La ameba entra por la nariz de una persona y se aloja en el cerebro, donde provoca una infección casi fatal.

Por Jacque Wilson y Jen Christensen

(CNN) — Kali Hardig, la niña originaria de Arkansas, Estados Unidos, que tiene un extraño parásito que se come el cerebro, muestra una mejoría notable, dijeron sus médicos este martes.

La menor de 12 años sigue en estado crítico en el Hospital de los Niños en Arkansas, pero durante las últimas 48 horas ha recuperado la consciencia al grado de que puede gesticular para responder a preguntas, según Mark Heulitt, médico especialista en cuidados intensivos.

Heulitt programó una prueba para este martes por la tarde para verificar si Hardig puede respirar sin el tubo que ha tenido por más de dos semanas.

Los médicos de Hardig están en territorio virtualmente inexplorado. De los 128 casos que se han presentado en el último medio siglo, solo han sobrevivido dos pacientes, según los Centros para el Control y Prevención de Enfermedades de Estados Unidos (CDC, por sus siglas en inglés).

Una ameba microscópica llamada Naegleria fowlleri causa la infección y se encuentra en manantiales de aguas termales y en agua dulce y tibia, principalmente en el sureste de Estados Unidos.

La ameba entra en el cuerpo a través de la nariz y viaja hacia el cerebro. No puedes infectarte al beber agua contaminada, señalan los CDC.

“Esta infección es una de las más graves que conocemos”, dijo Dirk Haselow, médico del departamento de Salud de Arkansas, a la filial de CNN, WMC. “El 99% de las personas que se infectan, mueren”.

Sanjiv Pasala, uno de los médicos tratantes de Hardig, dice que de inmediato iniciaron la administración de medicamentos antimicóticos, antibióticos y un nuevo fármaco experimental contra las amebas que los médicos obtuvieron directamente de los CDC.

También redujeron la temperatura corporal de la niña hasta los 34 grados centígrados. Los médicos han usado esa técnica en algunos casos de lesiones cerebrales para conservar el tejido cerebral que no está dañado.

La semana pasada, los médicos analizaron el fluido cefalorraquídeo de la niña y no encontraron rastros de la ameba.

Pasala dijo que aunque en otros casos no han tenido resultados tan favorables, lo que tal vez hizo la diferencia fue que la madre de la niña la llevó muy pronto al hospital.

El parque acuático Willow Springs, en Little Rock, es la fuente más probable de la infección de Hardig, según un comunicado de prensa del Departamento de Salud de Arkansas.

En 2010 se reportó otro caso del mismo parásito, también llamado meningoencefalitis amebiana primaria, que posiblemente estuvo relacionado con Willow Springs.

“Con base en la recurrencia de los dos casos de esta inusual infección en relación con el mismo cuerpo de agua y de las características únicas del parque, el departamento de Salud de Arkansas pidió al dueño de Willow Springs que cerrara voluntariamente el parque acuático para garantizar la salud y la seguridad del público”, señaló el comunicado de prensa.

Los primeros malestares de la meningoencefalitis amebiana primaria surgen entre uno y siete días después de la infección e incluyen dolor de cabeza, fiebre, náuseas, vómito y rigidez en el cuello, según los CDC.

“Los siguientes síntomas incluyen confusión, falta de atención a la gente y al entorno, pérdida del equilibrio, convulsiones y alucinaciones”, indica el sitio web de la agencia gubernamental. “Después de que surgen los síntomas, la enfermedad progresa rápidamente y usualmente provoca la muerte en un lapso de uno a doce días”.

El infectarse con esta ameba es extremadamente inusual. Entre 2001 y 2010, se reportaron 32 casos en Estados Unidos, según los CDC. La mayoría de los casos se presentaron en el sureste de Estados Unidos.

Estas son algunas recomendaciones de los CDC para reducir el riesgo de infección:

Evita nadar en agua dulce cuando la temperatura esté elevada y su nivel sea bajo.
Mantén la nariz cerrada con la mano o usa clips nasales.
Evita revolver los sedimentos cuando te sumerjas en zonas de agua dulce somera y tibia.
Si estás irrigando o enjuagando tus senos nasales con un irrigador nasal, usa agua destilada o esterilizada.

John Bonifield y Caleb Hellerman colaboraron en este reporte.