Por Tom McGowan
(CNN) — Missy Franklin vive una doble vida.
Una adolescente normal que se prepara para la universidad, también es una atleta cuatro veces medallista olímpica de oro que reescribe los libros de récords de natación.
Cuando no lidia con los entrenamientos y tribulaciones usuales de la tarea y la vida escolar, camina en la alfombra roja junto a las estrellas de Hollywood.
“Describo a mi vida como a la de Hannah Montana”, dijo a CNN la estrella nacida en Pasadena que vive en Colorado (ambas ciudades en Estados Unidos). “En la semana soy completamente Missy, voy a la escuela todos los días, practicó y soy yo totalmente.
“Pero después en el fin de semana vuelo a los Globos de Oro, voy a estos eventos diferentes. Es algo loco. A veces se siente como si viviera una doble vida.
“Pero la forma en la que también lo describo es que no toda mi vida cambió, solo una parte cambió”.
Aunque Franklin aún no alcanza el perfil de Hannah Montana, la estudiante/estrella de pop interpretada en la serie de televisión infantil y películas por Miley Cyrus, está en camino de serlo.
El pasado domingo, con 18 años, Franklin ayudó al equipo femenil estadounidense de relevos en la victoria en la competencia 4 x 100 metros en el campeonato mundial en Barcelona, lo que le dio un récord de seis medallas de oro en la competencia, un total sin precedentes para una nadadora.
Solo su legendario compatriota Michael Phelps ha ganado más medallas de oro en un campeonato. La Bala de Baltimore se llevó siete oros en el evento de 2007 en Melbourne, Australia.
Cuando Phelps colgó sus gafas de protección al final de Londres 2012, encargó a Franklin igualar su legado y récord de 22 medallas olímpicas. No hay presión, Missy.
“En la última noche en la que estuvimos en Londres, él (Phelps) había terminado de nadar, había terminado”, recuerda Franklin.
“Me miró y me dijo, ‘tengo 56 récords mundiales, vas a intentar romperlos. Tienes que ir detrás de mí’”.
Franklin fue una de una serie de nadadoras jóvenes que dominaron las olas en los Olímpicos del año pasado.
Ye Shiwen de China se llevó dos medallas de oro e impactó al mundo con su nado que rompió récords al final de la competencia de 400 metros individuales femenil, mientras que Ruta Meilutyte, una lituana modesta, se llevó el oro en la competencia 100 metros pecho a la edad de 15 años.
Pero fue Franklin quien salpicó más fuerte, colgándose cuatro medallas de oro y un bronce para anunciarse como la próxima fuerza de la natación.
“¡Me impacté a mí misma!”, explica Franklin. “No tenía ninguna de estas expectativas en lo absoluto, solo estaba feliz de estar ahí. Feliz de estar en un equipo olímpico increíble y de poder llamarme una deportista olímpica era un gran logro en sí.
“Después de eso solo quería salir y hacer sentir orgulloso a mi país. Ese era mi único objetivo, lo que saliera de eso y resultaron ser cinco medallas. No podría haberlo planeado mejor”.
Con un éxito inesperado vienen nuevas expectativas y decisiones difíciles.
Notablemente decidió posponer convertirse en profesional, rechazando temporalmente la posibilidad de ganar millones de dólares en promociones para convertirse en la atleta universitaria más comercial del mundo.
También cambió a Colorado por California, al escoger nadar para los Golden Bears de la Universidad de California. Planea unirse a las filas profesionales después del Campeonato 2015 de la NCAA.
Maniobrar la natación con la escuela ahora es su mayor preocupación.
“Es muy difícil, es superdifícil”, dice Franklin. “Ya acabé con la preparatoria, lo cual es supertriste de pensar porque voy a extrañarla mucho.
“Escuchas sobre lo que los Olímpicos pueden hacer por la carrera de alguien, pero es increíble cuánto hacen realmente. Pude conocer a las personas más increíbles y creo que esa fue la mejor parte.
“Ir a los Globos de Oro y a los VMAs (los premios MTV), ver a mis actores y cantantes favoritos, ir a todos estos eventos y conocer a otros atletas increíbles. Ha cambiado mi vida.
“Es difícil mantenerse al día con todo el trabajo, pero todos mis maestros y amigos son increíbles al ayudarme a ponerme al corriente con la tarea.
“Se trata de administrar el tiempo. Nadar tiene que ocurrir y la tarea tiene que ocurrir; lo que resta es descifrar cómo hacer que todas esas cosas funcionen juntas”.
Otro papel que Franklin tomó es alentar a otros a hacer deportes de agua.
Habló con CNN desde el set de The Current, una película que hace con su compañera nadadora estadounidense Mallory Weggemann (una medallista de oro paralímpica) que tiene como objetivo alentar a las personas con discapacidades físicas a bucear.
“Hacemos un documental inspirador sobre ayudar a las personas con discapacidades físicas a encontrar una pasión por el buceo”, dijo Franklin.
“Para ayudar a que se percaten de que, incluso si tienes una discapacidad, no significa que no puedes hacer estas cosas; quizá solo tendrías que hacerlas un poco diferentes.
“Puede ser libre, puedes dejar a un lado todo. Esa es una de mis cosas favoritas de la natación, sin importar cuán difícil fue mi día o cuán cansada estoy, puedo meterme a la piscina y eso no importa.
“Todos somos iguales cuando nos metemos al agua, somos solo nosotros y el agua. El agua nos trata a todos exactamente igual”.
A pesar de esos sentimientos, los fanáticos de la natación estadounidense esperarán que El Misil Missy no sea igual cuando entre a la piscina en los futuros Juegos Olímpicos.