sedar a Jackson porque sospechaba que mentía sobre su consumo de medicamentos.

“A pesar de 10 años de buen cuidado de calidad y de cuidar de él durante un largo periodo, nunca me llamó”, dijo.

El abogado principal de AEG Live dijo que llamaría como testigos a “muchos, muchos médicos” que trataron a Jackson para explicar el hecho de que era un adicto secretista a los medicamentos.

El juicio en una corte de Los Ángeles, Estados Unidos, concluye su semana número trece este viernes y se espera que dure hasta septiembre.