(CNNMéxico) — Los 79 pasajeros que murieron en el accidente ferroviario de la semana pasada en España tendrán un homenaje este lunes, en una catedral no muy lejos de donde ocurrió el accidente.
Viajaban desde Europa, América Latina, Estados Unidos y estaban a punto de llegar a su destino, Ferrol, en la costa noroeste del territorio español, cuando el tren descarriló en una curva y los carros impactaron una estructura de concreto.
Cinco días han pasado desde el desastre, pero quedan muchas preguntas: ¿Qué causó el descarrilamiento? ¿El tren iba demasiado rápido? ¿Y qué hizo el conductor momentos antes del accidente?
El conductor
El conductor del tren, Francisco José Garzón, recibió este domingo 79 cargos de homicidio por imprudencia, así como un número indeterminado de acusaciones formales por causar lesiones, también por imprudencia.
Un tribunal le otorgó la libertad condicional, pero su licencia para operar un tren estará suspendida por seis meses. También entregó su pasaporte y debe reportarse ante la corte cada semana.
Muchos cuestionan a qué velocidad viajaba el tren cuando sus ruedas salieron de la pista cerca de Santiago de Compostela la noche del 24 de julio.
El ministro del Interior, Jorge Fernández Díaz, dijo a periodistas este sábado que existen “indicios racionales” de que el accidente fue culpa del conductor. Pero el funcionario se negó a dar más detalles.
La policía tienen ahora las grabadoras de datos del tren.
Una tarea sombría
Durante este fin de semana, los familiares de las víctimas iniciaron la tarea terrible pero necesaria de recoger el equipaje que dejaron los pasajeros.
Un desfile solemne de los dolientes arrastraba maletas con ruedas desde la estación de policía de Santiago de Compostela. El equipaje había sido recuperado del lugar del choque.
Alrededor de 70 de los lesionados permanecían hospitalizados este domingo, incluidos 22 en estado grave, de acuerdo con un funcionario de Salud regional.
La identificación de los cuerpos
Este sábado, el Tribunal Superior de Justicia de Galicia informó que todas las víctimas fueron identificadas y que las familias recibieron las respectivas notificaciones.
Sin embargo, aclaró, están a la espera de los resultados de ADN de los últimos tres cuerpos identificados.
Entre los muertos hay al menos 63 españoles, dijo María Pardo Ríos, vocera de del tribunal gallego. La mexicana Yolanda Delfín, una estudiante de 22 años que estudiaba un semestre en Santiago de Compostela, también falleció en el accidente.
Otras víctimas provenían de Estados Unidos, así como de otros países de América Latina y Europa.
¿El tren iba demasiado rápido?
Según fuentes de la investigación citadas por la agencia española EFE y el diario El País, el conductor del tren ha dicho que viajaba a unos 190 kilómetros hora.
Sin embargo, un portavoz de la Red Nacional de los Ferrocarriles Españoles (Renfe) no dio a conocer la velocidad a la cual viajaba el tren, donde pueden viajar a un máximo de 250 kilómetros por hora. Pero la compañía dijo que el límite de velocidad para la curva a donde ocurrió el accidente es de 80 kilómetros por hora.
Rafael Catalá, secretario de Estado de Infraestructuras, Transporte y Vivienda de España, dijo a Cadena SER que “parece que el accidente está asociado con un exceso de velocidad”, pero las razones por las cuales se rebasó el límite aún se desconocen.
El servicio de pasajeros exprés estaba cerca de concluir un viaje de seis horas desde Madrid a la ciudad de Ferrol, en la costa atlántica, cuando se produjo el accidente, de acuerdo con la empresa estatal de ferrocarriles.
Karl Penhaul informó desde Santiago de Compostela y Holly Yan desde Atlanta. Laura Perez Maestro, Catherine E. Shoichet, Mariano Castillo, Laura Smith-Spark, Al Goodman, Bob Mano y Jonathan Helman contribuyeron con este reporte.
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